El cardiólogo que trató a Dwamena habla de su muerte tras quitarse el desfibrilador: "Ha muerto por decisión personal"

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Este pasado fin de semana, el mundo del fútbol se estremeció al conocer la noticia de que había muerto Raphael Dwamena. El futbolista nacido en Ghana, quien jugó en el Levante de 2018 a 2020 y en el Zaragoza en la 2020-21, tenía apenas 28 años y falleció después de desplomarse en pleno partido con el que era su actual equipo, el KS Egnatia de la Superliga de Albania, frente al Partizani.

La muerte de Dwamena llega por unos problemas cardiacos que ya había sufrido años atrás. Fue en el 2019, estando cedido en el Zaragoza, cuando se le detectaron, mientras que en 2021, cuando militaba en el BW Linz austriaco, le sucedió un episodio muy similar en un partido de la Copa, cayendo al suelo pero logrando ser reanimado en aquella ocasión. Debido a ello, se le había instalado un desfibrilador.

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F. S.

El cardiólogo que le trató habla de su muerte

Después de que se confirmara el fallecimiento de Raphael Dwamena, se han dado a conocer algunos detalles sobre su estado cardiaco en los últimos años. Todo ha sido a través del doctor Antonio Asso, quien fue el cardiólogo del jugador guineano en Zaragoza y uno de los médicos que le detectó los problemas que padecía, contando cómo había sido lo ocurrido en una carta para el Heraldo de Aragón.

El doctor explicó que, tras verse anomalías en su ritmo cardiaco, al jugador se le aconsejó dejar el fútbol de alto nivel y que, pese a que inicialmente estaba en contra, lograron convencerle para implantarle el desfibrilador. "Logramos convencerle de la imperiosa necesidad de implantarle un desfibrilador para al menos garantizarle la vida, a la par que desaconsejamos la práctica profesional deportiva", narra Antonio Asso. "A veces, me solicitaba algún consejo puntual que yo respondía de buen grado, aunque era consciente de que no escuchaba. Estaba empeñado en seguir su carrera profesional por encima de todo y acabé perdiendo la esperanza de influir en él".

El cardiólogo confesó que sabía que se le había retirado el desfibrilador que le implantaron años antes tras haberle librado de la muerte al desplomarse en 2021: "Me comunicaron que el desfibrilador le había salvado la vida al presentar una arritmia maligna que había sido correctamente tratada de forma automática por el dispositivo. Hace un año supe por la prensa que había solicitado la retirada del desfibrilador implantado por nosotros y que finalmente se le había explantado".

"Era ya tarde, su decisión era irrevocable y ponía toda su responsabilidad en sí mismo y en la voluntad del Dios en que creía. Desde ese momento, fui consciente de que un día sucedería la tragedia que el sábado se ha consumado en un campo de futbol de Albania. Ha fallecido como consecuencia de una respetable decisión personal pero, si no se hubiese explantado el desfibrilador, Raphael seguiría vivo", afirmó rotundamente el cardiólogo Antonio Asso sobre la muerte de Dwamena.