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El enfado con Zidane en el Real Madrid y el último petardazo de las rotaciones
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los riesgos de abusar de los cambios

El enfado con Zidane en el Real Madrid y el último petardazo de las rotaciones

Zidane no se culpa de la masiva rotación en el once contra la Real Sociedad sino de perder el orden y la coordinación defensiva para hacer una buena presión. En el club ven demasiados riesgos

Foto: Zidane, con gesto de preocupación, durante el partido de Copa del Rey contra la Real Sociedad. (Efe)
Zidane, con gesto de preocupación, durante el partido de Copa del Rey contra la Real Sociedad. (Efe)

Aparecen, de nuevo, las dudas con Zinédine Zidane. No porque deje de ser un entrenador idóneo (como diría Simeone) para el Real Madrid sino por esos petardazos que mete de vez en cuando. Llevaba una temporada en la que se presumía en el club de la solidez y el hambre que ha recuperado el equipo. En un día señalado le meten cuatro goles y queda señalado por el riesgo de hacer hasta siete cambios en el once contra un rival que está hecho para volar. La Real Sociedad de Imanol Alguacil derrumbó la estructura del once madridista con dinamismo y profundidad. Este es el enfado que trasmite el entrenador francés a sus jugadores y las explicaciones que reciben los dirigentes del club. Zidane no se culpa de la masiva rotación en el once sino de perder el orden y la coordinación defensiva para hacer una buena presión, replegar en situaciones de inferioridad y poder hacer el sistema más compacto.

El problema vuelve a ser defensivo. Lo mejor que tenía y había conseguido el entrenador saltó por los aires en una noche que se esperaba que fuera una fiesta. Pero empezó mal. En el palco extrañó la alineación y se acabaron acordando de la última derrota, en Mallorca, donde el equipo fue un caos con jugadores que no ocupaban los espacios, les costaba llegar a posiciones defensivas y sufría con la descolocación. Un tremendo desequilibrio táctico provocado porque Zidane se cargó a la columna vertebral. De esto hace ya 21 partidos (19 de octubre). Se perdió la solidez en uno de esos días señalados para Florentino Pérez y los directivos que tenían puestas sus esperanzas en llegar a la final de la Copa del Rey. La eliminación provoca pérdidas económicas y daños deportivos.

placeholder Zidane, cabizbajo, durante el partido contra la Real Sociedad. (Efe)
Zidane, cabizbajo, durante el partido contra la Real Sociedad. (Efe)

El enfado de Zidane, aunque diga que no quiere poner excusas, es que tiene jugadores que saben interpretar lo que es defender como un equipo y otros que les cuesta coger la idea. O directamente no tienen condiciones ni actitud. Entre los primeros están Casemiro, Fede Valverde y Mendy. En el grupo de los frágiles y blandos hay un caso especial: James. El colombiano estaba en el desatre de Mallorca. Vuelve a ser uno de los señalados del batacazo contra la Real Sociedad. Hay más que pueden sentir que han desaprovechado la oportunidad que les dio el entrenador. Uno de los más criticados es Marcelo por las dificultades que tiene para tapar los espacios de su banda, la facilidad con que le cogen la espada y lo tarde que llega a los balones divididos. Nunca fue un defensa contundente. Ahora tiene de competencia a una roca: Ferland Mendy. Poco se le puede reprochar a Brahim. El chico está hundido. No es el momento, según Zidane, de buscar culpables sino de reaccionar para recuperar la consistencia del bloque.

Las rotaciones son innegociables

El Real Madrid que construye el técnico se basa en la fortaleza para defender todos juntos y esto es lo que perdió contra la Real Sociedad. Las rotaciones so innegociables para el francés. Zidane reprocha a los futbolistas los errores de una mala presión: descoordinada. La falta de atención y colocación para rearmarse provocó que se vieran escenas llamativas como las de un Zidane cabizbajo cuando la Real Sociedad campaba a sus anchas por el Bernabéu. ZZ se lamenta de una mala primera parte. Su equipo fue superado y arrollado por la velocidad del equipo donostiarra.

Son los mismos fallos del principio de temporada que hicieron del Real Madrid un equipo que se rompía con facilidad. Se recuerdan días fatídicos. Como la derrota contra el Paris Saint Germain en el Parque de los Príncipes, Mallorca y los despistes en el Bernabéu que costaron un empate contra el PSG después de un excelente partido. Errores que ponen, de nuevo, en alerta a Zidane para lo que queda de temporada. Parecía imposible que el Madrid volviera a caerse en defensa. A tener esa versión de conjunto sin firmeza y menos en el Bernabéu. Queda algo de consuelo en el club con la reacción en la segunda parte y el intento de remontada.

“No va a cambiar nada”, es la frase que transmite el entrenador para levantar el ánimo de un vestuario que ha quedado tocado con los cuatro goles y quedar eliminados de la Copa del Rey. Sobre todo están afectados los que menos juegan y van a ver reducidos sus minutos. En esta situación está también Areola. El portero francés no tuvo una noche brillante y se le achaca que pudo hacer algo más en el gol de Martin Odegaard. El ‘no va a cambiar nada’ de Zidane a sus jugadores es un voto de confianza para que los suplentes no bajen los brazos, se motiven o piensen que ya no cuentan. Zidane dice que morirá con sus ideas y seguirá rotando en el once en los partidos de Liga y Champions. Algo que da pavor en la planta noble y los que piensan que tienen que jugar los mejores. Lo de rotar masivamente es un riesgo que cuesta pasar el trago. ZZ las defiende desde el convencimiento de que necesita a tener a todos los jugadores enchufados y con ritmo de competición para prevenir lesiones, fatiga o cualquier otro tipo de contratiempo.

Aparecen, de nuevo, las dudas con Zinédine Zidane. No porque deje de ser un entrenador idóneo (como diría Simeone) para el Real Madrid sino por esos petardazos que mete de vez en cuando. Llevaba una temporada en la que se presumía en el club de la solidez y el hambre que ha recuperado el equipo. En un día señalado le meten cuatro goles y queda señalado por el riesgo de hacer hasta siete cambios en el once contra un rival que está hecho para volar. La Real Sociedad de Imanol Alguacil derrumbó la estructura del once madridista con dinamismo y profundidad. Este es el enfado que trasmite el entrenador francés a sus jugadores y las explicaciones que reciben los dirigentes del club. Zidane no se culpa de la masiva rotación en el once sino de perder el orden y la coordinación defensiva para hacer una buena presión, replegar en situaciones de inferioridad y poder hacer el sistema más compacto.

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