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Víctor Valdés, la leyenda que desmontó el mito del futbolista y nunca dejó la polémica
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despide a dos colaboradores del U.A. Horta

Víctor Valdés, la leyenda que desmontó el mito del futbolista y nunca dejó la polémica

Víctor Valdés empieza a competir en el banquillo de la Unió Atlètico Horta. Lo hace con una nueva polémica. El mejor portero de la historia del Barça vuelve a demostrar su fuerte carácter

Foto: Víctor Valdés en el banquillo durante su etapa de entrenador del juvenil en el Barcelona. (Efe)
Víctor Valdés en el banquillo durante su etapa de entrenador del juvenil en el Barcelona. (Efe)

Víctor Valdés fue capaz de desmontar el mito del futbolista y hablar del lado negativo que no ven los aficionados: sus privilegios. La polémica acompaña a una leyenda del fútbol español, por su fuerte carácter que se vio en su etapa de portero y ahora le sigue generando problemas en sus inicios como entrenador.

Víctor Valdés está considerado como uno de los mejores porteros de la historia del Barcelona. El debate daría para muchas opiniones y probablemente ganaría en una encuesta como el número uno. Marcó una etapa brillantísima en el primer equipo después de una década de formación en La Masía. Se ganó el reconocimiento de icono, leyenda. Pero ese carácter difícil e impenetrable le ha supuesto tener muchos problemas. Hoy sigue siendo un personaje que convive con la polémica. La última de ellas es haber despedido a dos miembros del cuerpo técnico del Unió Atlètica Horta, club de la Tercera división catalana que dirige. Prescinde de Felipe Ortiz, segundo entrenador, y Jordi Castel, preparado de porteros, en la semana que empieza la competición.

La fuerte personalidad de Víctor Valdés, su rebeldía y orgullo, choca en aquellos grupos de trabajo que obligan a priorizar un plan colectivo. Hace un año fue despedido como entrenador del Barcelona juvenil por sus discrepancias con el método de trabajo que imponía el club en la cantera. El detonante: una fuerte discusión, con tono elevado, con Patrick Kluivert, director del fútbol base.

placeholder Felipe Ortiz y Jordi Castel, los técnicos despedidos por Víctor Valdés (twitter UA Horta)
Felipe Ortiz y Jordi Castel, los técnicos despedidos por Víctor Valdés (twitter UA Horta)

Josep María Bartomeu quiso que Valdés regresara al club después de su primera aventura en un banquillo con el Moratalaz, donde consiguió ganar la Copa de Campeones juvenil de la Comunidad de Madrid al Real Madrid C. La etapa en el Barça duró solo dos meses. Los enfrentamientos internos se sucedieron cuando Valdés pedía autonomía, iba por libre y tomaba decisiones que no estaban en consonancia con lo que era el proyecto global de la cantera.

El fuerte carácter y su orgullo

Chocó con la utilización del sistema que aconseja la filosofía del Barcelona, la elección de los jugadores que estaban en formación en el filial y hasta con el departamento de prensa, el nutricionista y sus compañeros entrenadores de la casa. Se acumularon las desavenencias y los conflictos con decisiones como la de no jugar una final de consolación en un torneo de pretemporada (la Otten Cup que organiza el PSV Eindhoven) alegando que los jugadores estaban cansados, y mostró un reiterado malestar por no jugar más partidos en el estadio Johan Cruyff. Ese carácter, sus formas, también le jugó malas pasadas en los primeros partidos en el banquillo. Fue expulsado en su debut como local del juvenil del Barça tras insultar a un juez de línea ("vete a la mierda", fue lo que le dijo) y sancionado por llegar con retraso a los partidos de la Youth League.

A Bartomeu no le quedó más remedio que rescindir el contrato de Víctor Valdés. Iba por libre. Chocaba con diferentes departamentos del club. Víctor Valdés volvió a encerrarse, no querer saber nada del fútbol profesional, apartarse, coger distancia y así hasta que apareció en el mes de mayo la posibilidad de entrenar en un equipo no profesional. En Tercera división, en el Uniò Atlètica Horta, se hacen las cosas como él quiere y a su manera. Pero aquí también comprueban cómo es la fuerte personalidad cuando, por discrepancias deportivas, despide a dos colaboradores. Su lado más generosos aparece cuando pone parte de su dinero para pagar las fichas del Unió Atlètica Horta.

