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Ellas prefieren la novela histórica y ellos, ciencia ficción: qué leen los españoles
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Ellas prefieren la novela histórica y ellos, ciencia ficción: qué leen los españoles

Existen muchos estereotipos en torno a los hábitos de lectura de hombres y mujeres. Hablamos con el presidente del gremio de editores sobre la situación en nuestro país

Foto: Claire Barry, Beverly Lawrence y Merna Barry leen un periódico en 1950. (Hulton Archive/Getty Images)
Claire Barry, Beverly Lawrence y Merna Barry leen un periódico en 1950. (Hulton Archive/Getty Images)

¿Qué leen los hombres y las mujeres en España? O, más peliagudo, ¿leen realmente? Por algún motivo, esa separación entre los géneros literarios que prefieren leer ellos y ellas nos obsesiona bastante, como si de alguna manera sirviera para explicar ciertos estereotipos que forman parte de nuestro imaginario colectivo. ¿Leen ellas más, pero géneros considerados menores, mientras que ellos prefieren literatura más sesuda? En otras palabras, ¿se pasan la vida las mujeres leyendo novelas de Johanna Lindsey mientras los hombres hojean sin parar La crítica de la razón pura?

No somos los únicos obsesionados con esta cuestión, a juzgar por un gráfico que estableció Goodreads en 2017, basado en los datos recopilados por la propia aplicación.

Sin embargo, estos datos —además de desfasados— no son en absoluto extrapolables a nuestro país y, probablemente, tampoco muy fiables, porque se basan en una muestra pequeña de la población estadounidense. Para hacernos una verdadera idea de cuánto hay de real en algunas ideas preconcebidas sobre los géneros que se leen en España (y cuánto se lee), El Confidencial ha hablado con Antonio M.ª Ávila, director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores.

Foto: Más de un tercio de españoles sigue sin leer nunca, según el barómetro de lectura. EFE

La federación (en colaboración con la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Cultura) lleva más de 20 años realizando un estudio anual de "hábitos de lectura y compra de libros en España", que permite monitorizar —como ellos mismos indican— el estado de salud de la lectura y compra de libros en nuestro país, analizando la proporción de lectores frecuentes y ocasionales, el número de libros comprados y leídos o las horas dedicadas a la lectura, entre otras.

Antes de nada, Ávila se ofende con aquello de que las mujeres sean más proclives a leer géneros menores. "Eso no es así. Las mujeres sostienen la lectura en este país y, en general, por toda Europa comienzan a ser más lectoras", señala. "La explicación es que han llegado más tarde a la alfabetización. Los hombres que leen son menos, pero leen más, y curiosamente en todos los tramos de edad excepto en el tramo de mayores de 65 años, donde se está produciendo un encuentro entre hombres y mujeres casi en el mismo porcentaje. Antes era el tramo en el que más gente abandonaba la lectura, nunca fueron alfabetizados, pero los que llegan ahora a la jubilación sí lo están. En todos los demás tramos ganan las mujeres sobre los hombres".

Según los datos que recopila el gremio de editores, entre las mujeres hay una mayor proporción de lectoras de revistas y de libros, mientras que los hombres son más lectores de periódicos, cómics, webs, blogs, foros y redes sociales. "Estudios como el nuestro prácticamente no existen", insiste Ávila. "El Eurostat hace cada cuatro o cinco años unas breves preguntas en países elegidos, pero son imposibles las comparaciones al no ser anuales estos estudios. De hecho, se ha recomendado que nuestra metodología se aplique a otros países".

¿En qué piensan (y leen) las mujeres?

"Lo que más se lee es novela, tanto los hombres como las mujeres", confiesa el director. "Dentro de eso, hay cajones de sastre un poco difíciles de determinar (por ejemplo, para mí, Los Buddenbrook es una novela histórica). Sí que te puedo decir que hay subsectores: los hombres prefieren la novela negra y la ciencia ficción y no les gusta la romántica. A las mujeres les gusta la romántica, pero por debajo de la histórica".

