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Qué hacía un magnate de la NBA, Sarver, sentado en la grada del campo del Peralada
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LA HISTORIA DEL DUEÑO DEL MALLORCA

Qué hacía un magnate de la NBA, Sarver, sentado en la grada del campo del Peralada

El Mallorca jugará la promoción de ascenso contra el Mirandés. Fue comprado por el propietario de los Phoenix Suns, Robert Sarver, es seguido por Steve Nash y tiene un trotamundos como CEO

Foto: Maheta Molango, Robert Sarver y el expropietario Utz Claassen. (EFE)
Maheta Molango, Robert Sarver y el expropietario Utz Claassen. (EFE)

Es una luminosa mañana de octubre en Peralada, uno de esos preciosos pueblos de la Costa Brava donde la vida parece viajar siempre despacio. Con su castillo, su festival y su equipo de fútbol. Las dos primeras cosas son muy célebres, conocidas mucho más allá del pueblo. El equipo no tanto, es pequeño, lo que corresponde a una localidad que no llega a los 2.000 habitantes, aunque meritorio, pues está en 2ªB tras un notable ascenso la temporada anterior. Las gradas no están llenas, de hecho podrían albergar casi tanta gente como ciudadanos tiene el pueblo. Sentado en una silla de plástico, sin nadie a su alrededor, un 'guiri' mira el partido. No es raro en la zona, al fin y al cabo el turismo es uno de los motores de la región. Pero no, este no es un 'guiri' cualquiera, es un millonario de Arizona llamado Robert Sarver.

Sarver es el dueño del Mallorca, el equipo que ahora aspira a retornar a Segunda División, el mínimo exigible en un club histórico. La temporada, a pesar de algunos sobresaltos, ha sido plácida. Mucho mejor que la del otro equipo de Sarver, los Phoenix Suns, de los que es dueño desde el año 2003 y han sido esta temporada el peor equipo de la NBA. Se plantea incluso venderla este año, no tanto porque esté perdiendo sino porque el precio de las franquicias se ha disparado y ve en este momento una buena oportunidad para sacar rédito de su inversión.

"Soy un banquero, tengo una inclinación natural por mirar a las cosas desde una perspectiva analítica y financiera. Estoy orgulloso de haber sido el dueño de los Suns estos últimos 14 años, no puedo ignorar el tremendo retorno que sería para mi inversión inicial si finalmente hago ese movimiento", explicaba en una entrevista reciente citada por la web Fansided.

La relación de Sarver con el dinero la explica bien Paul Shirley, un trotamundos del baloncesto que en algún momento fue columnista de 'El País' gracias al hecho de ser un deportista que no razona como un deportista. Le conoció cuando jugó en los Suns, casualmente en el mismo tiempo en el que Sarver se hizo con el equipo. "Nos explicó cómo había construido un imperio bancario desde casi nada, solo una pequeña ayuda de sus padres que le ayudó a empezar. Yo nací en un pequeño pueblo de Kansas, la mayor parte de la gente que creció conmigo terminó en el ejército o en una fábrica, así que cuando pienso en pequeñas ayudas financieras creo que hablamos de, por decir una cifra, 50 dólares. A él le dio para comprarse un banco", cuenta con gracia en una web local de Phoenix.

Su imperio le dio para los Suns y para el Mallorca, aunque el club bermellón no fue su primera opción en España. Primero lo intentó con el Getafe, después con el Levante. En el primer caso terminó por no fiarse de Ángel Torres y de las cuentas que le presentaba. En el segundo fue la fundación del club la que rechazó la llegada del magnate. Fueron tomas de contacto hasta el objetivo final que le sirvieron, a él que tiene buena vista, para encontrar quien meses después sería el primer ejecutivo del club, Maheta Molango.

placeholder Sarver y Nash, en Mallorca. (EFE)
Sarver y Nash, en Mallorca. (EFE)

Un trotamundos como director general

Hay biografías curiosas y, sin duda, la de Molango es una de ellas. Nacido en suiza, canterano del Atlético, se terminó convirtiendo en una figura de culto en el Brighton, pues marcó gol a los 12 segundos de su debut. Primero y único tanto de su periplo por los 'seagulls'. Como lo del fútbol no cuajó terminó en la Universidad Carlos III haciendo derecho mientras jugaba en el Unión Adarve. Claro acierto, empezó a trabajar en Baker&Makenzie, uno de los grandes bufetes, y un día conoció a Sarver.

"Cuando quiso comprar el Getafe yo llevaba el caso, no funcionó, pero me dijo que si algún día compraba un club le gustaría que yo me involucrase, porque había hecho un buen trabajo, así que cuando compró el Mallorca me llamó y me preguntó si quería ser director general. Es una de esas propuestas que no puedes rechazar", explicaba Molango en una entrevista.

"Le pregunté a Robert por qué me elegía y me dijo que no necesitaba un experto en finanzas sino alguien que conociese el juego y entendiese cómo es un vestuario, con un nivel de contactos con agentes y jugadores para lograr que las cosas saliesen", narraba el directivo. Sarver no llegó solo, como buen propietario de franquicia se trajo del brazo a un estrellón, el dos veces MVP de la NBA Steve Nash.

Nash, mito de los Suns, es un gran amante del fútbol. Del Tottenham, propietario del equipo de Vancouver de la MLS, aficionado del Barcelona y también del Mallorca de su amigo Sarver. Está muy implicado, tiene un pequeño porcentaje de la empresa matriz y aunque no ostenta cargo alguno, echa mano del twitter activo para seguir las aventuras y desventuras del club. Porque no todo fueron verdes praderas, que en la primera temporada después de la compra el club descendió a 2ªB a pesar de la inversión. Molango mantuvo su puesto en una decisión que no hubiese sido probable con un propietario español, más dados a apretar el gatillo en cuanto vienen mal dadas.

Los planes son ambiciosos, aunque solo sea porque uno no recorre el mundo e invierte 20 millones de euros en comprarse un club sin imaginarse acto seguido codeándose con el Madrid o el Barcelona. De momento, una eliminatoria de ascenso contra el Mirandés crucial para el futuro de la institución, en Segunda B el fútbol, para una ciudad tan grande como Mallorca, tiene más miserias que bondades. Segunda, quién sabe cuándo Primera, reformar el estadio, crecer el presupuesto, darle un tono moderno al equipo... esas cosas que uno piensa cuando pone el cheque encima de la mesa.

Es una luminosa mañana de octubre en Peralada, uno de esos preciosos pueblos de la Costa Brava donde la vida parece viajar siempre despacio. Con su castillo, su festival y su equipo de fútbol. Las dos primeras cosas son muy célebres, conocidas mucho más allá del pueblo. El equipo no tanto, es pequeño, lo que corresponde a una localidad que no llega a los 2.000 habitantes, aunque meritorio, pues está en 2ªB tras un notable ascenso la temporada anterior. Las gradas no están llenas, de hecho podrían albergar casi tanta gente como ciudadanos tiene el pueblo. Sentado en una silla de plástico, sin nadie a su alrededor, un 'guiri' mira el partido. No es raro en la zona, al fin y al cabo el turismo es uno de los motores de la región. Pero no, este no es un 'guiri' cualquiera, es un millonario de Arizona llamado Robert Sarver.

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