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"Duele más si eres el más rápido". El hueso de aceituna en la garganta de Carlos Sainz
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SU MEJOR CARRERA DE LA TEMPORADA

"Duele más si eres el más rápido". El hueso de aceituna en la garganta de Carlos Sainz

Después de una carrera impecable en la que acogotó a Verstappen hasta la línea de meta y tras lograr la vuelta rápida, Sainz volvía a quedarse a las puertas de su primer triunfo

Foto: Carlos Sainz, al ataque durante el GP de Canadá. (Reuters/Christinne Muschi)
Carlos Sainz, al ataque durante el GP de Canadá. (Reuters/Christinne Muschi)
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"No, la verdad es que no estoy satisfecho. Demasiado cerca para estar satisfecho". Carlos Sainz cuajó en el Gilles Villeneuve la mejor carrera de la temporada, ofreciendo además la imagen que tanto necesitaba. Pero una vez más la pelota pasó lamiendo el poste. El balón no acaba de entrar. Sin embargo, a pesar de resistirse una vez más el primer triunfo, dibujó el perfil de un piloto ganador capaz de acogotar al líder del campeonato hasta la última curva del Gran Premio de Canadá.

Mattia Binotto sintetizó tras la carrera esa imagen con un mensaje que, aunque importante en clave externa, más lo era en clave interna: "Lo importante en la Scuderia es que podemos contar también con él porque puede ser muy rápido el domingo". Pero sin dejar el recado propio de un exigente jefe de equipo que aspira al título de Pilotos y Equipos en 2022. Eso sí, tanto a Binotto como Sainz les corroía la duda: ¿podrían haber ganado la carrera sin haber adelantado a Max Verstappen?

"Así duele más"

Sainz compite hoy con ese hueso de aceituna que tiene en la garganta y no logra expulsar: el de esa primera victoria tan cercana y tan esquiva a la vez. "Ha sido probablemente la primera vez en todo el año que he sido el más rápido en pista, y no tener la victoria cuando eres el más rápido, quizás duele más, pero nos hemos encontrado un circuito que era muy difícil pasar, sobre todo con coches con ritmo parecido", admitía el español.

Sainz parecía otro en el Gilles Villeneuve. Sin Leclerc, asumió la responsabilidad de Ferrari con total autoridad en la pista con una actitud contundente y seguro de sí mismo en cada una de las diferentes fases de la prueba. El viernes, Helmut Marko se descolgó ufano anunciando el fantástico ritmo del RB18 hasta hacerle aparecer inalcanzable para el resto del fin de semana. Pero Sainz confirmó lo contrario en la carrera. "No ha sido una sorpresa el ritmo, desde el viernes Carlos fue muy rápido, sabíamos que podíamos luchar, sabemos que nuestro coche era competitivo, Carlos era competitivo con el coche, está pilotando cada vez más rápido y ha sido muy bueno verle hoy ciertamente tan rápido o ligeramente más rápido que Max", certificaba Binotto al terminar.

El 'toque' de Binotto a su piloto

Sainz no cometió ni un fallo durante el gran premio. Pero sí uno durante todo el fin de semana. Por ello le apretó las tuercas allá donde Sainz necesita el último apretón. Sin Leclerc luchando por la pole (tras lograr cuatro seguidas) Sainz debía asumir la responsabilidad, empezando por lograr el mejor tiempo el sábado, para así marcar el ritmo desde la primera posición ante la gran igualdad de ambos monoplazas, y en un circuito de complicado adelantamiento. Un reproche que el jefe repitió en varias ocasiones.

"Carlos ha tenido una carrera muy fuerte hoy, con buen ritmo, buen pilotaje, lo intentó todo, estuvo muy cerca, así que puede estar muy contento hoy, está ganando cada vez más confianza. Si hay alguna cosa, es que para ganar hoy en una pelea tan cerrada con Red Bull y Max, necesitas ser perfecto en el fin de semana entero, y, si hubo algo, creo que ayer los entrenamientos de Carlos las cosas no fueron perfectas, y quizás han pasado factura hoy". Ese medio segundo perdido en el momento clave el sábado permitió a Verstappen salir primero y aprovechar esa ventaja de la posición en pista.

¿Se podía haber ganado?

Pero también si los dados de la fortuna hubieran arrojado otros números quizás el madrileño podría haber ganado. Porque Carlos Sainz bajó de su monoplaza con esa íntima confianza de no haber mediado el coche de seguridad que, más que una bendición para el español, lo fue también para Verstappen. "Sin el último coche de seguridad le hubiese costado pasarme, porque yo me iba a quedar hasta el final, no me iba cogiendo muy rápido, y creía que lo podía hacer de cara al final", explicó el de Ferrari.

En un momendo dado, el ingeniero de Sainz le lanzó el reto por la radio: "El objetivo es 17.5”, es decir, el ritmo por vuelta para no ser alcanzado por el holandés En la 49, otro mensaje indicaba que el piloto iba en el buen camino porque se ajustaba al objetivo marcado. "Ahora tenemos un buen ritmo. Mantenlo ahí". Pero no hubo opción de saberlo qué hubiera sucedido al final. Escuchando a Binotto, también se percibía la sensación de que Sainz podría haber aguantado con una sola parada y sin ese coche de seguridad.

placeholder Vimos al Sainz más agresivo. (Reuters/Kirouac)
Vimos al Sainz más agresivo. (Reuters/Kirouac)

"Es difícil de decir. Sabíamos que para defendernos Carlos tenía que hacer al menos un (minuto) 17.4 o 17.3 por vuelta, porque Max era rápido por detrás. Hubiera estado muy apretado, sin duda. Pensábamos si entrar o en si seguir en la pista, íbamos monitorizando muy de cerca la situación. Es difícil decir cómo hubiera terminado la carrera sin el coche de seguridad". El piloto sentía que podría haber resistido, y el mismo Verstappen llegó a temer lo mismo: "tenía neumáticos más frescos y me iba acercando a Carlos, pero no estaba seguro de haber podido cerrar la diferencia al final de la carrera".

"Esa victoria va a llegar, porque está ganando confianza carrera tras carrera con el coche, se está acercando", confirmaba Binotto, quien usaba otro lenguaje y términos sobre su piloto respecto a pasadas carreras. "es cada vez más rápido, está contento, y más relajado". A su padre, Sainz senior, le costó romper aguas con su primera victoria en el Mundial de Rallies, Acrópolis de 1990, mitad de campeonato, en el segundo año con Toyota. Luego vinieron todas de corrido. Será cuestión de poco tiempo expulsar de una vez ese hueso en la garganta con este Carlos Sainz de Montreal.

"No, la verdad es que no estoy satisfecho. Demasiado cerca para estar satisfecho". Carlos Sainz cuajó en el Gilles Villeneuve la mejor carrera de la temporada, ofreciendo además la imagen que tanto necesitaba. Pero una vez más la pelota pasó lamiendo el poste. El balón no acaba de entrar. Sin embargo, a pesar de resistirse una vez más el primer triunfo, dibujó el perfil de un piloto ganador capaz de acogotar al líder del campeonato hasta la última curva del Gran Premio de Canadá.

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