"En algunas comunidades hay problemas, como es el caso de Andalucía, porque las mujeres abandonaban en primaria los estudios y eso hacía que el porcentaje de lectoras fuera menor, lo que arrastraba a Andalucía, y las consecuencias todavía se notan. Fíjate entonces si el papel de la mujer es importante que montones de comunidades aún están a la baja porque ellas se ponían a trabajar más jóvenes y dejaban la lectura. Insisto, ahora mismo, la lectura en el mundo la sostienen las mujeres", cuenta.

Los niños son los más lectores del país y eso explica el 'boom' de la literatura infantil

Las muestras para los estudios son rigurosamente estadísticas. Todo se encuentra estratificado por sexo, edad y en tres categorías: lector frecuente (es decir, aquel que lee uno o dos libros al mes), lector ocasional (el que lee una vez al año, generalmente un bestseller en vacaciones) y el no lector. Este último era inusualmente alto en España (un 46%) por una explicación histórico-sociológica: en los países de nuestro entorno la escolarización obligatoria se consiguió antes de la Primera Guerra Mundial, mientras que aquí se produjo en 1972 de la mano de la ley Villar Palasi.

"Además, el lector de verdad no ha dejado de crecer, de forma lenta pero año a año", cuenta Ávila. "Del 27 al 50%, desde el 2000. Antes teníamos un problema con los mayores de 65, pero ahora es el sector que más crece. Los niños son los más lectores del país y eso explica el boom de la literatura infantil, pues con la adolescencia es verdad que dan un bajón, pero eso no significa que la gente joven o lea (los que leen leen bastante), solo que durante años se reduce, aunque después se suele recuperar el hábito cuando hay estudios universitarios. La única correlación estadística al 100% es que a mayor formación académica, más lectura. También es muy importante el hábitat, claro".

Partimos con un retraso importante porque la escolarización obligatoria aquí se produjo en 1972, de la mano de la ley Villar Palasi

"Hay que tener en cuenta que partimos con un atraso histórico muy importante, además que el resto de países tienen sistemas bibliotecarios muy buenos. Yo siempre lo pienso cuando veo pelis americanas de serie B: cada vez que hay un crimen y el investigador tiene que ir a la biblioteca, ¡está siempre abierta! Y siempre llena de libros o periódicos. Nosotros tenemos sistema bibliotecario, pero a veces estas se encuentran vacías… y, claro, al final la gente se puede comprar siete o diez libros al año, como yo me puedo comprar un par de zapatos, pero no me voy a comprar 40.000", indica.

Todavía hay esperanza para los clásicos

¿Lee alguien a Dostoievski? ¿Y El Quijote? Ávila se muestra bastante optimista al respecto: "Los clásicos, incluyendo la literatura grecorromana así como el Siglo de Oro, siguen estando en torno al 5%. Siempre. Está congelado. Ya me gustaría a mí que fuera más, pero las colecciones de clásicos se mantienen, y si las editoriales siguen sacando libros y editando es buena señal. ¿Que no se venden 100.000 ejemplares de Dostoievski? Pues no, pero si hay editoriales especializadas en estos elementos y aguantan es porque funcionan".

Los clásicos, incluyendo la literatura grecorromana así como el Siglo de Oro, siguen estando en torno al 5% siempre

"Si los libros se editan y la empresa no entra en quiebra, es porque tiene su nicho de mercado que le permite sobrevivir. Mi opinión es que estamos progresando adecuadamente, pero, en vez de sacar un notable raspado, yo quiero que mi país tenga un sobresaliente. Primero, hay que romper la desigualdad territorial, conseguir que los adolescentes lean (es complicado, y no creo que tenga que ver tanto con las pantallas como con la biología y las hormonas). Y que los niños vean que los padres tienen una relación natural con los libros también les ayuda a leer", concluye.

¿Qué leen los hombres y las mujeres en España? O, más peliagudo, ¿leen realmente? Por algún motivo, esa separación entre los géneros literarios que prefieren leer ellos y ellas nos obsesiona bastante, como si de alguna manera sirviera para explicar ciertos estereotipos que forman parte de nuestro imaginario colectivo. ¿Leen ellas más, pero géneros considerados menores, mientras que ellos prefieren literatura más sesuda? En otras palabras, ¿se pasan la vida las mujeres leyendo novelas de Johanna Lindsey mientras los hombres hojean sin parar La crítica de la razón pura?

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