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El libro respira: "Hemos perdido mil millones pero el sector resiste"
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El libro respira: "Hemos perdido mil millones pero el sector resiste"

Todo era mucho peor en el sector hace un par de meses cuando se estimaban pérdidas de 1600 millones de euros. Hoy se respira con más alivio aunque se lamenta la bajada de las ventas

Foto:  El librero Eric del Arco (i), de la histórica librería Documenta de Barcelona (EFE)
El librero Eric del Arco (i), de la histórica librería Documenta de Barcelona (EFE)

La situación pintaba bastante negra hace un par de meses en el sector del libro. La cámara del libro, que aúna a editores, libreros y distribuidores, llegó incluso a dar una cifra: se habían perdido 1.600 millones de euros durante el confinamiento y el cierre de negocios. Esto es, 1.200 millones en el comercio interior y 400 en el exterior. Eran cifras estimadas (y un tanto al albur), pero afortunadamente, hoy se respira con más alivio. “En el comercio exterior lo clavamos, pero en el interior por suerte ha sido algo menos y habremos perdido unos 600 millones”, afirma a Antonio María Ávila, director de la Federación del Gremio de Editores a El Confidencial. En total, unos 1.000 millones. No obstante, es una cifra importante. Como también dice Álvaro Manso, portavoz de CEGAL, el gremio de los libreros, a este periódico, “hemos perdido dos meses que no son recuperables”. Si se hacen las cuentas hay cerca de un 40% de los 2.700 millones de facturación del mercado interior que no van a regresar aunque se hayan puesto en marcha el día del Libro del 23 de julio y la próxima Feria del Libro de Madrid (que todavía está por ver su celebración).

Por tanto la alegría en el sector está, pero con cierta contención. Ávila, desde los editores, es de los que se muestra optimista. “Las editoriales están resistiendo, y entre los distribuidores hay gente tiene problemas, pero no tenemos avisos de que estén cerrando. Está funcionando la cadena, cosa que no ocurrió en 2008. Hemos recibido los créditos ICO y hay liquidez. El año no será bueno, eso ya lo sabemos, pero no tiene que ser tan malo como se pensó. Hace dos meses todo era mucho peor”, sostiene.

Arreón posconfinamiento

Es cierto que nada más abrir las librerías a comienzos de mayo, los lectores regresaron. Y con cierta avidez. “Sí, hubo un arreón. La vuelta ha sido razonablemente buena y ha estado por encima de las expectativas. Tanto la sensación como los números son interesantes. Estamos contentos porque empezamos con la cita previa, luego con el aforo reducido…, pero la gente respondió muy bien. Quizá es que tenemos unos clientes distintos a los de otros negocios. Había mucha campaña de apoyo en redes. Y después hemos tenido una oferta espectacular por lo que el arreón no ha acabado”, comenta Manso. Es verdad que en estas semanas las editoriales han sacado casi toda su artillería con algunos de los autores que más venden en nuestro país, desde Joel Dicker a Lorenzo Silva y eso siempre se nota, aunque muchos sellos se hayan dejado algunas novedades para el curso que viene.

Hemos recibido los créditos ICO y hay liquidez. El año no será bueno, eso ya lo sabemos, pero no tiene que ser tan malo como se pensó. Hace dos meses todo era mucho peor

Por otro lado, en el sector se destaca que quienes han echado mano estos meses del comercio online les ha ido mejor que a quienes no lo han hecho. “Está claro que en la exportación el negocio ha sido cero porque las aduanas están cerradas, pero en el interior se ha salvado un poco porque ha funcionando razonablemente el comercio electrónico, la venta online. Por ejemplo, en La Casa del Libro, Amazon y en las librerías que lo han puesto en marcha luego también ha ido más gente a estas librerías. Pero claro, también es verdad que todo eso no compensa la pérdida”, admite Ávila.

placeholder Sant Jordi en Barcelona en 2019 (EFE)
Sant Jordi en Barcelona en 2019 (EFE)


Porque los meses de cierre también pesan. Así lo ve Pablo Bonet, que durante 18 años estuvo al frente de la librería Muga de Madrid y hoy es secretario del Gremio de Libreros de Madrid. Los números que ellos barajan indican que con la bajada de ventas en marzo y abril, “cualquier subida de junio o mayo jamás va a cubrir el descenso de ventas de esto meses. Y ahora viene el momento complicado de julio, agosto y septiembre. Entre el 45 -50% se ha perdido en estos meses. Son meses en los que no hemos tenido ni Día del Libro ni Feria del Libro. Y ahora tenemos el 23 el día del libro, pero dada la situación no se va a poner la carne en el asador y, al menos en Madrid, no creo que salve nada”.

