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Irritados con la desprotección a Vinícius de los árbitros y del propio Real Madrid
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la bola se hace más grande

Irritados con la desprotección a Vinícius de los árbitros y del propio Real Madrid

No son tiempos de paz en el Real Madrid por la falta de un plan futbolístico más contundente que le tiene a ocho puntos del Barcelona y la indefensión que sufre el extremo brasileño

Foto: Vinícius cae al césped en el partido contra el Mallorca. (Reuters/Juan Medina)
Vinícius cae al césped en el partido contra el Mallorca. (Reuters/Juan Medina)

Aumenta el número de aficionados madridistas indignados. Con los árbitros y ahora también con el club. Los que se preguntan por qué no hay un comunicado oficial para proteger a Vinícius de lo que consideran una cacería en el campo y en las gradas con los insultos racistas o los que se sintieron indefensos tras el mensaje institucional del Miguel Ángel Gil Marín poniendo el foco en los favores arbitrales al Real Madrid tras el derbi copero. Un papel que podría asumir Ancelotti, como portavoz del club en las ruedas de prensa, si tuviera más colmillo. Pero no es el caso. Al entrenador le falta contundencia para poner el grito en el cielo por los marcajes que sufre Vinícius y no pisa charcos. Se negó a dar su opinión sobre el comunicado del dueño del Atleti.

Ancelotti se queja poco o nada y, cuando habla del asunto de Vinícius, rebaja la tensión y se queda en que están apretando al brasileño. El italiano tampoco se parece a Xavi para presionar a los árbitros desde la banda o inyectarle sangre a sus jugadores para que tengan un plus de agresividad en partidos hostiles como el de Mallorca. La caballerosidad de Ancelotti está reñida con la irritación que tiene el sector de madridistas más enojados que se sienten desprotegidos por los ataques de los rivales y dirigentes. No son tiempos de paz en el Real Madrid. El equipo y el club están inmersos en una guerra de todos contra Vinícius y las supuestas ayudas arbitrales. Florentino permanece callado y Ancelotti es tibio. Por escenarios como este, el madridismo echa de menos la figura de un Mourinho.

placeholder Maffeo y Vinícius en el partido de Son Moix.
Maffeo y Vinícius en el partido de Son Moix.

Todo lo que hizo Ancelotti para proteger a Vinícius de la emboscada en Mallorca que ven los madridistas irritados fue esperar al árbitro en el inicio de la segunda parte para decirle que estaban sufriendo la reiteración de faltas. Eso y llevarse al brasileño al final del partido. Poca cosa para ese madridismo escandalizado que no quiere el buenismo del entrenador ni el silencio del presidente y son partidarios de que el club pase a la acción, de poner el grito en el cielo y que denuncie que su jugador sufre acoso futbolístico y racismo.

Un partido canalla

Ni la patada con alevosía de Gabriel Paulista sirvió para señalar la violencia contra el brasileño. De un episodio con agresión contra el Valencia a otro lamentable. El Real Madrid se distancia a ocho puntos del Barcelona en la Liga por falta de fútbol, solvencia y porque su entrenador no tuvo respuestas al plan con el que Javier Aguirre desactivó a Vinícius. Desquiciado y anulado el brasileño, la respuesta del Madrid fue menor, inofensiva y preocupante.

Foto: Ceballos lucha por un balón en el partido contra el Valencia. (EFE/Juanjo Martín)

Fue un Maffeo-Raíllo contra Vinícius que ganó el Mallorca al Real Madrid con un autogol de Nacho. Un partido de refriegas entre tres jugadores que tienen algo en común. Son unos canallas. Ninguno se puede asignar el papel de víctima porque entre todos empobrecieron el espectáculo futbolístico con un show de interrupciones, con faltas, sin disparos a portería, gestos burlones y desafíos barriobajeros. Con el lamentable sonido del racismo de un aficionado llamando "mono" al brasileño en un vídeo emitido por DAZN que va a denunciar la Liga. La patronal va a tomar medidas legales y pide ayuda a los aficionados que estaban en Son Moix para identificar al agresor. La bola se hace más grande tras el episodio del muñeco colgado de un puente con la camiseta de Vinícius.

Lo que sucedió en el césped confirma que la bola se hace más grande con el brasileño y es imparable. Con Vinícius los rivales explotan su punto débil. Entra al trapo. Mientras, Vinícius embiste con el balón y la lengua porque el descaro del brasileño es provocar con el desborde y ajustar cuentas con los que le dan patadas. No puede estar callado. Agarra el escudo para enseñarlo a la grada, entra en el intercambio de piques y provocaciones. Sus rivales dicen de él que juega con prepotencia. Si Vinícius se mordiera la lengua, no tendría marcajes de futbolistas como Maffeo o Raíllo que juegan como cazarrecompensas. Maffeo se burló con gestos a la cara llamándole llorón, y Raíllo estuvo a punto de ponerle el escudo del Mallorca en la boca. Fue el momento en el que pudo estallar el brasileño y haber sucedido algo más gordo. Con lo caliente que es Vinícius sorprendió su autocontrol.

Aumenta el número de aficionados madridistas indignados. Con los árbitros y ahora también con el club. Los que se preguntan por qué no hay un comunicado oficial para proteger a Vinícius de lo que consideran una cacería en el campo y en las gradas con los insultos racistas o los que se sintieron indefensos tras el mensaje institucional del Miguel Ángel Gil Marín poniendo el foco en los favores arbitrales al Real Madrid tras el derbi copero. Un papel que podría asumir Ancelotti, como portavoz del club en las ruedas de prensa, si tuviera más colmillo. Pero no es el caso. Al entrenador le falta contundencia para poner el grito en el cielo por los marcajes que sufre Vinícius y no pisa charcos. Se negó a dar su opinión sobre el comunicado del dueño del Atleti.

Vinicius Junior Real Madrid
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