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Fin al culebrón de 100 M del ajedrez: Carlsen admite que "no hay pruebas" de que le hicieran trampa
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chess.com y Nakamura, también implicados

Fin al culebrón de 100 M del ajedrez: Carlsen admite que "no hay pruebas" de que le hicieran trampa

El jugador noruego, el mejor de la historia, cierra el gran terremoto del ajedrez con un acuerdo extrajudicial con Hans Niemann, al que acusó de haber hecho trampas en un duelo entre ambos

Foto: Magnus Carlsen, pensando un movimiento durante una partida de la Copa del Mundo. (EFE/Roman Ismaylov)
Magnus Carlsen, pensando un movimiento durante una partida de la Copa del Mundo. (EFE/Roman Ismaylov)

El gran culebrón del ajedrez moderno ha acabado con un apretón de manos. Hans Niemann y Magnus Carlsen, el cinco veces campeón del mundo y mejor jugador de la historia, han acordado dejar atrás el conflicto judicial por el que el primero le pedía 100 millones de dólares al segundo como compensación por haberle acusado de ser un tramposo.

El conflicto entre ambos, en el que también estaban involucrados Hikaru Nakamura, número tres del mundo y streamer de éxito, y la plataforma Chess.com, se cierra así con una sola certeza: no hay pruebas de que Niemann hiciera trampas en su victoria ante Magnus Carlsen, número uno del mundo.

Foto: Carlsen y Niemann, duelo de titanes. (Reuters)

Así lo reconoce el propio jugador noruego, que en un comunicado explica que "no hay pruebas definitivas de que Niemann hiciera trampas en su partida conmigo" y aseguraba que "estoy dispuesto a jugar contra él en los torneos en los que nos toque hacerlo". Por su parte, el estadounidense explicaba que está "muy contento de que la demanda con Carlsen y Chess.com se haya resuelto de mutuo acuerdo y de que pueda competir contra Magnus sobre el tablero y no en un juzgado".

Así, Niemann podrá recuperar su actividad en Chess.com. Esto es muy relevante no solo para jugar partidas de entrenamiento, también para competir en algunos de los torneos más prestigiosos, y con mayor premio en metálico, del mundo. Desde el covid, muchos de los grandes eventos del circuito de élite de ajedrez se celebran en formato online.

La partida que provocó el terremoto

Todo comenzó en la Sinquefield Cup de San Luis (EEUU), uno de los torneos más prestigiosos del mundo. Allí llegó Hans Niemann, un jugador de segunda fila que, además, entró como sustituto de Richard Rapport, para enfrentarse a la élite mundial, entre ellos un Carlsen que llevaba 53 partidas a ritmo clásico sin perder. Niemann parecía una víctima más en el camino, pero dio la sorpresa ante un confundido Carlsen, que había preparado una novedad a la que su rival respondió sin mucho problema y jugando a la velocidad del rayo.

placeholder Magnus Carlsen (izquierda) y Hans Niemann, durante una partida. (Reuters)
Magnus Carlsen (izquierda) y Hans Niemann, durante una partida. (Reuters)

Con la mosca detrás de la oreja, Carlsen se retiró del torneo, algo que no había sucedido jamás. No tardó en desvelar que pensaba que había sido objeto de trampas, si bien no consiguió presentar muchas pruebas. Rápidamente, otros jugadores de la superélite reconocían que, al saber que Niemann iba a jugar, habían pedido medidas de seguridad extra.

En apenas unas horas se supo que Niemann había hecho trampas en internet, y que su cuenta en Chess.com, la plataforma más popular (y propiedad del grupo empresarial de Magnus Carlsen), había sido suspendida por ayudarse de programas informáticos en sus partidas, algo que, lógicamente, está terminantemente prohibido. Niemann admitió haber hecho trampas online en el pasado, cuando era muy joven, pero reconocía su error, pidió perdón y negaba terminantemente que hubiera cometido infracción alguna después de aquello.

El escándalo alcanzó la magnitud de terremoto. Una cosa es hacer trampas por internet, algo relativamente sencillo, pero hacer trampas en una partida en vivo, en un torneo muy prestigioso, en un recinto histórico para el ajedrez y ante el mejor jugador de la historia es otra historia bien diferente. De hecho, Carlsen nunca pudo presentar prueba alguna.

placeholder Magnus Carlsen (derecha), en una partida de la Copa del Mundo ante Praggnanandhaa. (EFE)
Magnus Carlsen (derecha), en una partida de la Copa del Mundo ante Praggnanandhaa. (EFE)

Niemann, que desde entonces ha aumentado su actividad ajedrecística con resultados más bien discretos, terminó por presentar la demanda reclamando a Magnus Carlsen, a Chess.com y a Hikaru Nakamura 100 millones de dólares en concepto de compensación por dañar su imagen. El juzgado, en una decisión tomada el pasado junio, ya desestimó en primera instancia la reclamación de Niemann contra Chess.com, pero el juez Audrey Fleissig explicó que determinar si la imagen de Niemann había sido dañada queda fuera de su jurisdicción.

Una partida irrepetible

Lo cierto es que todo lo que ocurrió en la partida entre ambos en la Sinquefield Cup sigue siendo una sorpresa. Carlsen, el mejor de la historia, conducía las piezas blancas y llevó la posición a lo que se considera una novedad. Es decir, nunca se había visto tal disposición de las piezas sobre el tablero. Lo normal cuando se dan estas situaciones, que no son extraordinarias, es que el rival comience a pensar, valorando todas las variantes para determinar no solo el siguiente movimiento, también para discernir cuál puede ser el plan maestro de su oponente.

Seguramente, Carlsen también pensaba que Niemann se iba a tirar un buen rato pensando. Pero no. El estadounidense ejecutó sus tres siguientes movimientos en seis segundos o menos. La sorpresa del noruego debía ser mayúscula, como la de cualquier otro jugador de élite en su posición. Tal fue la confusión de Carlsen que, en la jugada 19, se pasó una hora pensando un movimiento. Su rival nunca usó más de 12 minutos antes de ejecutar una acción.

Foto: Carlsen y Niemann, una rivalidad de alto voltaje. (Reuters)

Con todo, ¿apunta a trampas cualquiera de estos factores? Lo cierto es que no. Niemann era por entonces el 51 del mundo (ahora es el 68, con un ELO de 2666) y no era para nada un novato. Prueba de ello es que su ELO, el baremo objetivo que mide la fortaleza de un jugador, ha estado por encima de los 2.700 puntos, cota que se considera el inicio de la superélite.

Las palabras de Carlsen también son extrañas, pues no deja de reconocer que se ha equivocado en todas sus acusaciones. El noruego, que recientemente renunció a pelear por el título de campeón del mundo, que ahora ostenta el chino Ding Liren, sigue siendo el mejor del mundo, pero esto ha sido un escándalo que seguro que quiere olvidar lo antes posible.

El gran culebrón del ajedrez moderno ha acabado con un apretón de manos. Hans Niemann y Magnus Carlsen, el cinco veces campeón del mundo y mejor jugador de la historia, han acordado dejar atrás el conflicto judicial por el que el primero le pedía 100 millones de dólares al segundo como compensación por haberle acusado de ser un tramposo.

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