El salto sin red del Estudiantes: esta vez los despachos no podrán evitar el descenso
A cuatro jornadas para el final, el Estudiantes está solo una victoria por encima del descenso. Es poco probable que si baja, vuelva a salvarse en los despachos
El día de Reyes, todo era felicidad en el Movistar Estudiantes. Acababa de ganar al Real Madrid y la clasificación para la Copa del Rey estaba al alcance de su mano. Pese a ocupar uno de los últimos puestos, la elección de la Comunidad de Madrid como sede le dio la oportunidad de ganarse la plaza de organizador, cosa que hizo al final de la primera vuelta. La derrota en cuartos de final no empañó el éxito de jugar el torneo, pero desde entonces las buenas noticias han escaseado. La historia se repite y el Estu se asoma de manera peligrosa al descenso. Con una diferencia: esta vez los despachos no le van a salvar.
El Estudiantes perdió este miércoles contra Unicaja por 72-80. Es su tercera derrota consecutiva, la séptima en las últimas ocho jornadas. Hace menos de dos meses estaba tan lejos de los 'playoffs' como del descenso, pero la situación ha dado un vuelco. No solo por su mala racha, sino por la reacción de los equipos de abajo.
El Delteco GBC, que parecía desahuciado, ha ganado cinco de sus últimos siete partidos y ahora comparte la peor marca de la liga con el Cafés Candelas Breogán y el UCAM Murcia. Los tres tienen nueve victorias, una menos que el Estudiantes. La parte baja de la clasificación se ha apretado: el Herbalife Gran Canaria, duodécimo, solo tiene dos victorias más que el último. El Estudiantes tiene perdido el 'basket average' con el equipo grancanario y al UCAM, pero lo tiene ganado con el Fuenlabrada, el Delteco y el Breogán. Contra el Monbus Obradoiro aún tiene que jugar la vuelta y en la ida perdió por diez puntos.
El calendario que le queda al Estu no invita al optimismo. La próxima semana visita al Real Madrid y al Valencia Basket. Después recibe al Obradoiro y cierra la temporada en casa del Divina Seguros Joventut. Encima acaba de perder por lesión a Darío Brizuela, su mejor jugador. Y Alessandro Gentile, segundo máximo anotador del equipos, lleva de baja desde hace mes y medio. "La situación es crítica pero aun está en nuestras manos, quedan cuatro partidos, somos siete equipos implicados. Evidentemente los rivales son fuertes, pero lo positivo es que depende de nosotros", dijo el entrenador, Josep Maria Berrocal, tras la derrota ante Unicaja.
Ya descendió en 2012 y 2016
Salvo la pasada temporada, en la que terminó con 17 victorias y 17 derrotas, el Estudiantes lleva casi una década sin buenas noticias. No juega los 'playoffs' desde la 2009-2010, cuando temrinó con 19-15. Su trayectoria ha sido un calvario, con dos descensos incluidos que no se han consumado porque el canon para acceder a la ACB era inasumible para los clubes que lograban el ascenso desde LEB Oro. Entre 2012 y 2017, solo dos de los diez equipos que consiguieron el ascenso deportivo jugaron al año siguiente en la Liga Endesa: el Iberostar Tenerife y el MoraBanc Andorra.
El Estu, que se ya se había salvado por los pelos en 2008, acabó penúltimo en la temporada 2011-2012, pero no bajó. Tampoco el Valladolid, que fue último. Ni el Iberostar Tenerife ni el Menorca Bàsquet, que se ganaron el ascenso en la cancha, pudieron pagar lo exigido por la ACB, aunque los problemas económicos del Lucentum Alicante acabaron la venta de su plaza al equipo canario. En la 2015-2016, el Estudiantes volvió a descender, pero volvió a salvarse porque ni el Palencia ni el Melilla pudieron pagar.
La situación ha cambiado. En 2015, tras tres ascensos frustrados, el CB Tizona de Burgos presentó una denuncia contra la ACB en la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que acabó tumbando el canon en junio de 2017. La liga suavizó sus condiciones: ahora el canon (que se llama valor de participación) es mucho menor, puede pagarse en cuatro plazos y es recuperable en caso de descenso. En 2018 subieron el Cafés Candelas Breogán y el BAXI Manresa y un año antes lo hicieron el Delteco GBC y el San Pablo Burgos.
Para el próximo curso ya hay un equipo que se ha ganado el ascenso, el Real Betis Energía Plus. El equipo sevillano, refundación del histórico CB Sevilla, ha arrasado esta temporada en LEB Oro y no debe tener ningún problema para competir en unos meses en la Liga Endesa. El otro ascendido saldrá de una final a cuatro que disputarán los ganadores de las eliminatorias de 'playoffs'. El RETAbet Bilbao Basket, descendido la temporada pasada, es el gran favorito. Teniendo presente el ejemplo de los dos últimos años, 'a priori' no parece que el segundo ascendido vaya a renunciar.
El lastre de la deuda
Bajar sería un duro golpe para un club con las apreturas económicas del Estudiantes. El rendimiento deportivo en la última década ha estado lastrado por la deuda. El Estudiantes entró en concurso de acreedores en 2010 debiendo casi 11 millones de euros. Según relata el informe del auditor sobre las cuentas de 2017, hasta 2014 cumplió con el calendario de pagos, pero ese año no pudo hacer frente a los pagos de deuda privilegiada.
Tras negociar con la Agencia Tributaria, cerró un nuevo convenio para hacer frente a los más de seis millones de euros de deuda privilegiada que aún tenía que pagar (la deuda total supera los siete millones en la actualidad). Desde octubre de 2018 hasta octubre de 2023, el club tiene que pagar un millón al año. Para ello está obligado a destinar el 50 % de lo que ingresa por los abonos, el 50 % de los ingresos de la ACB y competiciones europeas o el 50 % de la venta de jugadores.
Los patrocinadores son la principal fuente de ingresos del club. Según explicó en 'Palco23' el director financiero de la entidad, Pablo Moraleda, el Estudiantes cubre la mitad de su presupuesto (unos tres millones de euros) con patrocinios. El principal es Telefónica (a través de Movistar), que acaba de renovar su acuerdo. Parte de lo ingresado de la compañía telefónica ha ido destinado en los últimos años a pagar la deuda con la Agencia Tributaria. Otra inyección de dinero ha sido la reciente ampliación de capital en la que ha captado casi un millón de euros. En lo económico, el Estu está mejor que en el último descenso, pero está lejos de estar bien. Bajar no lo haría desaparecer, pero comprometería su supervivencia. Tiene cuatro jornadas para evitarlo.
El día de Reyes, todo era felicidad en el Movistar Estudiantes. Acababa de ganar al Real Madrid y la clasificación para la Copa del Rey estaba al alcance de su mano. Pese a ocupar uno de los últimos puestos, la elección de la Comunidad de Madrid como sede le dio la oportunidad de ganarse la plaza de organizador, cosa que hizo al final de la primera vuelta. La derrota en cuartos de final no empañó el éxito de jugar el torneo, pero desde entonces las buenas noticias han escaseado. La historia se repite y el Estu se asoma de manera peligrosa al descenso. Con una diferencia: esta vez los despachos no le van a salvar.