Día del Libro y una Feria en el aire

Precisamente, la Cámara del Libro junto a la Cambra de Cataluña sí pretenden que el Día del Libro del 23 de julio -se cambió la fecha debido al confinamiento que había el 23 de abril- sea una cifra que sirva para calentar un poco las cifras, aunque Ávila insiste en que la celebración “no es solo por motivo económicos, también por institucionales y culturales”. La idea es que en Barcelona, “que es donde mejor se celebra”, dice Ávila, “haya las paradas de libros correspondientes, aunque menos que otros años. Pero ese día es importante porque se autoriza el descuento del 10%”. El día fue elegido por la Cambra del Llibre con bastante entusiasmo sobre todo por los editores.

Cualquier subida de junio o mayo jamás va a cubrir el descenso de ventas de esto meses. Hemos perdido entre el 40-50% de ventas

Estos son también los que más ganas tenían de que la Feria del Libro de Madrid fuera hacia adelante. No fue una negociación fácil. De hecho, el jueves la reunión en la que participó la comisión organizadora más los editores, libreros y distribuidores de Madrid duró más de cinco horas y había posturas enconadas. Los libreros no querían celebrarla porque temían las pérdidas ante una posible cancelación. Finalmente contaron con una subvención especial de la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid de 300.000 euros que servirá, como dice Pablo Bonet, para “cubrir el gasto de montaje de las casetas de todo el mundo, desde editores a libreros y distribuidores por si cancela; y también si se celebra para cubrir parte de las ventas porque sabemos que no se va a vender como en otros años”. Es decir, el Gobierno de Isabel Ayuso puso el seguro para que se celebra la Feria del Libro de Madrid y gracias a ello convenció a los libreros. En los últimos días el Gobierno de la Comunidad también ha echado un capote a las librerías con la compra de libros para bibliotecas por un valor de tres millones de euros, según informan desde el Gremio de Libreros de Madrid.

La Comunidad de Madrid ha puesto 300.000 euros que son una especie de seguro por si la Feria del Libro de Madrid finalmente se cancela

No obstante, en estos días de julio la celebración de la Feria todavía no se da por hecha. Se ha votado que sí, pero habrá una nueva reunión a finales de agosto, ya que el montaje tiene que empezar en septiembre. “No tenemos la seguridad de que la feria se pueda celebrar. Y vamos a esperar a la vuelta de las vacaciones. Tenemos que ver qué pasa a finales de agosto. La sanidad es lo primero primero. Todavía no tenemos ninguna orden del Ministerio, y es complicada porque estamos ante un escenario desconocido. Tenemos un timeline… en marzo empezamos a ver que había mucha gente infectada y si esto empieza así en septiembre pues se decidirá”, sostiene Bonet. De momento, con la partida de la Comunidad las cuentas en Madrid están más o menos salvadas. De hecho, los libreros se plantean celebrar la Feria en las librerías en el caso de que no pudiera hacerse en el Retiro.

Mientras tanto, el sector quiere que se mantenga el buen feeling que hay ahora antes de que todo pueda volver a sufrir un parón. Desean que se siga yendo a las librerías y que se compren libros. Que, como dice Ávila, se mantengan las ganas de leer que ha habido durante el confinamiento. “Hemos estado vendiendo bien y tenemos esa buena sensación”, insiste Manso, que cree que, además, algunas cosas se van a mantener como el comercio online y la consulta en las webs de las librerías. “Sí, eso ha cambiado, mucha más gente consulta lo que tienes, fija envíos, reserva libros… Eso antes no era habitual y ahora el cliente ya te llega con los libros buscados”, afirma el librero. No han sido meses buenos, pero el sector sí ha sufrido un cambio. El covid-19 ha hecho lo que las grandes tiendas online no consiguieron hace diez años y es que el sector haya entrado definitivamente en el mundo 2.0.

La situación pintaba bastante negra hace un par de meses en el sector del libro. La cámara del libro, que aúna a editores, libreros y distribuidores, llegó incluso a dar una cifra: se habían perdido 1.600 millones de euros durante el confinamiento y el cierre de negocios. Esto es, 1.200 millones en el comercio interior y 400 en el exterior. Eran cifras estimadas (y un tanto al albur), pero afortunadamente, hoy se respira con más alivio. “En el comercio exterior lo clavamos, pero en el interior por suerte ha sido algo menos y habremos perdido unos 600 millones”, afirma a Antonio María Ávila, director de la Federación del Gremio de Editores a El Confidencial. En total, unos 1.000 millones. No obstante, es una cifra importante. Como también dice Álvaro Manso, portavoz de CEGAL, el gremio de los libreros, a este periódico, “hemos perdido dos meses que no son recuperables”. Si se hacen las cuentas hay cerca de un 40% de los 2.700 millones de facturación del mercado interior que no van a regresar aunque se hayan puesto en marcha el día del Libro del 23 de julio y la próxima Feria del Libro de Madrid (que todavía está por ver su celebración).

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