"El humor negro es como follar sin condón, hay que saber dónde y con quién hacerlo"
El actor de moda del cine español estrena este viernes 'Ahora o nunca', una comedia de María Ripoll junto a María Valverde, Clara Lago y Yolanda Ramos
Llena las salas, cae bien a la gente, los directores le adoran… todo el mundo ama a Dani Rovira. Es el 'chico de moda' del cine español desde que Ocho apellidos vascos le aupara al estrellato de nuestro cine gracias a los más de 9 millones de personas que disfrutaron de su vis cómica. Al malagueño no le gusta esa etiqueta, porque “también estuvieron de moda los tupés y las hombreras”, pero sabe que son inevitables e intenta llevarlo con “toda la normalidad del mundo”.
La última en caer rendida a sus pies es María Ripoll, la directora de Tu vida en 65' y Rastros de Sándalo que se atreve en Ahora o nunca con una comedia “muy británica” sobre una boda en Gran Bretaña y todos los imprevistos que surgen antes de su celebración. Para ella ha optado por Rovira como máximo protagonista, al que describe como el “Hugh Grant español”.
El actor se toma con gracia la calificación, y apunta que espera que no le “pillen yendo de putas”, como le ocurrió al galán inglés. Ya más calmado agradece el halago y subraya que Ahora o nunca tiene una flema muy británica, que ya había en filmes como Cuatro bodas y un funeral. “El público se ríe de las desgracias de los protagonistas. Cuantas más desgracias más se ríen, es un poco cruel pero es así”, cuenta a El Confidencial.
Precisamente son los británicos unos maestros en el humor negro, tan en boca de todos tras la destitución de Guillermo Zapata por sus tuits con chistes sobre las víctimas del holocausto y de ETA. Ellos fueron unos de los primeros que hicieron chistes del terrorismo en una comedia como Four Lions.
Para Dani Rovira, humorista antes que actor, existe una metáfora que define a la perfección todo el lío montado alrededor del exconcejal de cultura. “El humor negro es como follar sin condón, tienes que saber con quién lo haces y dónde lo haces. Da mucho gustito, pero te puede traer muchos problemas. A mí el humor negro me gusta, pero tiene que tener un punto transgresor, que haya crítica social, no hacerlo porque sí. Hay que ser consciente, cuando haces humor negro, de en qué contexto lo haces. Todos hemos hecho chistes de humor negro con los colegas, pero si decides subirlo en un tuit o decides decirlo en televisión hay que ser consecuente”, explica el intérprete que actualmente se encuentra rodando la secuela de Ocho apellidos vascos.
'En España hace falta humor, porque la gente las está pasando canutas, y mucho amor. Se palpa en la calle que hay crispación, rencor y mala leche'
Lo que está claro es que la gente quiere reírse, y que las películas españolas que mejor están funcionando en taquilla son las comedias como Perdiendo el norte. Algo que en opinión de Rovira responde a un motivo claro: porque tienen amor y humor. “Eso es precisamente lo que hace falta en nuestro país. Hace falta humor, porque la gente las está pasando canutas, y mucho amor. Se palpa en la calle que hay crispación, rencor y mala leche. Mucho quítate tu para ponerme yo”, añade.
'Ahora o nunca', a por la taquilla
La película de María Ripoll, producida por Atresmedia Cine y Zeta producciones, llega este viernes a más de 300 cines y pretende demostrar, como hizo la semana pasada Jurassic World, que el verano no tiene que ser un enemigo de la taquilla, para ello cuenta no sólo con el tirón comercial de Rovira, sino con María Valverde y un elenco de secundarios entre los que destacan Alicia Rubio, Clara Lago, Joaquín Núñez y una Yolanda Ramos que roba cada escena en la que aparece.
Una versión “de Los mercenarios en comedia romántica” como la define Dani Rovira que asegura que no le pone nervioso la taquilla. “Con estar satisfecho con mi trabajo y el de mis compañeros ya está. La historia del cine está llena de taquillazos de malas películas y porrazos de filmes maravillosos”, zanja.
Y es que el éxito de Ocho apellidos vascos también ha traído la manía de comparar cada nueva comedia española con el filme de Emilio Martínez Lázaro, tanto en éxito como en tono y estilo. “Hombre, lo que ha traído Ocho apellidos vascos es mucho más positivo que negativo, porque la gente ha vuelto a coger el hábito de ir al cine, que no es sólo ir al cine, es quedar con los colegas, tomarte unas cervezas, tus palomitas… y eso es muy bueno. Luego el que quiera comparar que compare, pero las comparaciones son odiosas”, opina el actor.
'El cine español ha experimentado lo que vive un animal cuando está herido, que es cuando más cojones le echa'
Para continuar este idilio con el espectador Rovira cree que hay que enamorarle con buen trabajo, el que está hecho “con mucho amor”. “Hemos hecho los mejores datos de taquilla posibles en las peores condiciones. El cine español ha experimentado lo que vive un animal cuando está herido, que es cuando más cojones le echa. Ahora hay que seguir enamorando al público, al Gobierno y a las instituciones, porque el cine es cultura, y hay que cuidarlo. Tendríamos que aprender de países como Francia o EEUU”, destaca el ganador del último Goya al Mejor Actor Revelación.
¿Y cómo va el cortejo para conquistar a nuestros líderes? Hasta en esto Dani Rovira se muestra optimista, y cree que poco a poco se están dando cuenta de que nuestro cine sólo da alegrías, y que “lo que invierten luego vuelve por tres o cuatro y da muchos puestos de trabajo”. Que Wert y Montoro le oigan.
Llena las salas, cae bien a la gente, los directores le adoran… todo el mundo ama a Dani Rovira. Es el 'chico de moda' del cine español desde que Ocho apellidos vascos le aupara al estrellato de nuestro cine gracias a los más de 9 millones de personas que disfrutaron de su vis cómica. Al malagueño no le gusta esa etiqueta, porque “también estuvieron de moda los tupés y las hombreras”, pero sabe que son inevitables e intenta llevarlo con “toda la normalidad del mundo”.
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