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Víctor Claver, una década de críticas y un Mundial que cambia su historia con España
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de villano a héroe

Víctor Claver, una década de críticas y un Mundial que cambia su historia con España

El alero del Barcelona, el jugador más criticado de la Selección en la última década, se ha erigido como pieza clave en el Mundial de China. España juega este martes contra Polonia

Foto: Víctor Claver celebra la victoria de España ante Serbia en la segunda fase del Mundial de China. (EFE)
Víctor Claver celebra la victoria de España ante Serbia en la segunda fase del Mundial de China. (EFE)

El 15 de agosto de 2015, dos niños acudieron con una pancarta al Palacio de Deportes de Santander para ver el España-Polonia de preparación para el EuroBasket. Era una pancarta extraña, única. Estaba dedicada a uno de los jugadores más criticados (si no el que más) del equipo, pero no era ofensiva. Aquellos dos niños estaban pidiendo la camiseta a Víctor Claver. Ni a Pau Gasol, ni a Juan Carlos Navarro ni a Sergio Llull. Querían la de Claver. "Claver, tu camiseta complementa bien mi habitación", escribieron sobre unos folios en los que también pegaron una foto del alero.

Vaya usted a saber si era una pancarta irónica, si eran familia o de verdad aquellos niños, en un acto de rebeldía, querían la camiseta del jugador valenciano, cuya presencia en la Selección hacía tiempo que muchos no entendían. Cada vez jugaba menos en la NBA (de 16,6 minutos de media en su primera temporada pasó a 7,6 en la tercera, antes de ser cortado y volver a Europa justo unos meses antes), pero primero Sergio Scariolo, luego Juan Antonio Orenga y de nuevo el italiano lo convocaban siempre. Desde que debutara en un campeonato en 2009, solo se ha perdido el EuroBasket 2017, y fue por lesión. Si hubiera estado bien, habría ido también a ese.

A Claver le tocó ocupar el puesto de Carlos Jiménez, la sobriedad hecha jugador de baloncesto, tan difícil de sustituir que al final tuvo en Rudy Fernández, reconvertido al puesto de tres, su mejor heredero. El aficionado no entendía que un jugador que se pasaba toda la temporada en el banquillo en los Portland Trail Blazers luego fuera convocado por delante de jugadores que sí jugaban en la ACB, como si estar en la NBA fuera poca cosa. Tampoco su rendimiento cuando jugaba con la Selección justificaba su presencia: ¿para qué lo convocaban año tras año si apenas jugaba? En sus cuatro primeros torneos con España, no promedió más de cuatro minutos. A eso se sumaba su indefinición: ¿era un alero o un ala-pívot?

placeholder Los dos niños que pidieron a Claver su camiseta en un amistoso de España en 2015. (FEB)
Los dos niños que pidieron a Claver su camiseta en un amistoso de España en 2015. (FEB)

Ahí seguía verano tras verano. En el EuroBasket 2013, en un equipo con muchas bajas, jugó 20 minutos de media, pero su producción no fue nada del otro mundo. Un año después, con todas las estrellas de vuelta, volvió al fondo del banquillo y no llegó a los siete minutos. En 2015 volvió Scariolo y convocó a Claver para el EuroBasket.

"Para mí, lo importante es lo que pueda pensar mi entrenador", dijo sobre las críticas recibidas en una entrevista concedida a El Confidencial antes de aquel torneo. "Es un poco en lo que me he basado, en esa confianza que me han dado y en intentar hacerlo lo mejor posible. Sí que es verdad que podía haber hecho más de lo que he hecho, pero eso no quita que el estar aquí sea por algo". Claver no lo sabía, pero su trayectoria con la Selección iba a cambiar unas semanas después.

A pesar de que aquel año también había muchas bajas, comenzó el torneo siendo uno de los jugadores menos utilizados. Pero a partir de octavos de final, su protagonismo se disparó. Pasó de jugar 23 minutos en total en los cinco primeros partidos del campeonato a promediar 18,3 en los últimos cuatro: octavos de final, cuartos, semifinales y final. En esos partidos, adelantó a Fernando San Emeterio en la rotación, promedió 6,5 rebotes y le tocó defender a jugadores tan peligrosos como el griego Giannis Antetokounmpo o el polaco Adam Waczynski, al que tendrá enfrente de nuevo este martes en los cuartos de final del Mundial de China.

