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El giro en la vida de Santi Cazorla: del dolor continuo que sufre a su nuevo sueldo
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la recompensa de un luchador

El giro en la vida de Santi Cazorla: del dolor continuo que sufre a su nuevo sueldo

Tres años después de una lesión que le 'retiraba' del fútbol se convierte en uno de los jugadores más destacados de la Liga y tiene sitio en la Selección. Cazorla juega con dolor y pocos se enteran

Foto: Santi Cazorla celebra un gol en un partido del Villarreal. (Efe)
Santi Cazorla celebra un gol en un partido del Villarreal. (Efe)

"A usted nadie le ha regalado nada", es una frase que tiene grabada Santiago Cazorla González cuando en 2008 se dirigió a él Luis Aragonés para ponerle a prueba en una concentración de la Selección española. El difunto Aragonés le preguntó si sabía por qué estaba convocado. Cazorla se quedó en blanco. Luis, con ese genio simpático, le arengó y subió la autoestima. En efecto, nadie le ha regalado nada en la vida a Cazorla y ha tenido que superar dos duros golpes. El fallecimiento de su padre (José Manuel) a la edad de los 48 años por un infarto de miocardio y la conocida lesión en el tendón de Aquiles. Estuvo dos años luchando para recuperarse después de que un médico inglés le dijera que no jugaría ni con sus hijos al balón en el jardín de su casa. Tres años después de la primera de las nueve intervenciones quirúrgicas, el asturiano ha dado un giro a su vida.

De la palabra calvario no quiere oír hablar. Ni tampoco de milagros. Santi Cazorla supera los avatares de la vida con un carácter optimista y el propósito de no dar su brazo a torcer nunca. Después de tres años duros y cerca de cumplir los 35 años (el 13 de diciembre) está en otro de los momentos dulces de su carrera. Es el que mejor sabe. El joven asturiano, que salío con 17 años de su tierra, para fichar por el Villarreal reconoce que hoy valora todos los detalles, por pequeños e insignificantes que parezcan, de la vida. Esta lucha contra la adversidad ve su recompensa. Puede parecer material, pero tiene más valor la satisfacción personal. La temporada pasada estuvo 'a prueba' en el Villarreal. Tenía que despejar las dudas del estado de salud del tendón y su resistencia. El pacto incluía jugar con un contrato fijo de 'canterano' (500.000 euros) y 20.000 euros por partido. Disputó más de 30 y sumó más de un millón de euros.

placeholder Cazorla supera a Casemiro en un partido contra el Real Madrid en el estadio de La Cerámica. (Efe)
Cazorla supera a Casemiro en un partido contra el Real Madrid en el estadio de La Cerámica. (Efe)

El salto económico ha sido considerable. A mejor. Menos de lo que le ofrecía el Al Sadd de Xavi Hernández o en la Liga estadounidense (MLS). Cazorla se ha ganado regresar al status de los mejores pagados de la plantilla castellonense (su sueldo está por los 3 millones de euros, aproximadamente). Lejos todavía de los 4,5 millones de euros anuales que ganaba cuando le fichó el Arsenal. Pero no es el dinero lo que necesitaba. Batalló para no dejar el fútbol. Le apasionaba su vida en Londres, la Premier League, el reconocimiento de los aficionados y esos días en los que competía sin dolor. Se acuerda del momento en el que era el novato del Arsenal y, como marcan las costumbres, tenía que cumplir con el trámite de cantar una canción. Se arrancó con 'La Macarena' de Los del Río. Era la letra más sencilla. Pura diversión. Quería volver a esos días de convivencia en un vestuario, entrenamientos, competición, bromas... Lo ha conseguido, de nuevo, en el Villarreal y en la Selección española con la confianza que le deposita Robert Moreno.

Un umbral de dolor alto

Lo que no ha logrado es volver a jugar sin dolor en un tendón que había perdido 10 centímetros por la infección de un virus que le obligó a pasar con frecuencia por el quirófano. Hasta nueve intervenciones quirúrgicas para lograr una reconstrucción que le permiten, con mucho esfuerzo y sacrificio, estar en la alta competición. Solo tiene palabras de agradecimiento para el doctor Mikel Sánchez y las manos del fisioterapeuta Juan Carlos Herranz. Muchas horas de soledad y trabajo en Salamanca. Aquí está el milagro. Pero ha valido la pena. A pesar de que Santi Cazorla juega hoy con unas molestias que son imposibles que desaparezcan. Él no lo transmite. No se queja. Puede reflejarlo cuando se le ve torcer el gesto. Lleva un plan específico. Se agarra a la frase de Luis Aragonés y en Villarreal recuerdan el día que ficharon a un joven de 17 años y se preguntaban: "Hemos traído a un chaval pequeñito. No sé si llegará".

Vaya que si ha llegado. En dos etapas. La más difícil es la segunda. La que más valora a sus casi 35 años y la que no deja de sorprender al mundo del fútbol. Santi Cazorla es uno de los mejores futbolistas del equipo que dirige Javier Calleja. De los más destacados de una Liga en la que brillan los habituales como Messi, la revelación, Martin Odegaard, y el más admirado, 'Cazorlita'. Su entrenador le considera un líder más carismático que jerárquico. Un profesional que contagia al grupo la cultura del esfuerzo, trabajo, ilusión y buen ambiente. Tiene una actitud elogiable. Cercano con los aficionados, alegre con los compañeros y respetado por los rivales. Nadie conoce a una persona que haya tenido una discusión con Santi Cazorla. Le adoran por su cercanía y talento. Lo que se ve en los partidos es el premio a mucho sacrificio y una calidad innata que le hace especial por manejar con la misma precisión el pie izquierdo y el derecho. "No sabemos qué pierna es la buena", dicen en el Villarreal.

El sufrimiento lo lleva por dentro. Un dolor que es soportable solo por una persona que, según comentan en el Villarreal, tiene un umbral alto, por encima de lo normal. Puede empezar los partidos frescos, con ritmo, velocidad e intensidad. Pero ese tendón duele cuando transcurre el tiempo y se suceden los golpeos. No se queja. Se le quiere por su humildad. "Yo ya no tengo edad para ir a la Selección", dice entre bromas Cazorla cuando recibe la llamada de Robert Moreno. A este nivel le podemos ver con España en la Eurocopa de 2020. 'Orgulloso jugador del Villarreal CF', tiene puesto en su descripción en el perfil de Twitter. Admirable.

"A usted nadie le ha regalado nada", es una frase que tiene grabada Santiago Cazorla González cuando en 2008 se dirigió a él Luis Aragonés para ponerle a prueba en una concentración de la Selección española. El difunto Aragonés le preguntó si sabía por qué estaba convocado. Cazorla se quedó en blanco. Luis, con ese genio simpático, le arengó y subió la autoestima. En efecto, nadie le ha regalado nada en la vida a Cazorla y ha tenido que superar dos duros golpes. El fallecimiento de su padre (José Manuel) a la edad de los 48 años por un infarto de miocardio y la conocida lesión en el tendón de Aquiles. Estuvo dos años luchando para recuperarse después de que un médico inglés le dijera que no jugaría ni con sus hijos al balón en el jardín de su casa. Tres años después de la primera de las nueve intervenciones quirúrgicas, el asturiano ha dado un giro a su vida.

Luis Aragonés Leo Messi
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