El Madrid, lejos de la perfección que pregona Zidane, tiene prisa por recuperar a Hazard

El Real Madrid salió de la cuneta en el Camp Nou, pero todavía no tiene el rumbo enderezado por el peligro que corre si no saca adelante el partido de este martes contra el el Borussia Mönchengladbach. Solo estamos en la segunda jornada de la Champions y existe el riesgo de meterse en problemas después de la derrota contra el Shakhtar Donetsk. Zidane decide adelantar el regreso de Eden Hazard a Alemania. En previsión de que sea necesario utilizar con urgencia al belga si el partido se complica y porque necesita que su estrella coja confianza y no viva tanto tiempo al margen de la dinámica del grupo.

De esto es consciente Zidane, a pesar de calificar el Clásico como el partido perfecto. La perfección para el entrenador del Real Madrid es que todos jueguen como un equipo y haya actitud. Es lo mismo que decir que hay que salir al campo con ganas y no suceda lo que se vio contra el Cádiz y el Shakhtar. Del bochorno en estos dos partidos se ha pasado a la excitación por el triunfo en el Clásico. Está muy bien como lección y aprendizaje. El Madrid recibió una cura de humildad y recuperó en el Camp Nou el sacrificio y la solidaridad que le hizo campeón de Liga.

Pero faltan muchas más cosas que perfeccionar para ser un equipo redondo y fiable. Para poder decir que está para mirarle a la cara al Bayern de Múnich, por poner el ejemplo de quien manda hoy en Europa. A esto debe aspirar el Real Madrid. La perfección no es solo correr con intensidad y defender muy fuerte. Salir del Camp Nou sin que Messi haya marcado un gol y minimizar su talento es para estar contento. Incluso eufórico. Pero al Madrid le faltan más argumentos que le hagan un equipo diferente y potente en las dos áreas. No vale solo con la solidez. El plus está en la calidad individual y para ser un equipo con más garantías de éxito hay que saber si se puede contar, de una vez, con Eden Hazard y que éste tenga continuidad en su rendimiento.

Situación dramática

El belga no disputa un partido desde el 7 de agosto. El día que Zidane se jugaba seguir en la Champions, contra el Manchester City, tuvo que arriesgar con un futbolista que no estaba en buenas condiciones. Hazard se marchó del campo cojeando. Se pasó de la euforia de la Liga a la decepción de ser eliminados en la Champions por segundo año consecutivo en los octavos de final. El Madrid llegó hasta donde pudo con esa perfección que le pide Zidane a sus jugadores para ser un equipo trabajador, ordenado y enchufado. ¿Pero quién marca las diferencias? ¿Sergio Ramos en el área contraria? ¿Courtois, una y otra vez, con sus paradas? Así no se puede hablar de un Real Madrid fiable.

Zinédine Zidane vuelve a recurrir a Eden Hazard en una situación que no es límite, pero que sí tiene un componente dramático. El Madrid no puede perder en Alemania. No está claro ni es seguro que el tobillo de Eden Hazard esté tan fuerte para entrar en este partido. Los cálculos que se han venido haciendo y diciendo eran que iba a reaparecer la próxima semana contra el Inter de Milán (martes 3 de noviembre) o como muy pronto este sábado en el partido contra el Huesca. Hazard ha viajado a Alemania con un solo entrenamiento con el grupo y esto indica la necesidad que tiene Zidane de echar mano del belga en una situación difícil.

El técnico francés no es partidario de forzar a jugadores que están saliendo de una lesión y para este encuentro contra el Borussia Mönchengladbach tiene a Luka Jovic, un delantero que no jugó ni un minuto en el Clásico. Jovic regresa a Alemania, donde sobresalió con el Eintracht de Frankfurt, pero Zidane debe ver algo de lo que no se fía y decide que viaje Hazard. Esto sucede después de que el belga haya estado casi un mes de baja por una lesión que se produjo el 30 de septiembre y que es un misterio. Estaba convocado para jugar contra el Valladolid y el club comunicó, en el día del partido, que sufría una lesión en la pierna derecha. Zidane, en un principio, le restó importancia y la semana pasada reconoció que “la lesión fue más de lo previsto”.

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U. Sánchez-Flor

La victoria en el Clásico podía haber supuesto un respiro para un entrenador que habló de un partido perfecto y haber evitado tener que convocar a Hazard. Pero no es así. Zidane conoce muy bien las limitaciones de su equipo. Señala las virtudes y habla de esfuerzo, sacrificio y solidez como equipo. Pero las carencias están arriba. En la pegada. Y en Alemania se necesitan hacer goles. Del Clásico salió el Madrid con tres tantos a favor y ninguno fue de uno de sus delanteros. Marcaron Fede Valverde, Sergio Ramos de penalti y Modric, ya con el Barça rendido. El Real Madrid no es todavía un equipo perfecto y el Clásico no ciega a Zidane, que jugó ante el gran rival sin fichajes, con Lucas Vázquez de lateral derecho de emergencia, sin utilizar a Isco y Marcelo, a los que no ve en forma. Hay que seguir despejando las dudas sobre el potencial de esta plantilla que un día pierde contra el Cádiz y Shakhtar y después da la cara contra el Barça.

Zidane ha tenido que adelantar el regreso de Eden Hazard por si tiene que sacarlo al campo en un día importante para no sufrir un segundo descalabro en este inicio de la Champions. El belga está de vuelta antes de lo esperado y, a pesar de que el equipo haya ganado el Clásico, el entrenador lo quiere ya cerca para que entre en la dinámica del equipo, se siente partícipe, sume y se quite esos miedos que tiene en la cabeza tras un año y medio marcado por la lesiones y las recaídas.