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Un gran Real Madrid triunfa en el derbi: da un repaso a un Atleti decepcionante (2-0)
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Muy superior el equipo de Zidane

Un gran Real Madrid triunfa en el derbi: da un repaso a un Atleti decepcionante (2-0)

El Real Madrid realizó un partido muy completo y se llevó el derbi ante un Atlético de Madrid irreconocible. Marcaron Casemiro y Oblak, en propia puerta, en un potente disparo de Carvajal

Foto: Los jugadores del Real Madrid celebran el segundo gol en el derbi. (EFE)
Los jugadores del Real Madrid celebran el segundo gol en el derbi. (EFE)

Cayó el Atlético de Madrid. El equipo más regular de España, que tan solo había encajado dos goles en los diez partidos de Liga que ha disputado y no conocía lo que era perder, salió duramente derrotado del estadio Alfredo Di Stéfano. Del Atleti se decía que si ganaba el derbi era imposible que se le escapara este campeonato. No se le veían fisuras y todo eran elogios. Llegaba al derbi con seis puntos de ventaja con respecto al Real Madrid y un partido menos. Era el día, por lo tanto, para que el equipo de Simeone diera el golpe. Y lo que hizo fue darse un buen trompazo porque el Atleti tuvo un rendimiento extrañamente pobre.

El Real Madrid, que llevaba una dinámica marcada por la irregularidad, volvió a confirmar que sus prestaciones como equipo crecen cuando tiene delante un desafío grande. Los de Zidane hicieron un partido completísimo. Marcar dos goles a Oblak y que Courtois deje la portería a cero no resume todo lo bueno que hizo el equipo de Zidane. En juego fue superior, en actitud, energía, agresividad, contundencia, ritmo, posesión del balón, estrategia para hacer el bloque sólido… El Madrid dio un repaso al Atleti en muchas fases y facetas del derbi. Marcó dos goles y pudieron ser más si no es por dos paradones de Oblak. Uno a Benzema en el inicio del partido y otro a Lucas Vázquez al final.

Los goles de Casemiro, en la primera parte, y el de Oblak, en propia puerta tras un potente disparo de Carvajal, en la segunda parte, hacen justicia al ganador. El Real Madrid venció porque se hizo con el centro del campo con un excelente rendimiento de Modric y Kroos. En el equipo de Zidane todos estuvieron a un altísimo nivel y dieron la cara. En el de Simeone el tono general fue de unos jugadores apagados y un entrenador confundido en el planteamiento y las soluciones para buscar la reacción.

placeholder Simeone, con gesto preocupado, en el derbi. (EFE)
Simeone, con gesto preocupado, en el derbi. (EFE)

La primera parte del Atlético de Madrid fue decepcionante. Un equipo sin alma, metido atrás y timorato. No quedó claro qué quiso hacer Simeone, pero lo que no consiguió es plantear de inicio un encuentro incómodo, de esos que se le acaban haciendo bola, por insufribles, al adversario. Una de las señas de identidad de los equipos del Cholo es que sus jugadores den un plus de agresividad y consigan que el juego del rival tenga la mínima continuidad y entre en la desesperación. Se jugó a lo que quiso el Real Madrid. Estuvo más acertada la propuesta de Zidane, con más personalidad y energía en todos sus jugadores.

Los de Zidane jugaron con agresividad

El Madrid salió enchufado, con ganas de llevar la iniciativa del juego, intenso, agresivo en la presión y la recuperación. Quiso la pelota, la tuvo con paciencia, con posesiones largas, sin prisas, moviéndola de un lado a otro y buscando la profundidad de Lucas Vázquez y Carvajal por la banda derecha. El Atleti parecía cansado. Se comportó como un equipo fatigado que era incapaz de hacer algo bien y transmitir un mínimo de espíritu competitivo. No tenía mecanismos para romper el juego combinativo de los de Zidane y fue retrocediendo metros, echándose atrás, renunciando al centro del campo y a buscar alguna forma de montar un contraataque. Luis Suárez, sobre todo, y Joao Félix no entraban en juego. Estaban desconectados del partido.

