Pep Guardiola, inmaculado y a triplete por temporada, justo lo que necesita el Madrid

Casualmente, el mismo día que Luis Enrique levantaba en Japón su quinto título con el Barça y se quedó a uno del histórico 'sextete' que logró en ese mismo banquillo Pep Guardiola, el Bayern de Múnich hizo oficial algo que estaba cantado y contado: el técnico catalán no renovará el contrato que finaliza el 30 de junio de 2016 y su puesto lo ocupará el exmadridista Carlo Ancelotti, quien ha f6irmado por tres temporadas y cerrará el círculo tras entrenar en Italia (Reggiana, Parma, Juve y Milan) , Inglaterra (Chelsea), Francia (Paris Saint-Germain), España (Real Madrid) y ahora Alemania.

Hace más de dos meses que Ernesto Bornzetti, una de las personas de confianza del entrenador italiano, lleva rastreando el mercado en busca de los posibles fichajes que Ancelotti pueda pedir para su Bayern. Es decir, que la noticia de la marcha de Guardiola no ha pillado por sorpresa a nadie, así como tampoco el nombre de su sustituto. Ahora falta por confirmar, por más que todos los dedos apunten al Manchester City, si Pep sustituye a Manuel Pellegrini, con contrato en vigor y renovado el pasado mes de agosto hasta 2017, o si Chelsea y Manchester United, con Mourinho recientemente destituido y Van Gaal en la cuerda floja, respectivamente, también siguen pujando por él.

Los méritos de Guardiola van más allá de sus 19 títulos -sin contar el que logró con el Barça B- que al término de esta temporada pueden ser 20, con la Bundesliga encarrilada, 21 si gana su segunda Copa de Alemania o 22 si el Bayern levanta su sexta Copa de Europa en la final de Milán. El verdadero mérito de Pep es, además de dotar de un patrón y una identidad de juego a sus equipos, ser él quien pone fin a sus contratos. Cuatro años en el Barça y tres en el Bayern, con una media de tres títulos por temporada. Guardiola supo elegir cuándo irse del Barcelona y a buen seguro que la decisión de no seguir la próxima temporada en el Allianz Arena es la más acertada, tanto para él, como para el propio Bayern. A diferencia de otros entrenadores, que acaban con sus equipos antes de que tengan que ser destituidos, Pep valora cuándo es él quien está desgastado y es mejor cerrar su ciclo. Por eso su currículum como entrenador sigue inmaculado.

Al Bayern le salió bien anunciar el fichaje de Guardiola cuando Jupp Heynckes aún tenía en sus manos lograr el triplete y en el club alemán confían en que ahora ocurra lo mismo, aunque la situación no sea la misma. Primero, porque el alemán anunció que iba a dejar los banquillos, mientras que con Pep todo van a ser especulaciones hasta que se haga oficial su nuevo destino. Y, segundo, porque los jugadores ya saben que el técnico español no estará con ellos la próxima temporada y que Ancelotti será su sustituto, aunque antes incluso de que se confirmara su marcha, hasta cuatro han renovado sus contratos: Xabi Alonso, Javi Martínez, Boateng y Müller.

Ancelotti no será un impulso para el Bayern

¿Y qué decir de Ancelotti? Tal y como recuerda Martí Perarnau, el propio Carletto se define en su libro 'Mi árbol de Navidad' como un entrenador con gran capacidad de adaptación. El italiano está igualado con Alex Ferguson y Pep Guardiola como entrenador europeo con más títulos internacionales mayores (8) de la historia, en su caso logrados en la mitad de tiempo que el escocés, aunque en el triple que el español. A la espera de lo que suceda esta temporada con el Bayern, Ancelotti es quien más trofeos de Champions League posee: tres, por dos de Sir Alex y Pep.

“Cuando entrena a jugadores importantes, por no hablar de campeones, el entrenador debe tener presente la necesidad de ser dúctil y de crear la situación ideal para que dichos jugadores se puedan aprovechar al máximo", explica Ancelotti en el libro anteriormente mencionado. "¡No hay otro camino! Es erróneo concentrarse en un sistema de juego que se considera ideal; lo que debe hacer el entrenador es crear un sistema que se amolde a las características de los jugadores que tiene a su disposición y en el cual estos se sientan cómodos (…) Una sugerencia: cuando disponemos de tantos jugadores destacados, lo primero que debemos hacer es evitar una actitud ‘integralista’ e intemperante, porque a la larga eso se puede convertir en un factor que disgregue el grupo”.

Estas afirmaciones de Ancelotti sirven para explicar el fracaso de Rafa Benítez en el Real Madrid, donde entró como un elefante en una cacharrería, y también dan más valor a lo que hizo Pep, sobre todo en el Barça post-Rijkaard, pero también en el Bayern post-Heynckes. Es decir, justo lo que necesita el Real Madrid, un técnico que sepa llevar un vestuario plagado de estrellas, que garantice títulos, pero al mismo tiempo le dote de un estilo de juego definido, reconocible, que guste a la grada del Bernabéu. Un estilo inmaculado, como el de Guardiola.