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Terremoto en el tablero: unas trampas, dos abandonos y la gran polémica de la historia del ajedrez
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Terremoto en el tablero: unas trampas, dos abandonos y la gran polémica de la historia del ajedrez

El campeón del mundo, Magnus Carlsen, provoca la mayor polémica del ajedrez en décadas al retirarse de un torneo y abandonar una partida entre polémica de trampas de su rival

Foto: Magnus Carlsen.
Magnus Carlsen.

El ajedrez de superélite es, habitualmente, un remanso de paz. Es un club vedado en el que todos se conocen a la perfección y en el que el trato suele ser exquisito. Por eso no debe extrañar la magnitud del terremoto que ahora mismo sacude los tableros y que, además, tiene su epicentro en el representante ideal de este deporte: el vigente campeón del mundo, Magnus Carlsen.

La primera sacudida la vivimos el pasado 5 de septiembre en San Luis, una localidad estadounidense en el estado de Misuri en la que se disputa la prestigiosa Senquefield Cup. Hasta allí viaja anualmente una alineación de ensueño con los mejores jugadores del mundo, solo se puede jugar por invitación y la bolsa de premios alcanza los 350.000 dólares.

Foto: Ancianos juegan al ajedrez en Odesa, en marzo de este año. (Getty/SOPA/LightRocket/Rick Mave)

Como es normal, Magnus Carlsen estaba entre los participantes de este torneo que se juega en vivo y en modalidad clásica. El noruego, vigente campeón del mundo, se enfrentaba en la cuarta jornada al estadounidense Hans Niemann, con las piezas negras y una racha de 53 partidas invicto en este modo de juego. Niemann parecía solo un escollo antes de sumar la número 54, pero sus movimientos, y sobre todo la rapidez a la hora de hacerlos, descolocaron a Carlsen y acabó perdiendo. Horas después anunciaba que se retiraba del torneo.

Como es normal, la comunidad de ajedrez se quedó en 'shock'. Era la primera vez en su carrera que Carlsen, seguramente el mejor ajedrecista de la historia y cinco veces campeón del mundo, se retiraba de un torneo. Rápidamente se extendió un rumor que, claro, comenzó en redes sociales. Niemann había hecho trampas. Carlsen mantuvo, y todavía mantiene, un escrupuloso silencio y, tras su retirada, solo publicó un tuit en el que aparecía un vídeo de José Mourinho, entrenador de fútbol, diciendo: "Prefiero no hablar. Si hablo, me meto en serios problemas".

El estadounidense no tardó en reconocerlo. A los 12 años hizo trampas en una partida 'online' en Chesscom, le pillaron y le suspendieron la cuenta. No fue la única vez. Cuatro años después, en una partida no oficial, volvió a hacerlo. "Quería subir mi puntuación para competir contra jugadores más fuertes, así que hice trampas. Fue el mayor error de mi vida y estoy completamente avergonzado. Pero, fuera de eso, jamás lo he vuelto a hacer y no lo haré nunca", explicó.

Lo cierto es que hacer trampas en internet es fácil, pero en un torneo en vivo la cosa se complica. Los jugadores entran en la sala sin aparatos electrónicos y sus movimientos posteriores son muy estudiados. La posición que sorprendió a Carlsen y que provocó su derrota ya se había jugado antes y Niemann fue capaz de explicar su razonamiento para hacerla. El ruido, con el paso de los días, se fue apagando, pues no hubo pruebas que sostuvieran la teoría de las trampas.

Fuego en el tablero

La calma solo duró una semana. El destino quiso que este lunes ambos jugadores cruzasen de nuevo sus caminos, esta vez en una partida 'online' a ritmo rápido que formaba parte de la Julius Baer Generation Cup, un torneo organizado por la empresa propiedad de... Magnus Carlsen. El noruego se retiró en la segunda jugada, apagó su cámara y salió de la partida.

