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El escalofrío de Marco Asensio por atarse las botas de fútbol: así se va la cara de enfermo
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la felicidad en la nueva etapa del balear

El escalofrío de Marco Asensio por atarse las botas de fútbol: así se va la cara de enfermo

Asensio empieza un nuevo ciclo en su recuperación. Es el trabajo de acondicionamiento específico en el campo. Medio año después de la lesión disfruta por volverse a poner las botas

Foto: Marco Asensio corre por el césped de la Ciudad Deportiva de Valdebebas. (vía @MarcoAsensio10)
Marco Asensio corre por el césped de la Ciudad Deportiva de Valdebebas. (vía @MarcoAsensio10)

En el calendario de Marco Asensio pone que está llegando al verano. Es un cálculo diferente al que llevan sus compañeros. Hay dos mundos dentro del vestuario del Real Madrid. El de Marco Asensio y el del resto de la plantilla. Para Asensio sale el sol en uno de estos días del frío invierno. Lo hace, además, en una fecha señalada: se cumple medio año de una desgraciada lesión. Coincide, prácticamente, con la celebración de su vigésimo cuarto cumpleaños. En su particular calendario va tachando las hojas de un plan detallado, milimétrico, con horas de trabajo y dobles sesiones que le han tenido en manos de los fisioterapeutas y los recuperadores. Para Asensio no es enero, está en el mes de junio y su cara tiene un color menos pálido.

Son buenas noticias para el balear. Las mejores para un profesional que se recupera de la rotura de ligamento cruzado anterior y del menisco externo de la rodilla izquierda. El infortunio llegó el 24 de julio con una lesión en Washington, en un partido contra el Arsenal, que marcará el resto de su carrera. A Asensio le dijeron que cuando llegara el frío, podría estar pisando el césped. Los pronósticos se cumplen. Marco Asensio ha sentido escalofrío al volver a atarse las botas de fútbol. Una simple acción, tan cotidiana para un profesional de este deporte, vuelve a tener un significado de incalculable valor para el balear.

Asensio empieza una nueva etapa en su recuperación. Se la conoce como el trabajo de acondicionamiento específico en el campo. Ahora le toca realizar diferentes sesiones que van desde la fuerza explosiva, velocidad, potencia aeróbica y la presencia del balón. No es la recta final. La diferencia con las anteriores etapas es que deja las chanclas y las zapatillas. Ahora presume de llevar botas de fútbol. Este es el gran paso en la recuperación mental. La parcela física está controlada por los especialistas que destacan de él su fuerza de voluntad. Zidane sigue de cerca su día a día. Asensio no es uno más en el club ni para el entrenador ni para Florentino Pérez (el balear es considerado como el primer galáctico en la nueva política de jóvenes fichajes).

Los test de seguridad

El joven de 24 años es un atleta más fuerte. Ha experimentado un incremento de masa muscular con largas sesiones en la piscina, bicicleta y las pesas en el gimnasio. Las piernas están cuidadosamente musculadas desde los tobillos hasta el cinturón que forman las lumbares y los abdominales. Unas piernas duras son la garantía de salud para las articulaciones. El cuádriceps y los isquiotibiales tienen que ser de acero para que no se produzcan desequilibrios. Los fisioterapeutas han conseguido que la elasticidad y flexibilidad de la rodilla dañada estén confirmadas dentro de los diferentes test que tiene que ir pasando. Faltaba por conocer este detalle y algo más personal que destacan en el Real Madrid. Cuando Asensio se ha puesto las botas de fútbol se ha quitado la cara de enfermo.

El trabajo que tiene por delante todavía es largo y requiere esfuerzo. Pero es más agradable. Reconfortante. Se mira de otra manera porque ya se ve con las botas de fútbol. Lo anterior es como el paciente que entra a la habitación del hospital, no se quita el camisón y está a la espera de que pase el médico con el informe del día. Asensio tiene el cuerpo preparado para romper con la inactividad de seis meses sin jugar al fútbol. El tiempo para la vuelta a la competición no se lo dicen. Sigue sin haber fecha y no ven conveniente caer en la precipitación. El cruzado es una lesión complicada de la que se puede recaer si no se dan pasos firmes. Todo este discurso lo tiene más que interiorizado en su cabeza, pero la recuperación y la vida la ve diferente con sus mencionadas botas. De soltar las muletas a empezar a dar toques a la pelota es un camino lleno de curvas y obstáculos.

El frío que tanta pereza le da algunos de sus compañeros, cuando tienen que salir a entrenar al césped de la Ciudad Deportiva de Valdebebas, es como un día soleado de primavera-verano para Marco Asensio. Así se valora mejor y con más detalles lo que un día perdiste y puedes volver a recuperar. Es la lección que está aprendiendo un joven futbolista que recupera la autoestima sintiendo, medio año después, lo que es atarse las botas. La piel de gallina. Y no es por el frío. Ya no tiene cara de enfermo.

En el calendario de Marco Asensio pone que está llegando al verano. Es un cálculo diferente al que llevan sus compañeros. Hay dos mundos dentro del vestuario del Real Madrid. El de Marco Asensio y el del resto de la plantilla. Para Asensio sale el sol en uno de estos días del frío invierno. Lo hace, además, en una fecha señalada: se cumple medio año de una desgraciada lesión. Coincide, prácticamente, con la celebración de su vigésimo cuarto cumpleaños. En su particular calendario va tachando las hojas de un plan detallado, milimétrico, con horas de trabajo y dobles sesiones que le han tenido en manos de los fisioterapeutas y los recuperadores. Para Asensio no es enero, está en el mes de junio y su cara tiene un color menos pálido.

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