La caída de Jon Jones, el talento de la UFC por el que apostó Nike

En julio del año pasado, tras vencer por segunda vez a Daniel Cormier, Jon Jones dio positivo en un control antidopaje. Este martes, el excampeón semipesado de la UFC fue castigado provisionalmente por este hecho con una multa de 205.000 dólares y la pérdida de la licencia como luchador de artes marciales mixtas, lo cual le impediría volver a subir al octágono de la UFC en los próximos dos años. Así se tira por tierra una de las carreras más brillantes en la historia de las MMA en la que llevaba 23 victorias y una derrota.

Jon Jones no es un luchador normal. El estadounidense de 30 años ostenta el récord de ser el campeón de peso semipesado de UFC más joven de la historia (23 años y ocho meses) habiendo logrado defender su título hasta en 8 ocasiones, batiendo el récord de defensas en dicha categoría. Fue el primer peleador con un patrocinio internacional de Nike o el que también subió por primera vez a Gatorade a un octógono. Pocos están a su altura en cuanto a talento… y a polémica. Además de haber sido reincidente por positivo, en 2012 fue arrestado por sufrir un accidente con su coche bajo los efectos del alcohol.

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Ahora vuelve a ser noticia tras la decisión de la Comisión Atlética del Estado de California (CSAC) sobre el positivo por Turinabol después de aquella victoria del 29 de julio del 2017. Más allá de la decisión y la sanción, llama la atención cómo se ha desarrollado todo este proceso, quizás lo más sorprendente haya sido el mutismo absoluto de todas las partes implicadas, destacando que la CSAC haya tardado tanto tiempo en convocar la audiencia, concediendo un valioso tiempo a UFC, junto a su fichaje y exmiembro de la USADA, Jeff Nowitzki, y al mismo tiempo a los juristas del excampeón. Además, cabe destacar que Jones pasó voluntaria e inesperadamente por la prueba del polígrafo de una empresa privada que él mismo solicitó y pagó de su bolsillo, probablemente por recomendación de sus asesores.

De 2 a 4 años de sanción sin pelear

Tras estos intentos por limpiar su imagen ante un futuro castigo, la hora de la verdad llegó el 27 de febrero. En un principio parecía que tras los importantes antecedentes del luchador y siendo reincidente por doping, con la ley en la mano se suponía que podrían caerle hasta 4 años de inhabilitación, siendo esta una pena que podría haber arruinado su carrera, pero no ha sido así, al menos de momento.

Durante el acto y en orden de aparición, el director ejecutivo de la CSAC, Andy Foster, propuso que le fuera retirada la licencia de competición y, además una sanción económica del 40% de la bolsa que obtuvo en UFC 214. Posteriormente, Paul Scott -el mismo experto en doping de Anderson Silva (luchador brasileño de 42 años que en noviembre dio positivo en un control sorpresa)- añadía que no era posible poder demostrar que la presencia del Turinabol pudiera haber sido de forma voluntaria. Durante la audiencia hubo incluso quien recordó el historial delictivo del atleta, lo cual hizo temblar los cimientos de su defensa, pero Jones en todo momento aparentó estar tranquilo apoyándose en su sonrisa y tono cordial.

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Cuando el acusado tuvo el uso de la palabra insistió en su inocencia, ya que según él no sabía cómo esa sustancia podía haber entrado en su organismo. Jones reconoció que no llevó a cabo los cursos de la USADA para prevenir positivos indeseados y que fueron sus agentes los que firmaron por él los documentos que acreditaban haberlos realizado.

A pesar de la presión del acto, de ser el único luchador de UFC que ha perdido su cinturón por causas ajenas al deporte y de sus problemas con la justicia, la resolución a medias dejó a todo el mundo desconcertado ya que se esperaba conocer un veredicto definitivo. Andy Foster recomendó a la comisión que hasta que la Agencia de Dopaje de Estados Unidos no concluya el caso el luchador no pueda solicitar la licencia nuevamente. Si la CSAC se reúne antes de agosto y no amplía la sanción ya impuesta, Jon Jones, podría pedirla para ese mismo mes… De ser posterior no podría hacerlo hasta marzo del 2019 siempre y cuando la USADA -la que tiene la decisión final- no decida usar la pena máxima de 4 años.

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*Diego Ortiz es el autor del libro, ‘MMA, una historia de éxito’