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Dertycia: "Me siento igual de campeón del mundo que el Kun Agüero"
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ENTREVISTA AL EXJUGADOR

Dertycia: "Me siento igual de campeón del mundo que el Kun Agüero"

El futbolista argentino se quedó fuera de la lista del Mundial 86 a última hora. En España, dejó gran recuerdo en el Cádiz, en el Tenerife y en el Albacete con sus goles y remates

Foto: Dertycia, perseguido por Nando, en uno de los dos partidos en los que el Tenerife le quitó la Liga al Madrid.
Dertycia, perseguido por Nando, en uno de los dos partidos en los que el Tenerife le quitó la Liga al Madrid.

Una grave lesión tras un choque con Maradona dejó sin pelo a Óscar Dertycia (Córdoba, Argentina, 1965), pero aquello no le impidió tener una gran carrera en el fútbol europeo. En Florencia se recuperó de la lesión, pero fue en Cádiz donde encontró la felicidad.

Su llegada a Andalucía fue poco antes de los carnavales y su alopecia fue motivo de humor, siempre desde el respeto. Sólo fueron seis meses y luego se marchó a Tenerife, donde fue protagonista en uno de los dos partidos en los que el Madrid perdió las famosas Ligas.

Ahora trabajo en la Agencia Córdoba Deporte, que se encarga de la gestión del estadio Mario Alberto Kempes. En la escuela formativa se encarga de enseñar a 450 niños que acuden allí de lunes a viernes.

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PREGUNTA. Ahora se ven pocos futbolistas calvos, pero usted se convirtió en un icono incluso para las aficiones rivales.

RESPUESTA. Sí, sí. Me acuerdo que cuando vi por primera vez a Iván de la Peña, que se tapaba y tenía su luz. Yo fui alopécico después de la lesión que tuve con Maradona (se rompió el cruzado y perdió el pelo tras aquello). En Cádiz me bautizaron como Mr. Proper y la afición, la del Cádiz y als rivales, siempre se acordaron de mi como un jugador calvo, pero con el mayor de los respetos.

P. Aquella lesión con Maradona le tuvo fuera diez meses.

R. Sí, perdí el pelo por el estrés que tuve tras aquella lesión, una situación que no supe gestionar. El choque se produjo en una presión que hago, al hacer el intento de quitarle la pelota a Diego. Me rompí el ligamento cruzado de la pierna derecha en enero de 1990. Sufrí la lesión un domingo y el lunes llegó Maradona al hospital para regalarme dos relojes y una camiseta que todavía conservo. Hice un tratamiento para recuperarme de la mejor manera y volver al fútbol profesional.

P. Habla de la gestión de la situación. ¿Cree que le hubiera ayudado un psicólogo en aquel momento?

R. El mejor psicólogo creo que es uno mismo. Cuando regresé de Argentina de haber hecho la recuperación, les dije a los médicos de la institución que volvería a mi nivel, porque yo sabía la exigencia que había en el fútbol profesional. Un psicólogo debe darle las palabras justas al niño, adolescente o profesional que practique este deporte, especialmente antes de los momentos trascendentales. Ángel Cappa lo hacía a la perfección antes de los grandes partidos.

P. La vida del futbolista ha cambiado mucho.

P. Claro. El jugador de mi época se dedicaba a jugar y a entrenar y no ganaba lo mismo que los actuales. Había grandes jugadores y se transmitían enormes valores en el vestuario. El fútbol de ahora es muy dinámico y muy rápido. En nuestra etapa, en cambio, había más futbolistas que pensaban más y que no jugaban tan acelerados como ahora. No se equivocaban en detalles.

P. ¿Qué trata de inculcarles usted a los jóvenes a los que entrena?

R. Tenemos a niños de cinco a 16 años. Trabajamos en espacios reducidos, la parte táctica… Queremos formarlos y enseñarlos para que el día de mañana tenga una posibilidad de ir a un club. Intentamos meterles en la cabeza que no pasa nada si no llegan a ser futbolistas. Hay caminos diferentes al fútbol y por eso deben tener un camino alternativo al deporte.

P. ¿Qué diferencias hay entre esta generación y la suya?

R. La nuestra iba paso a paso, pero ahora pasan de la primaria a la universidad sin hacer el tránsito por la secundaria. Van muy acelerados y, en realidad, tienen muchas cosas que aprender. Tienen que encontrar gente que los guíe bien en estos primeros años. A mí, por ejemplo, me falta experiencia y que alguien me asesora para tener la posibilidad de ser entrenador.

placeholder Daniel Passarella era uno de los grandes jugadores de esa Liga. (EFE/Yoan Valat)
Daniel Passarella era uno de los grandes jugadores de esa Liga. (EFE/Yoan Valat)

P. Usted jugó en Instituto de Córdoba y en Argentinos Juniors. ¿Cómo era aquella Liga argentina de los 80?

R. Debuté en Primera con 17 años, en septiembre de 1982. Me quería comer el mundo, comerme a los jugadores. Quería faltarles el respeto, entre comillas, a jugadores como Passarella, Trosero, Galván, Russo, el Tano Gutiérrez… Todos eran futbolistas que ya estaban consolidados en Primera. En cambio, yo tenía que ganarme el lugar y la experiencia. Todo salió rodado y al poco tiempo me fui a Europa.

