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La mala fama de Sergio Ramos porque le tienen envidia y el falso pisotón
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denuncia una campaña de desprestigio

La mala fama de Sergio Ramos porque le tienen envidia y el falso pisotón

El último episodio oscuro que ha sufrido en sus carnes ha sido una campaña agresiva contra su prestigio por un falso pisotón a Sterling en el encuentro entre España e Inglaterra

Foto: Sergio Ramos con Ángel Correa en el derbi liguero del Bernabéu. (Efe)
Sergio Ramos con Ángel Correa en el derbi liguero del Bernabéu. (Efe)

A Sergio Ramos le persigue la fama de futbolista duro desde que hace ya casi un año viera dos tarjetas amarillas en Bilbao y se convirtiera en el futbolista más expulsado en la historia de la Liga (19 ocasiones). Superó el registro de Pablo Alfaro y Xavi Aguado. Una mala reputación que tuvo un punto negativo más en su carrera cuando esta temporada, en el primer partido de la Champions contra la Roma en el Bernabéu, le enseñaron una cartulina amarilla y pasó a ser el más amonestado de la historia de la Champions: 37 amarillas por 36 de Paul Scholes.

El último episodio oscuro que ha sufrido en sus carnes ha sido una campaña agresiva y desinformación contra su prestigio por un falso pisotón a Sterling en el encuentro entre España e Inglaterra. “Nada más que decir”, escribió en un mensaje en las redes sociales el central con un vídeo emitido en el programa ‘Estudio Estadio’ que sirvió para desmontar los feroces ataques de la prensa inglesa.

La crítica más implacable califica a Ramos de sucio y los más exagerados le tachan de violento. Este asunto le revuelve las tripas al futbolista del Real Madrid y la solución que encuentra para, de alguna manera, lavar su imagen o poner freno a la cantidad de tarjetas que recibe es realmente difícil. A Sergio le acompaña una etiqueta que futbolista rudo y brusco que no le hace justicia porque la otra postura es reconocerle la nobleza y el ímpetu con el que se emplea. La diferencia entre los que no le pasan una y los que le sitúan dentro de la legalidad está en asegurar si va a hacer daño.

Foto: Sergio Ramos se esfuerza para llegar a un balón dividido en el partido de Liga ante el Espanyol. (Efe)

Sergio Ramos considera que es un defensa contundente, rocoso y comprometido que cuenta con menos permisividad arbitral por la cantidad de temporadas que lleva como profesional -esta es su decimocuarta temporada con el Real Madrid-. Al capitán del Real Madrid puede que le perjudique el ardor y la fogosidad con el que se emplea y una baja tolerancia de los árbitros que juzgan sus acciones con una rigurosidad elevada. Incluso, se ha visto en ocasiones dañado por la astucia de ciertos rivales que conocen la facilidad para sacarle una tarjeta.

Le persigue la lesión de Salah

Una serie de factores complicados de manejar porque no están bajo su control. Lo que depende de él es ser más cuidadoso en el salto, con los codos, soltar las manos y el exceso de energía con la que va a los balones divididos y el choque. El oficio en cualquier central del mundo. Pero lo de Ramos ha cogido otra dimensión desde que Mohamed Salah se marchó lesionado en el hombro en la final de la Champions contra el Liverpool. Desde ese momento su fama de ‘leñero’ ha cogido un mayor impacto mundial hasta el punto de que denunció que su familia ha sufrido amenazas. La prensa inglesa y la egipcia -antes del Mundial- le han crucificado y él se defiende en la sala de prensa hasta el punto de mandarle un recado a Kloop, el técnico que no le perdona sus acciones en el partido de Kiev. "Que se dedique a ganar finales", le respondió Ramos porque ya estaba harto de que también se dijera que golpeó intencionadamenta a Karius.

Lo que le queda a Ramos o lo que le aconsejan en el vestuario es que no cambie, pero que tenga cuidado porque está en un momento de su carrera que le miran con lupa. Son sabios consejos si el central consigue encontrar el equilibrio entre la contundencia y no encogerse por estar cada vez más condicionado. Lo que llama la atención es que algunos compañeros le dicen que no haga ni caso porque le tienen “envidia”. De lo que sí presume el sevillano para echar por tierra las malas estadísticas de sanciones en la Liga y en la Champions es que en los 160 partidos con la Selección española no ha sido ninguna vez expulsado. Un contraste interesante.

A Sergio Ramos le persigue la fama de futbolista duro desde que hace ya casi un año viera dos tarjetas amarillas en Bilbao y se convirtiera en el futbolista más expulsado en la historia de la Liga (19 ocasiones). Superó el registro de Pablo Alfaro y Xavi Aguado. Una mala reputación que tuvo un punto negativo más en su carrera cuando esta temporada, en el primer partido de la Champions contra la Roma en el Bernabéu, le enseñaron una cartulina amarilla y pasó a ser el más amonestado de la historia de la Champions: 37 amarillas por 36 de Paul Scholes.

Sergio Ramos Liverpool FC
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