"Ha jugado obviamente en función de las necesidades del equipo: cuando hay un jugador importante, de cierto tamaño físico, en el puesto de tres. Para esto está Víctor aquí. Él lo sabe y está preparado. Desde el inicio tiene claro cuál es su tarea. Y ha aprovechado el momento con mucha inteligencia y mucha personalidad", declaró Scariolo sobre el valenciano tras el duelo de cuartos de final contra Grecia. Su actuación en Lille (Francia) fue un antes y un después en su carrera en la Selección. En los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, sin tener un gran protagonismo, sí que se notó un salto en sus minutos. Promedió casi 14 y rindió bien en defensa, el rol que siempre le ha reservado Scariolo.

En paralelo, su vuelta al baloncesto europeo le sentó muy bien. Tras unos meses en el Khimki después de su salida de la NBA, fichó por el Lokomotiv Kuban, con el que alcanzó la Final Four de la Euroliga en 2016. Ese verano estuvo cerca de fichar por el Real Madrid, pero las altas exigencias del Valencia Basket, club en el que se formó y que mantenía el derecho de tanteo desde su marcha a la NBA, acabaron propiciando su fichaje por el Barcelona, con mejores relaciones con el club 'taronja'. ¿Sería tan criticado Claver si hubiera formado parte del Real Madrid de Pablo Laso aunque su rendimiento fuera el mismo que en el Barça? En la percepción de un jugador no solo pesa el rendimiento individual, sino el colectivo, y el Barcelona ha sido un desastre los últimos años.

En la lista de internacionalidades, Claver (145 partidos) está por delante de históricos del baloncesto español como Alfonso Reyes o Nacho Solozabal y a un paso de superar a Clifford Luyk, Jordi Villacampa o Jorge Garbajosa. Muy pocos lo pondrían a la altura de todos ellos, pero su palmarés con la Selección es excepcional. Fue campeón de Europa en 2009, 2011 y 2015, tercero en 2013, subcampeón olímpico en 2012 y bronce en 2016. Guste o no a sus detractores, ha formado parte del elenco de la mejor época del baloncesto español.

Claver es uno de los mejores defensores que tiene el baloncesto español. Así lo han reconocido todos los entrenadores que han apostado por él. Ahora es un fijo para Svetislav Pesic en el Barcelona, que este verano lo renovó por tres años. Y sigue siendo clave para Scariolo, más si cabe por las bajas en el juego interior.

Su actuación contra Serbia en el último partido de la segunda fase, uno de los partidos más brillantes de la Selección en mucho tiempo por las circunstancias del equipo este verano, fue como una revelación para sus críticos, que de repente descubrieron que no era tan malo como pensaban, que es un buen jugador. Además de su habitual buena defensa (esta vez, le tocó emparejarse con Bjelica, como antes lo había hecho con Gallinari), Claver terminó con 14 puntos, siete rebotes, tres asistencias, tres robos y dos tapones. Solo Marc Gasol promedia más minutos que él en el Mundial. Es el tercer mejor anotador, el segundo mejor reboteador y, quitando a Quino Colom, que apenas ha jugado, el que mejor porcentaje de triples tiene.

Es difícil encontrar a un jugador más criticado que Claver, ridiculizado en muchas ocasiones durante los 10 años que lleva en la Selección. No es una estrella, ni falta que hace. El Mundial lo ha colocado en otra dimensión y un solo partido ha bastado para que haya pasado de villano a héroe.

El 15 de agosto de 2015, dos niños acudieron con una pancarta al Palacio de Deportes de Santander para ver el España-Polonia de preparación para el EuroBasket. Era una pancarta extraña, única. Estaba dedicada a uno de los jugadores más criticados (si no el que más) del equipo, pero no era ofensiva. Aquellos dos niños estaban pidiendo la camiseta a Víctor Claver. Ni a Pau Gasol, ni a Juan Carlos Navarro ni a Sergio Llull. Querían la de Claver. "Claver, tu camiseta complementa bien mi habitación", escribieron sobre unos folios en los que también pegaron una foto del alero.

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