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La rabia de Stephens, uno de los luchadores más salvajes de la UFC, aplasta a Emmet
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FINAL POLÉMICO EN LA PELEA DEL FIN DE SEMANA

La rabia de Stephens, uno de los luchadores más salvajes de la UFC, aplasta a Emmet

Jeremy Stephens noqueó a Josh Emmet en el segundo asalto aunque hubo polémica en su finalización. Este fue el combate más atractivo de la noche de la UFC Orlando

Foto: Jeremy Stephens mandando al suelo a Emmet. (Foto: UFCespanol.com)
Jeremy Stephens mandando al suelo a Emmet. (Foto: UFCespanol.com)

Jeremy Stephens es uno de los luchadores más salvajes y agresivos de UFC. Cuando entra en el octógono es pura rabia desbocada. Es algo tan evidente cuando se le ve pelear, que él mismo lo reconoce. Pocos días antes de su pelea frente a Josh Emmet, este luchador estadounidense confesó ante las cámaras algo que rompe cierta concepción prístina de la niñez, y es que desde que era un crío siempre fue “una persona enfadada”. Un niño permanentemente enfadado… ¿cómo es posible? Quizás una infancia en la miseria tenga algo que ver con su cabreo existencial. Y es que su hogar durante esos años fueron varios centros de acogida para gente sin recursos y el coche de su madre. Miseria y rabia suelen ser una mala combinación, pero Stephens supo canalizarla por medio de las MMA y el resultado es el que es, uno de los luchadores más duros de UFC. Este sábado por la noche en la UFC Orlando lo demostró una vez más ante uno de los mejores, Emmet, que salió noqueado del combate.

No lo tuvo nada fácil. Enfrente tenía un luchador que venía de aplastar al mismísimo Ricardo Lamas, un tipo con una potencia de golpeo descomunal. De hecho, en el primer asalto mandó a Stephens a la lona de un puñetazo. Por unos instantes estuvo muerto en el octógono pero supo sobrevivir y darle la vuelta a la situación en el segundo asalto. Si había alguna duda sobre quienes son los luchadores que pegan más fuerte del peso pluma, este fin de semana quedaron despejadas. Y si no estaba claro cuál de los dos pega más fuerte, que le pregunten a Emmet, que salió hecho trizas. De hecho, Stephens, nada más terminar el combate gritó desde el octógoco totalmente exultante: “¡Ya sabemos quién es el que pega más fuerte en las 145 libras!”.

La polémica de la noche UFC

La victoria de Stephens, de todas formas, vino con polémica. Después de mandar a la lona a Emmet con dos tremendos crochets, el luchador se lanzó a finalizar con codos y rodillas, alcanzando a Emmet con alguno de ellos en la zona posterior de la cabeza. El campeón de los pesos semipesados Daniel Cormier denunció en directo que esos golpes eran ilegales: “Lo que ha hecho Stephens no está permitido. No sé si son tan graves como para descalificarle pero esos codos y rodillas son ilegales”. Pero en los tiempos de posverdad las cosas no son siempre lo que parecen ser y otro campeón, Michael Bisping, no tardó en responderle: “Si el codo de Stephens golpea en la parte posterior es porque Emmet se está moviendo, se está cayendo”. Sea como sea, la pelea se dio por válida y Stephens salió ganador.

Desde hace un tiempo la trayectoria del estadounidense es demoledora. Tanto es así, que ya está reclamando el cinturón, en manos del campeón del peso pluma Hax Holloway. Stephens ya perdió con el campeón hawaiano hace un par de años, pero ahora se ve con la confianza suficiente para derrotarlo. Hasta ahora esta confianza le ha dado tres grandes victorias, pero parece que el ego de Stephens empieza a crecer de forma desmedida. Ya habla de él mismo en tercera persona, que si “Jeremi Stephens es el mejor”, que si “Jeremy Stephens no compite, noquea”, etc. A veces, el personaje se hace más grande que la persona y cuando esto sucede la caída es especialmente dura. Que le pregunten a Rockhold.

Jeremy Stephens es uno de los luchadores más salvajes y agresivos de UFC. Cuando entra en el octógono es pura rabia desbocada. Es algo tan evidente cuando se le ve pelear, que él mismo lo reconoce. Pocos días antes de su pelea frente a Josh Emmet, este luchador estadounidense confesó ante las cámaras algo que rompe cierta concepción prístina de la niñez, y es que desde que era un crío siempre fue “una persona enfadada”. Un niño permanentemente enfadado… ¿cómo es posible? Quizás una infancia en la miseria tenga algo que ver con su cabreo existencial. Y es que su hogar durante esos años fueron varios centros de acogida para gente sin recursos y el coche de su madre. Miseria y rabia suelen ser una mala combinación, pero Stephens supo canalizarla por medio de las MMA y el resultado es el que es, uno de los luchadores más duros de UFC. Este sábado por la noche en la UFC Orlando lo demostró una vez más ante uno de los mejores, Emmet, que salió noqueado del combate.

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