Evidentemente, Carlsen cree que Niemann no es un jugador limpio. Retirarse de un torneo y perder una partida a propósito no tiene precedentes en la historia, mucho menos en la de un jugador como Carlsen, que se ha puesto el objetivo de ser el primero en alcanzar los 2.900 puntos de ELO Fide, una misión casi imposible para la que necesita ganar cada partida que juega.

"Entiendo que Magnus Carlsen tiene indicios de que ha sido objeto de trampas, pero no puede demostrarlo al 100%. Por lo tanto, no quiere hablar y exponerse a una posible demanda", explica a El Confidencial Paco Vallejo, el jugador español con más 'rating' y miembro del equipo MyInvestor Stadium Casablanca. "Se está volviendo una situación insostenible, pero no veo una solución fácil al tema. Es muy posible hacer trampas en vivo, y de hecho ha habido varios casos sonados".

Foto: Paco Vallejo, el mejor jugador español de todos los tiempos. (GMVallejo)

La organización del Julius Baer Generation Cup ha salido al paso de los rumores y han asegurado que "estamos analizando con atención las partidas y no vemos ningún indicio de trampas en ninguno de las partidas de Niemann". Pero eso no va a servir para aplacar a Carlsen que, claramente, considera que le han hecho trampas.

Como señala Sabrina Vega, compañera de equipo de Vallejo en el MyInvestor Stadium Casablanca y ocho veces campeona de España, "hay que entender que insinuar o calificar de tramposo a un jugador de ajedrez es la peor acusación que se puede hacer. Es un tema muy delicado, sobre todo cuando lo hace alguien con el peso de Carlsen. Tiene que estar muy convencido y tener algunos datos que nosotros desconocemos".

Un campeón sin corona

Magnus Carlsen es el campeón del mundo de ajedrez, pero no lo va a ser durante mucho más tiempo. Tras revalidar título en Dubái el pasado mes de noviembre contra el ruso Ian Nepomniachtchi (al que entenderán que llamemos Nepo a partir de ahora), anunció que solo jugaría de nuevo el campeonato del mundo si su rival era Alizera Firouzja.

El problema es que el iraní, que ahora juega bajo bandera francesa, no consiguió responder al desafío de Carlsen en el Torneo de Candidatos que se disputó este verano en Madrid. El vencedor de esa contienda, que se hacía merecedor de competir por la corona mundial, fue el propio Nepo. Carlsen no tardó mucho en confirmar que no iba a disputar el título, que finalmente quedará en manos del ruso o del chino Ding Liren, que fue segundo en ese Torneo de Candidatos.

placeholder Carlsen (izquierda) en un duelo contra Ding Liren. (Reuters)
Carlsen (izquierda) en un duelo contra Ding Liren. (Reuters)

"El problema de Carlsen es la motivación. El problema o la gran suerte, claro, es que ha llegado demasiado rápido a todo. Se ha mantenido motivado reinventándose o mejorando incluso con módulos de análisis, pero ahora considera que el ajedrez necesita cambios, sobre todo en los formatos de juego. Está experimentando cosas de la vida como ser humano", explica Sabrina Vega.

El noruego ha renunciado a la corona mundial, pero no a disputar torneos. Sigue participando en casi todos los de superélite e incluso continuó disputando partidas una vez que Noruega no tuvo ninguna opción de medalla en las pasadas Olimpiadas disputadas en India. "Para mí ha sido muy sorprendente que Carlsen, que es un absoluto fanático del ajedrez y lo juega casi todo, no quiera defender su título. Pero qué puedo decir, a día de hoy cuesta ya mucho seguir la lógica en muchos ámbitos de la vida", argumenta Vallejo.

El ajedrez de superélite es, habitualmente, un remanso de paz. Es un club vedado en el que todos se conocen a la perfección y en el que el trato suele ser exquisito. Por eso no debe extrañar la magnitud del terremoto que ahora mismo sacude los tableros y que, además, tiene su epicentro en el representante ideal de este deporte: el vigente campeón del mundo, Magnus Carlsen.

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