La gran mentira de reducir el pelotón ciclista por motivos de seguridad

Sentía la necesidad de escribir sobre la reducción de ciclistas en el pelotón internacional. El 22 de junio, la UCI, encabezada por su presidente en aquel entonces Cookson, aprobaba reducir el número de ciclistas en vueltas de tres semanas. Giro de Italia, Tour de Francia y Vuelta a España tendrán un máximo de ocho ciclistas por equipo, frente a los nueve convocados hasta ahora. Además y del mismo modo, se aprobaba la reducción de ciclistas en las carreras de un día (Clásicas) y en Vueltas de una semana, pasando de ocho a siete ciclistas. Esto provoca que el número máximo de corredores por prueba también se vea afectado. En la actualidad, el pelotón no podía superar la cifra de 200 deportistas y ahora debe de estar en 176 como máximo. El deporte profesional no deja de ser una gran empresa, la reducción de plantilla perjudica seriamente a los trabajadores.

Los managers de equipos saben que si no pueden convocar a los ciclistas que actualmente tienen en plantilla es un gasto absurdo y, por tanto, deben prescindir de sus servicios. Del mismo modo implica que otros miembros fundamentales en cualquier equipo como son los masajistas, fisios, mecánicos, médicos, preparadores… no tengan tantos deportistas para los que trabajar y, por tanto, también se producirán las no renovaciones de sus contrato. La causa principal a la que se debe esta reducción de ciclistas, según la UCI, es la de minimizar accidentes durante las competiciones y facilitar el trabajo a todo la caravana que compone una prueba ciclista. Estoy en total desacuerdo con estos motivos, no me convence en absoluto. Yo antes de tomar esta medida pensaría en reforzar otras que están flojas o poco trabajadas.

Opinión

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Los vehículos que acompañan a los ciclistas durante la carrera, son imprescindibles. Seguridad, comunicaciones, asistencia mecánica, asistencia médica… todo necesario. Otros como prensa o invitados (patrocinadores) forman un tándem necesario para que este deporte se sostenga. Si no hay fotos, televisión o artículos los patrocinadores/invitados no esponsorizan equipos ni competiciones. Ahora bien, creo que se puede hacer un control más exhaustivo en el número de vehículos que circulan en carrera. En muchas ocasiones hablando con ciclistas he escuchado: “En breve va a pasar algo, no es normal la cantidad de motos y coches que hay. Nos adelantan a toda velocidad”.

También se puede controlar quién dirige estos vehículos, si realmente saben cómo adelantar a un pelotón, en dónde se colocan los ciclistas en función de la dirección del viento y así saber a qué lado de la calzada colocarse o incluso recordarles una y otra vez que el ciclista debe facilitar su trabajo, pero siempre tiene prioridad. La expulsión de estos conductores cuando están implicados en un accidente durante la carrera no sirve de nada si no se les hace ver en qué han fallado y cómo deben trabajar en otra ocasión. Pero no me refiero únicamente a los conductores de vehículos ajenos a equipos, a los mandos de los volantes de coches de equipo van directores deportivos. Algunos son excelentes conductores, pero otros son un verdadero peligro para el ciclista.

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Ciclista reprochando a un exciclista

Ser un buen director no implica ser un buen conductor y viceversa. Se habla de que los vehículos de carrera deberían ir conducidos por personas con mucha experiencia o exciclistas, pero no lo comparto. Hay ciclistas que han sentido cerca la defensa de un coche de equipo en su rueda trasera, el retrovisor rozando su brazo o pierna y al girarse para recriminarles la acción se han encontrado con exciclistas al volante. La carrera supone nervios, tensión… y en esos casos hace falta que al volante de los coches o al manillar de las motos haya gente que controle sus emociones, que posean una elevada inteligencia emocional. Eso también se debe controlar, también se entrena y no tiene que ver con la experiencia. Cuidado, no digo que esta no sea valiosa, pero no es todo.

Experiencia sin control no sirve de nada. La seguridad en los recorridos se puede mejorar y mucho. Hay carreras que tienen una seguridad de manual con un trabajo detrás tremendo; en otras hay situaciones muy mejorables. Bolardos mal señalizados, autenticas ratoneras para llegar a meta, falta de banderas rojas en curvas peligrosas, carreteras con agujeros en los que cabe una rueda entera, pocos agentes de seguridad para controlar energúmenos capaces de tirar al deportista…

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En el pasado Tour, sin ir más lejos, Valverde, Izaguirre y otros ciclistas daban fuertemente con sus huesos contra afiladas vallas de metal. Ni colchonetas ni alpacas de paja las protegían. Me doy cuenta que aún no he mencionado el número de ciclistas en carrera para hablar de minimizar accidentes, curioso. Alarmante son las ultimas declaraciones del actual presidente de la UCI, elegido por casi unanimidad el pasado 21 de septiembre. David Lappartient habla de incluso reducir los equipos a seis ciclistas por carrera, también pensando en dar mayor espectáculo y reducir el control férreo de algunos equipos.

Menos ciclistas no va a hacer que un equipo que domine en la actualidad deje de hacerlo, pero sí hará que sea muy complicado terminar una carrera de tres semanas para muchos de ellos. En 'una grande' la distribución de trabajo entre compañeros es esencial para ahorrar fuerzas. Menos ciclistas hace que muchos equipos hayan anunciado la reducción de plantilla para 2018. Muchas jóvenes promesas se ven sin huecos para dar el salto a la máxima categoría después de magníficas temporadas. Estoy a favor de la modernización del deporte, del ciclismo en este caso, pero pensando siempre en el verdadero protagonista. En el que se esfuerza, en el que hipoteca su infancia para alcanzar un sueño, en el que se juega la vida en los descensos, en el que entrena bajo cualquier condición climática. Sí, hablo del ciclista.

*Luis Pasamontes fue ciclista profesional (Movistar y Caisse d'Epargne, entre otros) y ahora es mentor deportivo y conferenciante.