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Por qué Sergio Ramos se convierte en un aliado de José Luis Martínez-Almeida
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Por qué Sergio Ramos se convierte en un aliado de José Luis Martínez-Almeida

Ramos está en consonancia con los políticos que ven necesario aligerar el desconfinamiento. Señala, como el alcalde de Madrid, la necesidad de reactivar la economía y la diversión que genera el fútbol

Foto: Sergio Ramos celebra un gol en un partido del Real Madrid en el Bernabéu.
Sergio Ramos celebra un gol en un partido del Real Madrid en el Bernabéu.

Sergio Ramos defiende reactivar el fútbol, a pesar de los que piensan que es precipitado, para taponar la hemorragia económica y entretener a la gente. Una postura razonable y sensata cuando se trata de un sector del que dependen muchos puestos de trabajo y es un pasatiempo. El fútbol es negocio y distracción. Como lo pueden ser otros deportes y actividades culturales que siguen parados en la fase 0, con un incierto regreso y que no tienen un protocolo tan estricto y favorable como el que se ha diseñado para los futbolistas. Estos espectáculos sí tienen que convivir con las diferentes reglas de cada fase que marca el Gobierno en el estado de alarma. En Madrid, no ha vuelto el tenis. El fútbol sí, con los entrenamientos individualizados.

Para Ramos, es vital el regreso de su profesión porque reactiva la economía y las ilusiones de un deporte de masas, pese a que se vaya a jugar a puerta cerrada. Lo que obvia es que está en el foco de la crítica por considerar que tienen privilegios. Esta va a ser la nueva normalidad y las desigualdades que van a ir surgiendo entre unos espectáculos y otros. Por aquí pueden ir los tiros para los que se pregunten cómo va a afectar el coronavirus a la sociedad que busca el entretenimiento y señala el favoritismo. El fútbol tiene menos desfases cuando se trata de priorizar los sectores que más dinero generan y tienen un alto componente de entretenimiento. ¿Qué pensará el sector taurino que agudiza su crisis en temporada alta? ¿Y el musical, artístico…? El fútbol es, para muchos de los que recelan de la postura de Sergio Ramos, el pan y el circo para el pueblo.

En la misma situación de indignación se puede encontrar la hostelería de Madrid con sus restricciones, que se lleva una decepción por habérsele denegado el acceso a la fase 1 y tiene que esperar otra oportunidad que depende, exclusivamente, de criterios sanitarios. Sergio Ramos está en consonancia con los políticos que ven necesario aliviar cuanto antes el confinamiento. Está en la línea del alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida. Al que le tiene simpatía y al que prestó su colaboración en el inicio del estado de alarma para pedir a los madrileños que se quedaran en casa. Se acabó. Hay que volver a producir y entretener (como diría Javier Clemente). Ha llegado la fase de hacer fluir la economía e ir recuperando la diversión. En su caso, para los que verán los partidos por televisión. Van de la mano el capitán del Real Madrid y un alcalde que es fan del Atlético de Madrid. La postura de Almeida y Ramos es un mayor desconfinamiento para encontrar la nueva normalidad de la que habla Pedro Sánchez. El alcalde encuentra un aliado en el capitán del Real Madrid y de la selección española.

El poder curativo del deporte de masas

“El país necesita el fútbol como soporte económico y de distracción de la gente”, es la afirmación del capitán del Real Madrid en ‘Vamos’. Al presidente de la Liga, Javier Tebas, le sirven estas palabras para apoyar esa teoría un tanto frívola de que tiene menos riesgos jugar un partido de fútbol que ir al supermercado o a la farmacia. El fútbol necesita defenderse de los que creen que se está cometiendo una injusticia con el resto de la sociedad. En especial, con el sector de la sanidad que sigue con dificultades de aprovisionamiento de material. A Sergio Ramos, por supuesto, no se le olvidó enviar un mensaje de apoyo y solidaridad a los afectados por esta pandemia y los que luchan en primera línea contra ella. Se posicionó en la línea de los que, como Tebas y Almeida, consideran que es un sector esencial en nuestras vidas por ser un motor económico y su poder curativo para hacer más pasajera la tragedia del coronavirus.

Bien, pues hay quien no piensa de la misma manera y que, incluso, califican de desafortunadas las palabras de Sergio Ramos. Las críticas vienen de fuera y desde dentro por la indignación de los que no entienden cómo hay test masivos para este sector, los que seguirá habiendo y sus familiares. Respuestas que, en muchos de estos casos, se canalizan en las redes sociales. ¿De verdad es tan necesario el fútbol en nuestras vidas? ¿Por qué se rige por unos protocolos especiales y qué intereses le amparan? Es de sobra conocido que representa el 1,4% del PIB y que el tiempo que dure la maratón de partidos, hasta acabar con las once jornadas de Liga que restan de campeonato, significará un paréntesis en las rutinas alteradas y el alivio de los fans de reengancharse al fútbol. Emocionarse es olvidar. ¿Se le marca así un gol al coronavirus? Sergio Ramos también defiende la justicia deportiva. Acabar la Liga para saber quién es el mejor.

Sergio Ramos defiende reactivar el fútbol, a pesar de los que piensan que es precipitado, para taponar la hemorragia económica y entretener a la gente. Una postura razonable y sensata cuando se trata de un sector del que dependen muchos puestos de trabajo y es un pasatiempo. El fútbol es negocio y distracción. Como lo pueden ser otros deportes y actividades culturales que siguen parados en la fase 0, con un incierto regreso y que no tienen un protocolo tan estricto y favorable como el que se ha diseñado para los futbolistas. Estos espectáculos sí tienen que convivir con las diferentes reglas de cada fase que marca el Gobierno en el estado de alarma. En Madrid, no ha vuelto el tenis. El fútbol sí, con los entrenamientos individualizados.

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