La decepción de Alonso en Hungría se convirtió en un tremendo enfado: "Esto es horrible"

No se le puede reprochar a Fernando Alonso que trate de mantener alto, en todo momento, el ánimo de su equipo y sus seguidores. No era fácil hacerlo este sábado en una de las peores clasificaciones del año, en un circuito que, a priori, era de los más propicios para las características de su Aston Martin. Aunque es cierto que las diferencias en parrilla son mínimas, es igual de cierto que la competitividad del coche del asturiano se ha evaporado. El asturiano es humano y aunque se contuvo al comienzo de sus declaraciones, el sinsabor acumulado acabó haciéndose visible cuando fue preguntado por el nuevo sistema de clasificación.

"El nuevo formato de clasificación es horrible", explica molesto el de Oviedo. "No creo que haya añadido mucho a la clasificación. La gente lo que quiere ver es una clasificación donde intentemos ir lo más rápido posible. En la Q1, Q2 y Q3 intentamos progresar, pero lo malo de este formato es que no tenemos neumáticos para entrenar. Todos los entrenamientos libres han sido para reservar neumáticos para llegar a la clasificación con juegos nuevos".

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Lewis Hamilton, a pesar de haber logrado la pole position, fue otro de los pilotos que se posicionó en contra de este nuevo formato, coincidiendo con el sinsentido de dar el menor número de vueltas posibles con tal de no gastar ruedas. Y lo dice alguien como el británico, que siempre es sensible a temas de sostenibilidad. "No me parece un buen formato. Reduce nuestro tiempo en pista, que es lo que atrae la atención de los aficionados. Tiran muchos neumáticos de lluvia después de un fin de semana de carreras, quizá deberían investigar por ahí".

En la misma línea de Hamilton se pronunciaba Fernando: "Si pagas una entrada de 300, 400 o 500 euros para la FP1, FP2 y FP3, no podemos estar reservando neumáticos, no creo que sea lo que la F1 quiere. Pero bueno, hay que probar, aprender de los errores y, si yo tuviese una opinión, no votaría a favor de este formato". Sin embargo, es muy posible que más allá de un nuevo sistema de clasificación que a pocos ha convencido, el piloto de Aston Martin tenga también en su malestar algo que decir sobre la súbita pérdida de competitividad de su coche.

"Yo creo que donde estamos es un poco donde nos merecemos", admite resignado Fernando. "Los domingos solemos ir un poco mejor, pero está todo tan apretado en una décima, que estamos ahí cuatro o cinco coches. A ver si podemos pasar a los Alfa Romeo, que tienen un poco menos de ritmo en carrera. Pero por detrás están Checo Pérez y Carlos Sainz. Hay coches detrás rápidos. También está Russell, el coche más rápido de este sábado, que se ha quedado fuera en la Q1". Obviamente, Fernando no puede (o, al menos, no debe hacerlo él) abrir un peligroso melón, como es la súbita pérdida de competitividad de su Aston Martin, coincidente con la entrada en circulación de las nuevas carcasas de Pirelli.

Las casualidades no existen y menos aún en Fórmula 1. La súbita competitividad de Mercedes y McLaren en las dos últimas carreras es, cuando menos, sospechosa. Nadie duda que ambos equipos hayan hecho un excelente trabajo para mejorar las carencias de sus monoplazas desde el comienzo de la temporada. Pero tiene que haber algo más. Para que un coche como el McLaren recupere casi segundo y medio segundo al Red Bull en apenas cuatro meses, no cabe otra razón adicional que los neumáticos. La razón esgrimida para introducir los nuevos tipos de gomas es por la seguridad, es decir, la razón que saben los implicados que no va a ser cuestionada por nadie.

Un cambio controvertido

El cambio de las reglas de juego en mitad de un partido es una decisión polémica que va a tener que analizarse en profundidad en fechas venideras, pero los hechos son incontestables: Max Verstappen ha visto cómo su superioridad aplastante se ha reducido estas dos últimas carreras de un plumazo. Y en circuitos que son antagónicos. Y otra coincidencia no menos curiosa es que el coche que más se parecía al suyo conceptualmente, el Aston Martin, ha sido junto al Red Bull el que más competitividad relativa ha perdido por este cambio de neumáticos.

Quizá sea bueno rescatar las palabras de Andrea Stella, pronunciadas en el Gran Premio de España, que fue la primera vez donde los McLaren fueron razonablemente competitivos: "Hay un margen muy estrecho de condiciones donde nuestro coche funciona muy bien, pero tiene que incluir una pista fría, temperatura ambiente frías, curvas de alta velocidad y mucho agarre de los neumáticos", explicaba entonces el ingeniero italiano. Pues resulta que apenas mes y medio después, con calor intenso, pista poco abrasiva y curvas medias y lentas, el McLaren es un coche capaz de luchar por la pole position. Un poco extraño, ¿no?

"Cuando hemos estado a cuatro décimas de la pole en muchas carreras, estábamos terceros y cuartos en parrilla, y ahora estamos octavos porque todo se ha apretado en la zona alta. Es lo que hay. Intentaremos progresar y remontar desde la octava posición. Yo creo que estamos un poco donde nos merecemos", explicaba Alonso. Ese es el gran cambio. Todos los coches han mejorado, todos han incorporado evoluciones, pero hay un denominador común, que es que los monoplazas que menos degradaban los neumáticos, como eran los Red Bull y los Aston Martin, han visto reducida su ventaja.

"Intentaremos sumar puntos, no somos lo suficientemente rápidos ahora mismo para pensar en el podio. Son fines de semana donde hay que apretar los dientes y sumar puntos", admite un Fernando Alonso que, entre los formatos de clasificación experimentales y los cambios en los neumáticos, le han puesto cuesta arriba un curso que comenzó de lo más prometedor. El "es horrible" que exclamó fue de lo más revelador, pero cuando estás de vuelta de todo en la Fórmula 1, no vas a bajar los brazos. Y menos en una carrera como el Gran Premio de Hungría.