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El laberinto del Estudiantes: el Atlético de Madrid, Hacienda y el deseado inversor
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El laberinto del Estudiantes: el Atlético de Madrid, Hacienda y el deseado inversor

El club afronta unos meses decisivos: busca cinco millones de euros en una ampliación de capital para pagar la deuda con Hacienda. Y la opción del Atlético sobrevuela el Magariños

Foto: El Movistar Estudiantes es 15º en la Liga Endesa con tres victorias en nueve jornadas. (EFE)
El Movistar Estudiantes es 15º en la Liga Endesa con tres victorias en nueve jornadas. (EFE)

Cuando el presidente de un club dice que la supervivencia de su equipo es muy complicada más allá de la temporada en curso es que la situación es muy grave. Eso fue lo que dijo hace unos días Fernando Galindo, máximo mandatario del Movistar Estudiantes. Hace tiempo que la entidad colegial no vive, sobrevive. Hace malabares en lo deportivo y en lo económico para mantenerse en la Liga Endesa y cuadrar unas cuentas que no salen. Hasta ahora. El anuncio de una nueva ampliación de capital puede ser un punto de inflexión en la historia del club madrileño: o sale bien y empieza una nueva etapa en el Magariños o el próximo verano habrá un terremoto en el baloncesto español.

La situación es la siguiente: el Estudiantes debe aún unos 7 millones de euros, cuatro millones menos de la deuda con la que salió del concurso de acreedores en 2011. Entonces firmó un convenio especial con Agencia Tributaria que años después tuvo que renegociar por no poder cumplirlo. Las nuevas condiciones entraron en vigor en 2018. Desde ese año hasta 2023, el Estudiantes tendría que pagar más de un millón de euros cada mes de octubre. El pago de 2018 no lo hizo hasta comienzos de 2019, cuando ingresó el grueso del dinero de los patrocinadores. Según ha podido saber El Confidencial, tampoco ha ejecutado a tiempo el pago de este año. "Cada año tenemos que pagar 1,4 millones y eso es inviable", reconoció Galindo la semana pasada en 'As'. Esas apreturas económicas provocan que el club tenga problemas para pagar a sus empleados.

Este martes, ese mismo medio informó de que el club baraja la opción del Atlético para salvarse. No ha habido conversaciones oficiales entre las dos entidades, pero las dificultades del club colegial vienen de lejos y la opción del Atlético siempre ha sobrevolado las oficinas del Magariños. La simpatía del Estu con el club rojiblanco, con quien comparte 'eterno rival', es evidente. Pero esa posibilidad no ha pasado nunca de ser eso, una posibilidad que no se ha explorado en serio.

placeholder El Movistar Estudiantes ha puesto en marcha una ampliación de capital de cinco millones de euros. (EFE)
El Movistar Estudiantes ha puesto en marcha una ampliación de capital de cinco millones de euros. (EFE)

Hay otras tres salidas en las que el Estudiantes ha trabajado y trabaja. La primera es la renegociación con la Agencia Tributaria, una opción que parecía lejana hace unos meses y que lo es algo menos ahora, aunque es muy difícil que Hacienda acepte firmar un nuevo convenio. La segunda es la búsqueda de financiación externa, ya sea a través de bancos o alguna entidad pública como el Instituto de Crédito Oficial (ICO). Un crédito permitiría al Estu quitarse de encima la deuda con la Agencia Tributaria a cambio de un calendario más benevolente con quien le preste el dinero.

La última es la llegada de uno o varios inversores, al modo de la familia Grifols en el Joventut de Badalona, otro club histórico que estuvo en la UCI en 2018. Aquí es donde entra la ampliación de capital anunciada hace unos días por el club: será una ampliación de capital de 4,99 millones de euros. La primera fase está destinada a los actuales inversores, liderados por la Fundación con un 20%. El Club, el presidente, Fernando Galindo, y uno de los vocales de la junta, Vicente Olivenza, están por encima del 5%.

A la segunda fase podrán acudir inversores externos. El Estu ha contactado con varios interesados y también ha recibido varias propuestas, pero no hay nada cerrado. El objetivo es cubrir toda la ampliación, algo que no se consiguió con la de hace un año, entonces de un millón. Esos cinco millones de euros coinciden con la deuda privilegiada con la Agencia Tributaria. Los otros dos millones son deuda ordinaria y subordinada. Si, como sucedió en el Joventut, un inversor externo suscribe casi toda la ampliación de capital en marcha, entonces se haría con el control del club.

El proceso en Badalona fue modélico. No solo llegó alguien con el dinero necesario para salvar el club, también apostó por mantener las señas de identidad de uno de los tres clubes que siempre han estado en primera división. Los otros dos son el Real Madrid y el Estudiantes, que sueña con algo igual. En febrero termina la ampliación de capital, entonces sabremos si lo consigue.

Cuando el presidente de un club dice que la supervivencia de su equipo es muy complicada más allá de la temporada en curso es que la situación es muy grave. Eso fue lo que dijo hace unos días Fernando Galindo, máximo mandatario del Movistar Estudiantes. Hace tiempo que la entidad colegial no vive, sobrevive. Hace malabares en lo deportivo y en lo económico para mantenerse en la Liga Endesa y cuadrar unas cuentas que no salen. Hasta ahora. El anuncio de una nueva ampliación de capital puede ser un punto de inflexión en la historia del club madrileño: o sale bien y empieza una nueva etapa en el Magariños o el próximo verano habrá un terremoto en el baloncesto español.

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