Si se te hace bola el culebrón Mbappé, espera a que el PSG le dé precio al Real Madrid
Mbappé insiste en que cumplirá el año que le queda con el PSG y después se puede marchar libre. Esto es oro para Florentino. Pero si tiene precio de venta no lo puede dejar escapar
Solo estamos a mitad de junio y ya se nos hace bola el asunto de Mbappé. La culpa la tiene el futbolista por haberse fabricado una imagen de niño caprichoso, sin palabra y haber utilizado al Real Madrid para asegurarse un contrato multimillonario con el Paris Saint-Germain. En el madridismo no creen ahora a Mbappé. No le dan crédito a la posibilidad de que pueda fichar este verano y dudan de que pueda ser en 2024, cuando cumple el contrato y queda libre. Es mejor no hacerle caso que ilusionarse, y es por esta razón por la que Mbappé es un asunto que se mira con frialdad y recelo.
Los que no son del Real Madrid también están cansados de este largo y cíclico culebrón y los antimadridistas se mofan diciendo que cuánto dinero hay que poner para que fiche de una vez y se acabe este suplicio. Entre la poca credibilidad que le dan los aficionados del Real Madrid, el hartazgo generalizado y las burlas se cocina la operación Mbappé. Florentino Pérez pasó de la decepción de que el francés le dejara tirado a no cerrarle las puertas si viene gratis. Este es el guante que ha cogido Mbappé. Pero es normal que muchos madridistas no se quieran ilusionar y sigan sin perdonarle.
Aquí lo importante, a mediados de junio, es que Mbappé sabe que tiene las puertas abiertas del Real Madrid y juega sus bazas. Lo hace de manera sibilina, como actuó meses atrás para dejar plantado al Real Madrid y renovar con el PSG. Pero ahora ha dado pasos. Parecen pequeños, pero son importantes para Florentino. Mbappé insiste públicamente que cumplirá el año que le queda con el PSG y después se puede marchar libre. Esto es oro para Florentino. Fichar a Mbappé a coste cero después de ofrecer hasta 200 millones de euros y no tener respuesta es una de las mejores venganzas que se podría cobrar el presidente del Real Madrid.
Al Real Madrid se le respeta
Florentino tiene que creer a Mbappé. No le queda otra, pese a que detecte la antipatía que genera el jugador entre el madridismo más inflexible con los futbolistas que utilizan a su club para beneficio personal y económico. Al Real Madrid se le respeta y esto no lo hizo el francés. Pero Mbappé es una obsesión de Florentino. Y Mbappé está encantado que Florentino no le cierre las puertas. Cuando vista la camiseta del Real Madrid, si finalmente se hace la operación, ya tocará el lavado de imagen. No es tan difícil porque Mbappé es uno de los mejores delanteros del mundo, espectacular, un galáctico sin discusiones y en cuanto se meta tres galopadas por el nuevo Bernabéu y haga un par de goles, todos los que le critican y se mofan se quedarán con la boca abierta.
No hay que descartar el fichaje de Mbappé por muy pesado que se haga. El verano es largo, queda la mitad de junio y todo julio y agosto. La realidad dice que el jugador presiona muy pronto para dejarle claro al PSG que no activa la temporada extra para jugar hasta 2025 y hace una serie de reproches públicos que son relevantes. A Mbappé no le gustó cómo salió Messi del PSG, cómo se le trató con poco respeto al que dice que es el mejor futbolista de la historia. El club sancionó al argentino con una suspensión de empleo y sueldo por irse a Arabia Saudí a cumplir con un acto publicitario en un día que era libre, pero que luego cambió el entrenador tras una derrota. El club obligó a Messi a pedir perdón públicamente. Mbappé conoce los chantajes internos del PSG, los que llegan desde Qatar. Luego salió Sergio Ramos, con el que tenía complicidad.
En la rueda de prensa que dio este jueves dijo que "la gente no tiene toda la información" y aludió a tener sus propias razones para enviar una carta que ha sentado como una patada en el estómago al PSG. Mbappé, creíble o no, escenifica que echa el pulso al club, pero es listo porque habla de cumplir el contrato. No hace un solo guiño al PSG. Todo lo contrario. Comparece con semblante serio, gesto contrariado, se le ve que no está cómodo hablando de su club. No es un Mbappé feliz.
Lo que queda por delante es mucho verano y un culebrón que es un laberinto en el que el PSG, si se come el orgullo, tendrá que ceder y ponerle un precio de venta. Sin veto al Real Madrid. Será el momento en el que tenga que entrar en acción Florentino y, pese a que le viene mejor que venga gratis para tener el perdón de todos los aficionados, si se le pone a tiro no puede dejarlo escapar. Mbappé es la prioridad. Antes que Harry Kane o cualquier otro delantero.
Hasta que no haya precio de venta y empiecen las negociaciones, el culebrón puede avanzar lentamente. Si no hay precio y Mbappé se queda en el PSG, esto no se ha acabado. Comenzará la cuenta atrás para saber si el francés tiene palabra y viene gratis al Real Madrid en 2024.
Solo estamos a mitad de junio y ya se nos hace bola el asunto de Mbappé. La culpa la tiene el futbolista por haberse fabricado una imagen de niño caprichoso, sin palabra y haber utilizado al Real Madrid para asegurarse un contrato multimillonario con el Paris Saint-Germain. En el madridismo no creen ahora a Mbappé. No le dan crédito a la posibilidad de que pueda fichar este verano y dudan de que pueda ser en 2024, cuando cumple el contrato y queda libre. Es mejor no hacerle caso que ilusionarse, y es por esta razón por la que Mbappé es un asunto que se mira con frialdad y recelo.
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