El Atleti hizo una primera parte mala y extraña. El Madrid se gustó, estaba cómodo con el control en el centro del campo, del que se aprovecharon Kroos y Modric. Hacía mucho tiempo que el alemán y el croata no tenían una primera parte tan plácida. Estaban sueltos. Hicieron lo que les dio la gana porque enfrente había un equipo que no quería batalla. El Madrid se sintió superior, reforzado con la confianza de la victoria contra el Gladbach en la Champions, y atacó el refugio colchonero. La primera gran ocasión llegó con un zurdazo de Benzema que despejó con la mano Oblak al poste. La ocasión, en el minuto 5, generó más nervios e intranquilidad a un Atleti asustadizo.

El Atleti era un equipo sin ideas ni solidez y desanimado. Todo muy raro en el equipo del Cholo. El Madrid mordía. Cinco minutos después de la ocasión de Benzema se produjo el cabezazo de Casemiro para marcar el primer gol tras un saque de esquina de Kroos. El brasileño remató solo, favorecido por el resbalón de Herrera. El mexicano estaba pendiente de la marca y se escurrió. El traspié ponía en ventaja a un Madrid más ambicioso y con una velocidad y un ritmo superiores a los rojiblancos. El equipo de Simeone se marchó al descanso sin realizar ninguna ocasión de peligro y con la sensación de estar bloqueado en uno de los peores días que se recuerdan por la ausencia de agresividad defensiva.

placeholder Luka Modric gana el balón a Carrasco. (EFE)
Luka Modric gana el balón a Carrasco. (EFE)

El Cholo reaccionó en el descanso e hizo un triple cambio. Metió a Lodi, Correa y Lemar para darle más profundidad al juego y quitó a Felipe, Carrasco y Herrera. Con un poco más de energía cogió verticalidad y comprometió al Madrid. Pero le faltó puntería en un clarísimo remate de Lemar, en el minuto 54, en el segundo palo que envió fuera. Fallar este tipo de ocasiones es perdonar demasiado cuando enfrente está un Madrid que estaba inspirado con la pelota. Pero el Atleti tuvo fases en las que empezó a equilibrar el encuentro e inquietar. Mejoró. Simone quería más y decidió quitar a Joao Félix para meter a Saúl. A la estrella portuguesa no le gustó nada el cambio, se fue a la grada con mala cara, protestando. Con Saúl buscaba más contundencia. Tuvo la acción de mayor peligro, a diez minutos del final, con un cabezazo que rechazó Courtois.

No salió bien nada de lo que imaginó Simeone en su cabeza y en su pizarra para encontrar soluciones a los problemas defensivos y ofensivos. El Madrid manejó el partido con la pelota, un bloque organizado, activado, supo sufrir cuando dio un paso adelante el Atleti con los cambios y no se echó atrás. Quería el partido y lo trabajó mejor y más que un Atleti desdibujado desde el principio hasta el final. La victoria la cerró con el gol en propia puerta de Oblak en un disparo duro, potente, un misil de Carvajal que golpeó en el poste y la pelota entra por el rechace de Oblak. Este Real Madrid más regular y ambicioso sale del bache y entra en una buena racha con las tres últimas victorias ante el Sevilla, Gladbach y el Atlético de Madrid.

Cayó el Atlético de Madrid. El equipo más regular de España, que tan solo había encajado dos goles en los diez partidos de Liga que ha disputado y no conocía lo que era perder, salió duramente derrotado del estadio Alfredo Di Stéfano. Del Atleti se decía que si ganaba el derbi era imposible que se le escapara este campeonato. No se le veían fisuras y todo eran elogios. Llegaba al derbi con seis puntos de ventaja con respecto al Real Madrid y un partido menos. Era el día, por lo tanto, para que el equipo de Simeone diera el golpe. Y lo que hizo fue darse un buen trompazo porque el Atleti tuvo un rendimiento extrañamente pobre.

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