Carlos Sainz ante su techo de cristal: el error en la última vuelta que siempre lo condena

Otra vez tan cerca y a la vez tan lejos. Otra vez saboreando una 'pole' que se mantuvo en el aire hasta el final y que, de nuevo, se le escapó de entre las yemas de los dedos. Esa falta de confianza para llevar su monoplaza al límite y las malditas décimas en contra. Con Charles Leclerc fuera de combate por un cambio en la unidad de potencia, las opciones de Ferrari por lograr el primer puesto en la clasificación del Gran Premio de Canadá pasaban por Carlos Sainz. El piloto español, además, se encontró en plena carrera con que Checo Pérez, rival muy fuerte en las últimas semanas -especialmente en circuitos urbanos como el Gilles Villeneuve, Baku o Mónaco- perdía sus opciones de sellar la primera plaza al chocarse contra las barreras. Después de estar entre los más rápidos de la Q1 y la Q2 y no tener ningún tipo de problema, Sainz entró en la definitiva Q3 con todas las opciones intactas... pero falló en el momento clave al patinar.

"Hoy me sentía bien con el coche, sobre todo con los neumáticos de lluvia extrema, pero me faltaban un par de décimas. Sabía que había hecho un buen primer sector, pero en el segundo se me iba la vuelta. En la última curva he intentado ganar todo lo que perdí, pero eso me ha costado la segunda posición por un error. Con el intermedio nos sigue faltando, pero la carrera es mañana, intentaremos ir a por ello", explicaba Carlos Sainz nada más terminar la clasificación en Montreal. Una situación similar a la vivida en Baku la semana pasada, cuando Sainz tuvo la 'pole' en su mano. Incluso fue más rápido que el propio Charles Leclerc por 47 milésimas... hasta el error final donde entró demasiado pasado a la curva, perdió el primer puesto y acabó cuarto. Se repite la historia.

En esta ocasión, la 'pole' fue para el intratable Max Verstappen en un circuito que, con sus largas rectas y curvas rápidas, favorece a Red Bull. Pero Carlos Sainz (a 0.797 del neerlandés) también tuvo que ver cómo un Fernando Alonso de 40 años y con un Alpine le pasaba por encima en la última vuelta para arrebatarle la segunda plaza de la parrilla. En una jornada donde la pericia del piloto superó el potencial del coche, el piloto asturiano brilló con luz propia y el madrileño siguió atascado en el mismo punto muerto. La falta de confianza en su monoplaza es obvia. Esta noche, con condiciones de circuito seco, la historia podría ser muy diferente.

"A ver qué podemos hacer con Fernando"

"El objetivo es estar en la lucha por la victoria el domingo y a ver qué podemos hacer con Fernando Alonso, porque ha sido rápido todo el fin de semana. Vayamos donde vayamos hay muchos seguidores de Ferrari, pero en Canadá hay más. Vamos a darlo todo en la carrera", comentó Sainz. Asimismo, el piloto de Ferrari se mostró optimista para la carrera: "Mañana debería ser seco, en una carrera con un circuito donde acaba de llover pueden pasar cosas. Puede haber degradación, por lo que habrá que salir bien e intentar pegarse a Max para poner presión. Es impresionante la cantidad de aficionados de Ferrari que hay aquí, disfruto mucho de ello".

La distancia entre vencer o caer en la Fórmula 1 es mínima y se mueve en un lapso de pocas décimas. Renovado por dos años más a principio de temporada, Carlos Sainz cuenta con el apoyo de Ferrari y de Mattia Binotto porque se lo ha ganado a pulso. Así lo destacaba el jefe de Ferrari tras el acuerdo: "He dicho a menudo que creo que tenemos la mejor pareja de pilotos de la F1 y, por tanto, era un paso natural extender el contrato de Carlos, asegurando así la estabilidad y la continuidad". Fue el mismo jefe italiano quien reconoció que había superado sus expectativas la pasada campaña.

Esta temporada, Sainz estaba llamado a dar un paso hacia adelante y a complicarle la vida a Ferrari para que nadie tuviese claro quien era el primer piloto y quien el segundo. Sin embargo, ese paso de gigante de momento no ha llegado. Sea porque cuando ha arriesgado ha terminado fuera de la pista o contra el muro por sus propios fallos o castigado por los errores de fiabilidad de su monoplaza, Sainz no acaba de dar con la tecla para ganar. La conexión con su coche no termina por ser fluida y se nota en los pequeños detalles que le impiden sacar el máximo jugo a su F1-75.

Hace unas cuantas semanas, Sainz admitía que, de momento, Leclerc es capaz de jugar mejor con las particularidades del Ferrari: "La verdad es que es un poco más complejo, es más nervioso y más de 'todo o nada' que el coche del año pasado. Obviamente, esa es una de las razones por las que yo no estoy del todo allí donde Leclerc sí se siente más cómodo jugando con el coche y eso explica su ventaja reciente sobre mí. Pero es un coche rápido, que es lo importante. Solamente necesito acostumbrarme a esa sensación de poder jugar mucho más con el tren trasero. Estoy trabajando con el simulador y lo lograré", afirmaba.

¿Podrá Sainz dar ese mazazo en la mesa tan esperado esta noche? Las condiciones secas del circuito le darán mucha ventaja respecto a Fernando Alonso y no debería verse agobiado ni por Lewis Hamilton ni por Kevin Magnussen en la salida, así que no se espera un arranque muy agresivo. Con Charles Leclerc desde el final de la parrilla, Max Verstappen espera un domingo muy plácido... a menos que Carlos Sainz saque ese fuego interior que conocen en Ferrari y que aún no ha podido plasmar sobre la pista en una temporada complicada hasta el momento.