La mediocridad de un Estudiantes que añora a su 'superman'

Todo es susceptible de empeorar en el Movistar Estudiantes. A la delicada situación económica, de sobra conocida porque el propio club se ha encargado de explicar que no garantiza su continuidad tras esta temporada si no tiene éxito la ampliación de capital en marcha, se une unos resultados deportivos desastrosos. El equipo es colista de la Liga Endesa con solo cuatro victorias en 18 jornadas. El tercer descenso en menos de una década (los otros dos no se consumaron) es una posibilidad, y para evitarlo el club despidió este martes a su entrenador, Aleksandar Dzikic.

La destitución del entrenador serbio fue acordada por el consejo de administración este lunes por la noche tras un debate que se alargó más de cinco horas. Los malos resultados decantaron la balanza hacia el despido de Dzikic. En la reunión salieron varios nombres, entre ellos el del que finalmente fue el elegido: Javier Zamora, uno de los ayudantes de Dzikic, técnico de la cantera colegial y seleccionador español en categorías de formación.

A la decisión se llegó tras el convencimiento de que Dzikic estaba superado por la situación y no iba a revertirla. El Estudiantes solo ha ganado uno de sus doce últimos partidos y debería ganar casi la mitad de los 16 que le quedan para salvarse. La decisión es también un nuevo revés en la gestión del director deportivo, Willy Villar, cuestionado dede hace tiempo por la afición y también dentro del club. Su apuesta por Josep Maria Berrocal la pasada temporada ya le salió mal, aunque entonces el técnico aguantó hasta el final y el equipo le salvó.

Al final de la pasada temporada, tras una salvación 'in extremis', su continuidad no estaba asegurada. Siguió en el cargo y configuró una plantilla que es el origen de los males actuales. La situación empeoró con la venta en diciembre del mejor jugador del equipo, Darío Brizuela, a Unicaja. Su salida no gustó nada a Dzikic. Desde entonces el Estudiantes ha perdido siete partidos y ganado uno. Además de elegir a Zamora para dirigir al equipo, el Estudiantes busca refuerzos. La prioridad es un pívot, pero pueden llegar más jugadores.

El Estu no tiene este año un jugador que en el club definieron como un 'superman', alguien como Edwin Jackson o Sylven Landesberg, capaces de promediar 20 puntos por partido. El primero fue el máximo anotador de la ACB con el equipo colegial en la temporada 2016-2017. El segundo acabó solo por detrás de Gary Neal en esa clasifiación un año después. Esas dos temporadas, con Salva Maldonado en el banquillo, son las mejores del Estudiantes en los últimos años. No jugó la Copa del Rey ni se metió en 'playoffs', pero sufrió mucho menos que ahora.

Tampoco tuvo un 'superman' la temporada pasada, pero el fichaje de Alessandro Gentile con la competición en marcha y la explosión de Darío Brizuela le dieron al equipo unos puntos que ahora no tiene. El del Estudiantes es el peor ataque de la Liga Endesa. El calendario que tiene por delante es complicado: sus próximos cinco rivales son equipos que están en puestos de 'playoffs'.

El Estudiantes lleva una década instalado en la mediocridad. Los números son demoledores. No supera el 50% de victorias desde la temporada 2009-2010, cuando consiguió 19 y acabó séptimo. Desde entonces, su mejor posición a final de temporada ha sido la undécima lograda en los cursos 2016-2017 y 2017-2018. En las temporadas 2011-2012 y 2015-2016 acabó penúltimo y si no descendió fue porque los clubes que se ganaron el derecho a ascender desde LEB no pudieron cumplir con las exigencias de la ACB. Esos requisitos han cambiado y ahora el descenso está más cerca.