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El incierto futuro de Iker Casillas si no se presenta a las elecciones de la Federación
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luis rubiales traza la estrategia perfecta

El incierto futuro de Iker Casillas si no se presenta a las elecciones de la Federación

La candidatura de Casillas a la presidencia de la Federación se desinfla por las dificultades que genera la pandemia con la movilidad y el contratiempo que supone captar votos

Foto: Iker Casillas con una camiseta para denunciar el racismo en una campaña de la FIFA
Iker Casillas con una camiseta para denunciar el racismo en una campaña de la FIFA

El fútbol le dio muchas satisfacciones y éxitos a Iker Casillas en el césped. Lo convirtió en ídolo y leyenda y como tiene claro que quiere seguir ligado a este deporte sus ambiciones apuntan alto. Su objetivo es presidir la Federación. Lo anunció el 17 de febrero. Lo de los despachos es otra aventura con más riesgo o, por decirlo de otra manera, con diferentes códigos en los que hay tener colmillo retorcido y trazar estrategias perfectas e, incluso, perversas. Rubiales tiene más camino recorrido que Casillas. El aspirante recibe un golpe. Casillas frena su candidatura y no acudirá, según Onda Cero, a las elecciones a la presidencia de la Federación que están programadas para el 17 de agosto, si el Consejo Superior de Deportes valida este mes. Si no fuera así, nos iríamos al 17 de septiembre.

Da la sensación de que Luis Rubiales le ha metido un gol a Iker Casillas. Se veía venir la jugada. El presidente ha jugado sus cartas durante el confinamiento y aprovecha la pandemia para bloquear la candidatura de Iker Casillas. Los plazos benefician al actual presidente y generan demasiadas dificultades al ex portero del Real Madrid, la selección española y el Oporto. Casillas no ha dicho nada oficialmente. Lo que queda claro es que está en inferioridad de condiciones para pelearle unas elecciones al presidente que tiene controlada la Asamblea y dispone de apoyos suficientes mientras el país sigue medio paralizado y su rival no se puede mover de Oporto. Casillas, en el mejor de los casos, no podría regresar a España hasta el 1 de julio por las restricciones fronterizas. El tiempo corre en contra para el aspirante que, en una situación normal, podría haber puesto en más apuros a Rubiales.

La candidatura de Casillas se desinfla por las dificultades que genera la pandemia con la movilidad y el contratiempo que supone captar votos. El reglamento electoral beneficia a Rubiales y, a falta de otro contrincante que pueda aparecer en las próximas semanas, se puede dar por vencedor y ampliar su mando otros cuatro años más. ¿Qué va a hacer Iker Casillas hasta 2024? Es uno de los interrogantes que quedan si no hay sorpresa de última hora y se lanza a una carrera electoral con escasas posibilidades de éxito.

Regresar al Real Madrid

Iker Casillas pregona, en su actividad en las redes sociales, que hay que vivir al día y disfrutar del presente. Ese estado de ánimo tan vital y optimista de la leyenda del fútbol español está fortalecido desde que sufrió, el 1 de mayo de 2019, un infarto de miocardio en un entrenamiento con el Oporto. Gracias la rápida actuación de los médicos, el traslado al hospital y la intervención se evitó una desgracia. Casillas ha intentado regresar a la competición y no lo consigue.

Trabaja para el club portugués como figura de enlace entre los jugadores y el club. Su deseo, aspiración y objetivo estaba en regresar a España, tras cinco años en Oporto, y pelear por el sillón presidencial de la Federación. Nunca ha dicho que colgaba los guantes, como parece que no dirá que abandona la candidatura. Pero su futuro, pese que quiera vivir al día, tiene planes. Hoy son de incertidumbre. Puede seguir en Oporto, en un cargo irrelevante en el club, como podría tomarse un año sabático para estar con la familia y esperar a otros proyectos con la Liga, UEFA, FIFA o algún medio de comunicación. Si algo le haría ilusión es una llamada del Real Madrid. Hace unas semanas reconoció, en otro mensaje en las redes sociales, que fue un error cómo se despidió del club con aquella rueda de prensa en solitario. Durante el confinamiento le ha reprochado a Piqué que celebrara el 2-6 del Barça en el Bernabéu.

A Casillas le toca mover ficha. El veterano Iker es un novato o, digamos, que un canterano en los despachos, pese a que tenga el apoyo del presidente de la Liga, Javier Tebas. Para llegar a la presidencia de la Federación Española de Fútbol se necesita un tiempo suficiente con el que hacer campaña e ir debilitando el ejército de votos del que está en el poder. No es nada sencillo para Iker, pese a que por carisma y contactos sintiera, a principios de año, que estaba en disposición de pelear por el sillón presidencial con Luis Rubiales. Al actual presidente, con menos pedigrí, le costó sangre, sudor y lágrimas acabar con el larguísimo mandato de Ángel María Villar (en el poder desde1988). El persistente y guerrero Rubiales lo destronó en las elecciones del 17 de mayo de 2018 con un contrincante (Juan Luis Larrea) de la cuerda del antiguo régimen.

El fútbol le dio muchas satisfacciones y éxitos a Iker Casillas en el césped. Lo convirtió en ídolo y leyenda y como tiene claro que quiere seguir ligado a este deporte sus ambiciones apuntan alto. Su objetivo es presidir la Federación. Lo anunció el 17 de febrero. Lo de los despachos es otra aventura con más riesgo o, por decirlo de otra manera, con diferentes códigos en los que hay tener colmillo retorcido y trazar estrategias perfectas e, incluso, perversas. Rubiales tiene más camino recorrido que Casillas. El aspirante recibe un golpe. Casillas frena su candidatura y no acudirá, según Onda Cero, a las elecciones a la presidencia de la Federación que están programadas para el 17 de agosto, si el Consejo Superior de Deportes valida este mes. Si no fuera así, nos iríamos al 17 de septiembre.

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