P. ¿Qué tipo de futbolista era usted?

R. Era un delantero del estilo de Lautaro Martínez o de Julián Álvarez. Era un futbolista agresivo, de los que no dan ninguna por perdida, que iba al choque con los defensores, intentaba que se equivocaran… Siempre busqué estar en el sitio adecuado, porque al menos tenía una o dos ocasiones claras por partido. En la selección aprendí a trabajar con Carlos Salvador Bilardo, porque yo era un futbolista más parecido a los europeos y me gané un lugar en el equipo.

P. Usted jugó las eliminatorias para México 86, pero no fue convocado al Mundial. ¿Qué pasó?

R. Sí, estuve todo ese proceso. Antes iban sólo 22 jugadores, no 26, y yo era el número 23 en la lista. Bilardo finalmente llevó a tres delanteros -Valdano, Pasculli y Almirón- y yo no fui convocado. Igualmente, me siento campeón del mundo como el Kun Agüero, porque, además, fui a despedir al equipo y a recibirlo. En la previa de la final, tanto Nery Pumpido como el Tata Brown me llamaron, me invitaron a que fuera a la final y allí estuve.

P. ¿Cómo era Bilardo?

R. Un hombre que dormía cuatro horas y las 20 restantes se las dedicaba al fútbol. Siempre buscaba errores y trabaja mucho con el jugador y el equipo. Asimismo, se preocupaba de todos los detalles que pueden suceder dentro del campo de juego y fuera. Por eso fue campeón y subcampeón del mundo, porque era un técnico muy trabajador.

placeholder Bilardo fue el entrenador de Dertycia. (EFE/Sebastián Martínez)
Bilardo fue el entrenador de Dertycia. (EFE/Sebastián Martínez)

P. Todos los futbolistas tienen una anécdota con Bilardo.

R. Bilardo nos hacía caminar por el avión, nos dejaba la ropa en las puertas de las habitaciones en los hoteles para que entrenáramos después de 11 horas de vuelo, hacíamos entrenamientos en los pasillos del hotel… Muchas veces le pedíamos permiso para salir a dar una vuelta por la ciudad y aceptaba con la condición de que cumpliésemos los horarios.

P. Maradona era el capitán. ¿Es el mejor futbolista que ha visto?

R. Fue un futbolista extraordinario. Su rendimiento en el Mundial 86 y lo que hizo durante toda su carrera futbolística fue espectacular. Messi también ha sido un gran jugador, que ha disfrutado mucho en estos últimos años. Lo más importante es que son nuestros, que son argentinos.

P. Usted jugó la Copa América de 1987. A pesar de haber ganado el Mundial un año antes, aquella selección era muy criticada.

R. Fue una selección criticada, como siempre. Aquella Copa América se disputó en Argentina y había muchas expectativas puestas en el equipo, porque veníamos de haber ganado el Mundial. El jugador tiene que asumir esa responsabilidad y estar preparado para cualquier reto.

P. Usted fichó por la Fiorentina en 1989. ¿Cómo fue aquello?

R. Antes había fichado por Argentinos Juniors y había hecho 20 goles en 34 partidos. Desde la Fiorentina contactaron con el presidente y surgió la posibilidad, porque necesitaban un delantero. Era complicado dar el salto al extranjero, ya que sólo se permitían tres por equipo. Allí tuve la suerte de jugar con grandes jugadores como Dunga y Baggio.

P. Aquel calcio era el campeonato más duro del momento.

R. Era un fútbol bárbaro y muy diferente al actual por las norma de los extranjeros. Me imagino a los entrenadores de ahora teniendo que explicar las cosas en varios idiomas diferentes… Dar el salto a Italia en esa época era un desafío enorme.

P. ¿A Dunga se le veían ya maneras de entrenador?

R. Sí, porque era un líder en la cancha. Era un tipo que transmitía muchísimo, que te hablaba y que te pedías las cosas como si fuera su equipo. Marcaba la diferencia en eso.

placeholder Baggio fue compañero de Dertycia. (EFE/Juan Sinagra)
Baggio fue compañero de Dertycia. (EFE/Juan Sinagra)

P. ¿Qué tal con Baggio?

R. Tenía una personalidad muy humilde, era muy respetuoso y tenía mucha calidad. Su calidad era increíble. Era un futbolista como Ricardo Bochini o Beto Alonso, porque era distinto. Siempre tenía esa fracción de segundo adelantado para hacer la jugada. Eso es lo que tienen los talentosos. Todavía guardo su camiseta de Italia y la de la Juventus, que intercambiamos cuando eliminaron al Tenerife en la UEFA.

