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Chris Froome y el arte de endulzar un plato que ha salido soso
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sus ataques sorpresa, lo más destacado del tour

Chris Froome y el arte de endulzar un plato que ha salido soso

Este Tour de Francia, que está siendo especialmente gris, cuenta con un ciclista capaz de cambiar la dinámica. El único capaz de amenizar un guión que parece haber sido leído por todos

Foto: Chris Froome está siendo el dominador del Tour (Juan Medina/Reuters)
Chris Froome está siendo el dominador del Tour (Juan Medina/Reuters)

Chris Froome es el rey de lo disparatado. Un ciclista que es pura música clásica, pero al que de vez en cuando le gusta sacar la guitarra para hacer un par de punteos ante la sorpresa de los demás. Calculador, analista, pero con un toque de locura e improvisación que hace que levante pasiones entre el gran público. Un deportista que, a veces, da la sensación de ir demasiado sobrado: le da igual atacar en subida, bajada o en llano. Lo hace y le sale bien. En este Tour de Francia lo está demostrando.

Quizá Froome esté siendo la salsa que enriquece un plato soso. Uno de los pocos alicientes para recordar este Tour, además de la bochornosa carrera a pie del británico en el Mont Ventoux. Las únicas exhibiciones vistas han salido, casi en exclusiva, de sus piernas. Con Alberto Contador maltrecho y fuera del Tour y con un Nairo Quintana excesivamente despistado, es el único que parece enriquecer un guión sin sobresaltos. Como Robert de Niro en una película mala.

Además de ser un portento físico, es capaz de dejar boquiabiertos a sus propios rivales con sus tácticas. "Froome es el capo, es el maillot amarillo y hace lo que quiere, amaga con salir, ataca... hace cosas raras", declaró Alejandro Valverde después de acabar la decimoquinta etapa. Y no lo dijo, precisamente, por antideportivo, sino justo por lo contrario: araña segundos cuando nadie lo espera.

¿Que su peor faceta son los descensos? Pues se planta en la cima del Peyresourde y hace un descenso vertiginoso sentado sobre el tubo para enfundarse el amarillo. Una imagen que ya es historia del Tour de Francia. A sus rivales no les quedó otra que alucinar con el británico, y seguramente se quedaron boquiabiertos al repasar el video del británico bajando. Pura ambición por conseguir su tercer Tour de Francia, después de los conquistados en 2013 y 2015.

Algo parecido sucedió cuando se disfrazó de 'sprinter' y se puso en la rueda de Peter Sagan en Montpellier. A falta de 13 kilómetros para llegar a la meta, nadie esperaba que Froome atacara. Pero lo hizo. Aprovechó que Quintana era una cabeza más dentro del poblado pelotón para abrir brecha. Lo hizo en una etapa de transición, en llano, cuando todos los ciclistas pedaleaban con la mente puesta en el exigente Mont Ventoux del día siguiente.

Aunque apenas consiguió sacarle unos segundos a Quintana, el colombiano vio por segunda vez cómo Froome se alejaba como un cohete cuando nadie le prestaba atención. Es fácil imaginar a Nairo murmurando "no, no, no..." en ese momento. Una bofetada anímica y, quizá, algo burlona con la que demostraba su más que sobrado talento.

La imagen de Froome dejando 'KO' a sus rivales de manera sorprendente no es nueva. En el Tour de 2015 ya hizo algo parecido, lanzándose al ataque a falta de 6,5 kilómetros para concluir la etapa. Ahí, cuando las piernas fallaban, el británico demostró su gran fondo físico. Sacó fuerzas de flaqueza y dejó a Quintana a 1:04 segundos, cuando antes de cambiar de ritmo iban a la par junto a Richie Porte.

Su ambición también quedó de manifiesto en el Mont Ventoux, muy necesaria para este Tour tan ausente de emociones fuertes. Otro, quizá, se hubiese detenido, desesperado, al ver el cuadro de su bicicleta partido, pero él no. Quiere este Tour. Sabiendo que el coche de su equipo estaba muy lejos, decidió correr montaña arriba, algo terriblemente peligroso, ya que la calas que se enganchan a los pedales de la bicicleta no son la mejor suela para caminar.

Chris Froome es el rey de lo disparatado. Un ciclista que es pura música clásica, pero al que de vez en cuando le gusta sacar la guitarra para hacer un par de punteos ante la sorpresa de los demás. Calculador, analista, pero con un toque de locura e improvisación que hace que levante pasiones entre el gran público. Un deportista que, a veces, da la sensación de ir demasiado sobrado: le da igual atacar en subida, bajada o en llano. Lo hace y le sale bien. En este Tour de Francia lo está demostrando.

Tour de Francia Chris Froome
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