El cruel adiós a la portería

La historia de Víctor Valdés está llena de luces y sombras. Se convirtió en un portero de leyenda después de ganar 21 títulos en las 12 temporadas que jugó en el primer equipo culé. Tuvo que competir con Iker Casillas en la portería de la Selección española. Le tocó vivir la rivalidad con un guardameta con un talento precoz que hacía historia en el Real Madrid y se hizo con el puesto en el equipo nacional. El debate de quién era mejor estaba abierto, pero los seleccionadores elegían a Iker. A pesar de que era un portero que ganó en cinco ocasiones el trofeo Zamora por ser el menos goleado. Valdés convivió con esta competencia y completó un ciclo repleto de éxitos: 6 Ligas, 3 Champions, 2 Copas del Rey, 6 Supercopas de España, 2 Mundial de Clubes y 2 Supercopas de Europa. Tenía una legión de seguidores que pedían que fuera el titular con España.

Pero su final como futbolista del Barcelona fue cruel y también estuvo rodeado de polémica. El 26 de marzo de 2014 sufrió una grave lesión en los ligamentos de la rodilla en un partido contra el Celta en el Camp Nou. Valdés había decidido no renovar con el Barça y tenía un acuerdo con el Mónaco. El equipo del Principado le dejó tirado cuando llegó el infortunio. Salió del club azulgrana en silencio, por la puerta de atrás y sin equipo. Fue durante su recuperación en la ciudad alemana de Augsburgo donde, en la soledad y con el golpe recibido, se encontró a sí mismo. “La lesión me hizo volver a sentir lo que era la vida no siendo futbolista. Los futbolistas vivimos una vida irreal. Volví a la vida real. Fue una cura de humildad. Volví a pagar un café, a tocar las monedas, a pagar un billete del tranvía”, confesó en una entrevista a un medio de comunicación colombiano (RMC) en 2015.

placeholder Víctor Valdés durante un entrenamiento con el juvenil del Barça
Víctor Valdés durante un entrenamiento con el juvenil del Barça

La rodilla ya no le permitió ser el mejor Víctor Valdés. Su carrera se fue consumiendo hasta colgar los guantes en 2017 en el Middlesbrough. Los dos últimos años intentó jugar en el Manchester United. Lo llamó Louis Van Gaal y lo que podía ser una oportunidad se convirtió en una decepción. Tuvo que jugar con el filial y chocó con el técnico holandés. Probó en el Standard de Lieja y pasó al Middlesbrough ya sin pasión por el fútbol.

Víctor Valdés, que tuvo en Andrés Iniesta a uno de sus mejores amigos en el vestuario del Barcelona, se caracterizó por ser una persona peculiar. En 2014 decidió publicar un libro en el que recogía reflexiones sobre cómo gestionar la presión y alcanzar los objetivos. En el ‘Método VV’ también se sinceró sobre los rasgos de su personalidad. “Soy desconfiado y cerrado. No me siento cómodo con gente a mi alrededor que no conozco. Incluso en momentos prefiero estar solo que acompañado de amigos”, explicaba sobre su carácter.

Lo más sorprendente sobre la vida y profesión del considerado como mejor portero de la historia del Barcelona es la confesión que hizo, en la entrevista al medio de comunicación colombiano, sobre su sufrimiento como futbolista: “Si volviese a nacer, no volvería a ser portero. Mi historia con el fútbol se resume a que me hicieron creer que servía y por circunstancias de la vida fui subiendo hasta ser profesional. Tuve la suerte que confiaron en mí. Pero no es un camino fácil y seguramente no me han compensado los años que he sufrido con los que ha ido bien. Si tuviera que hablar de fútbol, te hablaría de miles de momentos de sufrimiento”.

Víctor Valdés fue capaz de desmontar el mito del futbolista y hablar del lado negativo que no ven los aficionados: sus privilegios. La polémica acompaña a una leyenda del fútbol español, por su fuerte carácter que se vio en su etapa de portero y ahora le sigue generando problemas en sus inicios como entrenador.

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