P. Tras Florencia llegó a Cádiz. ¿Cómo se dio ese cambio?

R. Tuve la posibilidad de ir a Inglaterra después de la lesión, a un equipo de Segunda División. Aquel año, el Bambino Veira fichó por el Cádiz y pidió mi fichaje. Así vino el presidente, Manuel Irigoyen, a verme y no dudé en ir para allá. Encontré una ciudad maravillosa, en la que no hacía frío y en la que estábamos de maravilla en la playa. Pasé sólo seis meses allí, pero fueron maravillosos. Recuerdo un partido que le ganamos 4-0 al Barcelona y el gran vestuario que había: Carmelo, Kiko, Quevedo, Mágico…

P. ¿Cómo era Mágico?

R. Sólo coincidí con él dos meses, porque él estaba muy cerca de su retirada. Me saco el sombrero por lo que significó para el Cádiz y por lo que hizo. Maradona dijo que era mejor que él y si lo dijo Diego… Era otro futbolista talentoso. Un distinto que quedó en los libros de fútbol.

P. ¿Le costó comprender el sentido del humor de Cádiz?

R. Apenas llegué empezaron las chirigotas y ahí me bautizaron como Mr. Proper. Le daban las gracias al presidente Irigoyen por tener a un calvo como yo y a un melenudo como el Indio Vázquez. La de canciones que compusieron… Lo tomé con muchísimo humor y disfruté.

P. Luego llegó a Tenerife, donde coincidió con Cappa y Valdano. Cappa me dijo que "la jerarquía de Valdano era sólo de cara al público".

R. Sí, era así. Valdano tenía bagaje y un nombre en el fútbol, porque había sido campeón del mundo, había jugado en el Madrid… Luego estaba Cappa, que me enseñó mucho léxico. Valdano tenía mucha capacidad para expresarse y Ángel sacaba lo mejor de cada jugador. Llegaron en una época muy complicada porque quedaban ocho partidos y el Tenerife tenía que salvarse. Y lo conseguimos, gracias en parte al gran trabajo físico que hicimos.

placeholder Valdano lideró a aquel Tenerife. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Valdano lideró a aquel Tenerife. (EFE/Rodrigo Jiménez)

P. ¿Qué tal con Valdano?

R. Fuimos a morir con Jorge, porque el año siguiente, además, nos clasificamos para la UEFA. Incluso jugamos contra grandes equipos como la Juventus. El último año con Valdano, no sé qué pasó, porque no me quiso en la plantilla. A fuerza de trabajo, con humildad, respeto y sacrificio, me gané el puesto y continué un año más en el equipo.

P. Aquel equipo siempre será recordado por arrebatarle las Ligas al Real Madrid.

R. La primera fue totalmente inesperado, porque perdíamos 0-2. Aquel día, yo estaba en el banquillo y vi en primera línea cómo fuimos capaces de remontar ante un gran equipo como el Madrid. En el segundo, nos jugábamos entrar en la UEFA y, además, yo tuve la suerte de marcar. Nosotros quedamos en la historia del Tenerife y convertimos ese partido en inolvidable.

P. ¿Se imaginaron que se repetiría la historia cuando salió el calendario?

R. No, no. Pensamos que podría ser un partido decisivo, pero que todo dependería de cómo llegaría el Madrid y sus rivales directos, el Barcelona y el Atlético de Madrid.

P. Luego se marchó al Albacete y tuvo también una oferta del Betis. ¿Por qué eligió a los manchegos?

R. Es una historia linda. Mi señora había hablado con Lopera, pero yo le había dado mi palabra a Pedro Bravo, representante, y a la gente del Albacete. Y me fui para allá por la palabra que había dado aunque no hubiera firmado nada.

P. En Albacete coincidió con Benito Floro.

R. A Floro no le gustaban los argentinos ni los uruguayos. En Albacete no tuve la posiblidad de jugar muchos partidos de titular. De hecho, recuerdo que en un partido contra el Oviedo me tuvo 45 minutos calentando y sólo me puso dos minutos.

P. La jubilación de un futbolista es más complicada que la del resto de empleos. ¿Verdadero o falso?

R. Yo todavía no me jubilé (risas). Soy un futbolista profesional a nivel jubilado, porque sigo enseñando a niños y a adolescentes. Es muy difícil dejar el fútbol. No sé si puedo decirte verdadero o falso, porque sigo disfrutando y compartiendo mi historia.

Una grave lesión tras un choque con Maradona dejó sin pelo a Óscar Dertycia (Córdoba, Argentina, 1965), pero aquello no le impidió tener una gran carrera en el fútbol europeo. En Florencia se recuperó de la lesión, pero fue en Cádiz donde encontró la felicidad.

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