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El (casi) descalabro de Estados Unidos que puede marcar un antes y un después
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¿Dónde está el 'dream team'?

El (casi) descalabro de Estados Unidos que puede marcar un antes y un después

Tras un primer partido con más eficacia que brillantez, Estados Unidos batió a Turquía sufriendo mucho más de lo esperando. Turquía llegó a ir por delante y solo la ansiedad le apartó del triunfo

Foto: Myles Turner y Sertac Sanli en un lance del partido. (EFE)
Myles Turner y Sertac Sanli en un lance del partido. (EFE)

Estados Unidos ya no tiene a Kobe Bryant, ni a Wade, ni a Bosh, ni a LeBron, ni a Durant ni a Curry. Los norteamericanos han dejado atrás los tiempos del 'Dream Team' y se han humanizado hasta el punto de sudar como bellacos para conseguir batir a una Turquía que perdonó cuatro tiros libres en los instantes finales. 40 minutos no fueron suficientes para los norteamericanos, que necesitaron la prórroga para batir a una selección que a un minuto del final estaba por delante en el marcador.

Otro susto y esta vez de verdad, porque lo de Australia se queda en anecdótico en comparación. El primero fue amistoso, esto ya es el Mundial. Ante un pabellón entregado, Estados Unidos mostró su imagen más débil en lo que llevamos de década. La victoria es lo de menos, las sensaciones matan. Este equipo no es abusador, está formado por jóvenes aún con poca experiencia a los que les ha llegado la alternativa pronto, muy pronto. En el baloncesto, la época 'prime' de un jugador llega entre los 26 y 32 años, y en la plantilla americana hay jugadores como Donovan Mitchell, Jaylen Brown, Jayson Tatum o Myles Turner que ni siquiera tienen 24 y están teniendo que cargar con el peso de un país. Mucho pan para tan poco pollo.

A día de hoy los jugadores de Estados Unidos necesitan alguien de quien aprender en el campo, un par de tipos con nombre y años de baloncesto a sus espaldas. En términos baloncestísticos, Turquía desnudó a Estados Unidos. Después de aguantar todo el partido por detrás en el marcador, logró aparejarse en varias ocasiones y entró en el último minuto por delante en el luminoso. Turquía, eso sí, perdió la oportunidad de hacer historia. Se quedó con la miel en los labios porque el nerviosismo y la ansiedad le pudo en algunas fases, sobre todo al final.

Merecer y hacer

Estados Unidos no ganó el encuentro, sino que los turcos lo perdieron. Con 91-92 en el final de la prórroga tuvo a Balbay y Osman en la línea de tiros libres para anotar, pero sus jugadores erraron los cuatro tiros, cosa que abrió las puertas del cielo para que Khris Middelton, graduado en último de pillería tras esta gran temporada en la NBA, sacase una falta y anotase los dos tiros libres. La diferencia entre merecer y hacer, una muestra más de lo importante que es la cabeza en este deporte. A Turquía le tembló el pulso en un momento preciso de partido en el que Estados Unidos tiene el graduado desde que el baloncesto es baloncesto. No hay más.

En el resto de cosas los turcos, una selección media, no pueden ponerse un solo 'pero'. Dieron con la clave y abrieron la puerta para batir a Estados Unidos: anularles desde el triple, evitar las transiciones a gran velocidad y, sobretodo, no desperdiciar ni una sola oportunidad que se presente. Cumplió en las dos primeras, pero fracasó estrepitosamente en la última y ahí se les escapó el encuentro. Desde el banquillo, las caras de Popovich y Steve Kerr eran el puro reflejo de la realidad y de lo que, seguramente, pensaban que iba a suceder. El primero ha ganado cinco anillos de la NBA con los Spurs, el segundo cinco como jugador y tres ya como entrenador en los Warriors y estaban en el banquillo con cara de susto. Deben tomar cartas en el asunto después de lo visto este martes. ¿Qué hubiera pasado si enfrente se hubieran encontrado a Serbia, por ejemplo? Pues la deblace, seguramente.

Quizá el partido sirva para que los norteamericanos espabilen, o quizá no, pero lo que le ha quedado claro al resto de rivales es que si se sale al campo con decisión y confianza se les puede batir. Eso sí, las migajas hay que aprovecharlas. Estados Unidos sigue siendo favorita porque, entre otras cosas, ese halo de suerte cuando las cosas van mal parece acompañarles siempre. Pero Estados Unidos es un mar de dudas y ante este panorama la lesión de Jayson Tatum es otra pesada carga. Les va a tocar sufrir si quieren seguir dominando este deporte a nivel mundial.

Estados Unidos ya no tiene a Kobe Bryant, ni a Wade, ni a Bosh, ni a LeBron, ni a Durant ni a Curry. Los norteamericanos han dejado atrás los tiempos del 'Dream Team' y se han humanizado hasta el punto de sudar como bellacos para conseguir batir a una Turquía que perdonó cuatro tiros libres en los instantes finales. 40 minutos no fueron suficientes para los norteamericanos, que necesitaron la prórroga para batir a una selección que a un minuto del final estaba por delante en el marcador.

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