Las razones del gran fracaso de Joao Félix con Simeone: adiós al fichaje más caro del Atlético

Se acabó la historia de Joao Félix con el Atlético de Madrid... al menos, por el momento. El portugués tensó la cuerda definitivamente para buscar una salida del equipo en este mercado de fichajes y todo apunta a que jugará lo que queda de temporada cedido en el Chelsea. Lo hizo además después de ser titular en el partido liguero contra el Barça, un fiel reflejo de lo que ha sido su estancia como rojiblanco. Joao salió de inicio, lo intentó con algún que otro regate, pero estuvo a años luz de tener un papel decisivo y determinante en un encuentro clave frente a un rival de enjundia en el que acabó viendo el final desde el banquillo.

Joao Félix llegó en 2019 por 127 millones de euros cuando apenas tenía 19 añitos, convirtiéndose en el fichaje más caro de la historia del Atlético de Madrid. Una apuesta por el que parecía que iba a ser el nuevo niño bonito del fútbol mundial. Firmaba por un equipo que venía de ser abandonado por el que había sido su estrella indiscutible esos años, Antoine Griezmann. Pronto dejó claro que su calidad estaba fuera de toda duda. Jugadas y regates de megacrack, sí, pero que siempre se acababan quedando en el casi. Una bicicleta, un eslalon, y nada.

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Prueba de ello son sus estadísticas, siempre con el asterisco de las lesiones que ha ido teniendo. El pan de cada día con el jugador portugués. Y los números no mienten, sin llegar a pasar los diez goles en una temporada y poniendo en evidencia el rendimiento de un jugador que costó semejante millonada:

• Temporada 19/20: 6 goles en LaLiga y 3 tantos en la Champions en un total de 36 partidos entre todas las competiciones
• Temporada 20/21: 7 goles en LaLiga y 3 en la Champions en un total de 40 partidos entre todas las competiciones
• Temporada 21/22: 8 goles en LaLiga, 1 en la Champions y 1 en la Copa del Rey en un total de 35 partidos entre todas las competiciones
• Temporada 22/23: 4 goles en LaLiga, 0 en la Champions y 1 en la Copa del Rey en un total de 20 partidos entre todas las competiciones

Joao Félix se marchará en lo que parece una solución a la desesperada que, paradójicamente, no va a solucionar absolutamente nada. Porque el problema del portugués está directamente relacionado con Simeone, o así se ha trasladado desde lo más alto del club colchonero desde semanas atrás. Y el Cholo sigue teniendo contrato con el equipo. Por lo que, salvo giro radical de la situación en forma de salida del argentino, el conflicto va a seguir estando ahí en seis meses. Una patata caliente. Un despeje del balón hacia adelante, sabiendo que van a volver a llegar a tu área, en una relación que se ha ido deteriorando cada vez más con el paso de las temporadas.

Relación con Simeone

Seguramente, la principal justificación para explicarlo todo es decir que Joao Félix no juega tan arriba como necesita para hacerle daño al rival. Y tan cierto es que el Atlético de Madrid suele plantear un partido desde el llamado bloque bajo, obligándole a recibir con muchos metros por recorrer, como lo es que necesita que sus once jugadores corran y le pongan intensidad más allá de la calidad que tengan. Y seguramente ese ha sido el principal problema entre el portugués y Diego Pablo Simeone. El argentino no se ha cansado de darle oportunidades desde su llegada, pero tampoco le ha temblado la mano para mandarlo al banquillo con el paso de los partidos (o las lesiones) cuando ha visto que un compañero le echaba las ganas que no le ponía él. Y así se han dado más de uno, y de dos, momentos tensos.

Porque igual que Simeone le ha dejado varias veces como suplente o le ha sustituido, Joao no ha escatimado en gestos evidenciando su enfado una y otra vez al dejar el campo. El portugués muestra su calentón y no se corta al realizar desplantes delante de las cámaras marchándose al vestuario o tirando un peto tras calentar y no salir. El Cholo, que lleva más años en esto, aparenta normalidad mientras tiene un incendio montado en el vestuario.

Pero no ha sido siempre así. De hecho, ha parecido más una montaña rusa de altibajos en la que también Joao ha tenido momentos en los que ha tirado del equipo o ha sido una figura principal. Probablemente con el tramo final de la temporada pasada o el inicio de la campaña en la que acaban siendo campeones como ejemplo de que también ha tenido picos. Justo en esa 20/21 se da la mayor representación de su paso como colchonero. Empezando como estrella indiscutible junto a un Luis Suárez en estado de gracia, las lesiones lo frenan, le cuesta entrar a su vuelta y acaba viendo cómo es Correa el que se viste de héroe jugando en su posición para ganar LaLiga aunque él también arrimara el hombro en un papel secundario.

Una olla de presión cada vez más caliente a punto de hervir en la que seguramente ambos sean culpables. Porque con apenas veinte años hay que demostrar más allá de cabriolas y highlights que lo que enseña con detalles contados es cierto y que le pueden poner al nivel de lo que apuntaba: lo más alto. Pero también se puede mirar hacia el otro lado. Porque quizás la insistencia en que sea titular no valga y hubiera hecho falta crear un ecosistema para que brillara el fichaje más caro de la historia del club. Aunque eso hubiera sido renegar de sus creencias futbolísticas. Esas que han cambiado por completo la historia del conjunto rojiblanco. Quizás un precio a pagar mucho más caro que esos 127 millones.