Panathinaikos-Real Madrid: crónica de una desconexión total en Atenas

En un partido de baloncesto, lo importante es cómo se acaba, no cómo se empieza. Pero a veces hay comienzos que ni el mayor de los milagros puede arreglar. No había transcurrido ni medio minuto del primer Panathinaikos-Real Madrid de 'playoffs' de la Euroliga y el equipo madridista ya había bajado los brazos. Dos pérdidas de Anthony Randolph, dos canastas de Mike James y adiós. Cinco minutos después, cuando el Madrid logró anotar sus primeros puntos, el marcador del OAKA reflejaba un 20-0 y todo había acabado (95-67).

“Hay que felicitar al Panathinaikos por la victoria porque se la merecieron desde los 10 segundos. Nos superaron desde el primer minuto y desde ese momento parecía que había un equipo que quería ganar y otro esperar", concedió Pablo Laso. Toda la temporada preparando este momento para llegar y mostrar tu peor cara, para realizar un partido desastroso. Ni en sus peores pesadillas imaginaba el Real Madrid comenzar la eliminatoria como lo hizo, con una derrota por casi 30 puntos, dando la peor imagen de la temporada, quizá solo igualada por aquella visita al Baskonia a mediados de noviembre. La diferencia es que en aquel partido no había nada en juego y ahora se lo juega todo.

Hay partidos que marcan una temporada. Derrotas o victorias que, para bien o para mal, inician una tendencia que puede influir en el futuro a corto y medio plazo de un equipo. Para saber si el primer Panathinaikos-Real Madrid es uno de esos encuentros, habrá que esperar unos días. "Hay que tener la cabeza fría en este momento y saber que hemos hecho muchísimos errores", apuntó Rudy Fernández. "Lo que hay que hacer es olvidarse de este partido, porque lo bueno de este tipo de 'playoffs' es que quedan partidos". Tiene razón Rudy: este tipo de series largas tienen algo bueno para el que pierde el primer asalto, que quedan otros cuatro. Hay esperanza, pero el problema es que esa esperanza, por sí sola, no gana partidos. Hace falta algo más.

Todo lo que tiene que mejorar el Real Madrid

Todo lo que va a necesitar es todo lo que le faltó: un mayor nivel defensivo, cerrar mejor el rebote, mejorar en las transiciones, subir su porcentaje de acierto en el tiro, sobre todo desde la línea de tres puntos... Parece demasiado, pero tal fue el bajo nivel del Madrid. No le salió nada. La eliminatoria 'a priori' más igualada comenzó con una exhibición de un equipo y un hundimiento del otro. No hubo partido, como refleja ese 20-0 inicial en los primeros cinco minutos.

Si había balón suelto, llegaba antes un jugador del Panathinaikos; si el balón salía rebotado del aro, también. Cada vez que había un jugador de verde solo, Nick Calathes le hacía llegar el balón para que se levantara y anotara. El base griego repartió 16 asistencias, récord en el 'playoffs' de la Euroliga. Si había alguna duda del daño que le hace al Madrid la baja de Facundo Campazzo, ahí tienen una prueba. Su compañero en el juego exterior ateniense, Mike James, sumó 24 puntos. Para ninguno de los dos encontró respuesta el Madrid.

"No ha sido una buena noche para nosotros, pero el partido ya está acabado. Hay que pensar en que volvemos a jugar en 48 horas. Jugar sin Campazzo y Llull es más difícil, pero hemos tenido problemas de este tipo todo el año", dijo Laso tras el encuentro. Su plan inicial saltó por los aires a los pocos minutos. Randolph comenzó muy mal y Tavares poco pudo hacer ante Gist y Singleton. Sus recambios, Thompkins y Ayón, fueron de lo poco destacable en el Madrid. Un par de arreones del mexicano dieron algo de vida a su equipo en el segundo cuarto y al comienzo del tercero, pero en ambas ocasiones fue un espejismo. El Panathinaikos aplastó cualquier intento de reacción visitante. El parcial en el tercer cuarto (31-14) lo dice todo. Los últimos 10 minutos sobraron.

Sin noticias de Luka Doncic

Las bajas en el puesto de base trasladaron toda la responsabilidad a Luka Doncic, y el esloveno no pudo responder. Ahogado por la defensa preparada por Xavi Pascual, que le colocó a Thanasis Antetokounmpo, y sin capacidad para encontrar a sus compañeros. Terminó con 10 puntos, seis de ellos conseguidos con dos triples.

El Real Madrid tiene menos de 48 horas para recuperarse de un varapalo inesperado. Perder fuera de casa ante el Panathinaikos entraba dentro de los planes, por eso la importancia de tener la ventaja de campo. Pero caer así puede tener consecuencias más allá de empezar perdiendo. Ahora mismo, el Madrid está lejos de poder ganar en Atenas. Y está obligado a hacerlo si quiere estar en la Final Four.