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Este economista afirma que tu cociente intelectual baja si estudias en catalán sin ser tu lengua materna
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Este economista afirma que tu cociente intelectual baja si estudias en catalán sin ser tu lengua materna

Félix López señala en su nuevo ensayo que esos alumnos tienen asimismo dos veces y medio más posibilidades de fracaso escolar

Foto: Fiesta de Sant Jordi en Barcelona el año pasado. (Europa Press/Kike Rincón)
Fiesta de Sant Jordi en Barcelona el año pasado. (Europa Press/Kike Rincón)

Imaginemos por un momento a un niño de alguna parte de Sudáfrica cuyo idioma materno es el zulú, o el afrikáans​, obligado a estudiar en inglés, lo que irremediablemente le provoca un rendimiento más bajo (si no entiende, ¿cómo va a estudiar? Al fin y al cabo, muchos lingüistas argumentan que, cuando se trata de aprender un segundo idioma, es crucial tener una base sólida en el primero). Pensemos en España y en otros países europeos, donde las familias pudientes llevan a sus hijos a carísimos colegios internacionales en los que se les educa en inglés, en francés o en alemán, en una lengua que no es la que hablan en su casa, ¿tendrán los mismos problemas? Y ahora vámonos un poco más cerca e imaginemos a un niño castellanohablante en un entorno en que debe estudiar obligatoriamente en catalán: ¿estará en clara desventaja frente a los compañeros cuyo idioma materno sí es el catalán? Según señala el economista Félix López, sí, y, según los datos que avala, esto es nocivo no solo para el propio estudiante, sino para la sociedad entera.

En su ensayo Ahogados: efectos cognitivos y económicos de la inmersión lingüística en Cataluña (Deusto), López establece una polémica premisa: aunque la inmersión lingüística en Cataluña —que margina el español frente al catalán— se considera un sistema de éxito por parte de las élites nacionalistas catalanas, en realidad está teniendo efectos nocivos para esa parte de la población cuyo idioma materno es el español. Para ello, ha recopilado exhaustivamente datos, informes PISA y estudios que concluyen algo sumamente preocupante: un alumno hispanohablante tiene un cociente intelectual nueve puntos inferior a un alumno catalanohablante (partamos de la base de que 100 es la media de CI) y niveles de fracaso escolar dos veces y media más altos. Porque, según señala, el cociente intelectual puede perderse en función de las circunstancias vitales, y encontrarse en un sistema académico en el que no hablas tu lengua materna es una de ellas.

(A algunos lectores podrá sorprenderles que el cociente intelectual no sea un valor constante a lo largo de la vida de una persona. Un estudio del University College de Londres, realizado hace más de 10 años, ya reveló que esta aptitud que sirve para medir la inteligencia puede aumentar o disminuir durante la adolescencia por cambios en la corteza cerebral).

"Este es un libro muy improbable por el hecho de que lo haya escrito yo y no otra persona", explica López al teléfono para El Confidencial. "Me encontraba en una librería hace seis años y estaba ojeando un libro —Capitalismo cognitivo, de Heiner Rindermann— que analizaba la riqueza de los países no desde un punto de vista del crecimiento económico, como se suele, sino más curioso: desde la teoría de la inteligencia. Lo leí y en una página aparecía un gráfico muy sorprendente: el índice general de inteligencia. Unos días antes, había recibido un informe realizado por Convivencia Cívica Catalana y aparecían los puntos PISA de los estudiantes catalanohablantes y los hispanohablantes. Entonces, computé la diferencia en puntos PISA a puntos de inteligencia y me quedé muy alarmado por la diferencia: a partir de ahí empecé a investigar lo que sucede en otras partes del mundo y a aprender un poco sobre la ciencia de la inteligencia, fue así como fui hilvanando esta historia y como llegué a la conclusión de que el proceso de aprendizaje en un régimen de inmersión produce problemas cognitivos".

"Lo curioso es que no he inventado nada nuevo", añade. "La UNESCO viene diciendo desde hace más de 70 años que hay que escolarizar a los niños en el idioma materno. Uno no puede estar sujeto a un sistema de enseñanza que limita la capacidad de aprender. Está probadísimo, el problema es que la palabra inteligencia parece un tabú en el sistema educativo actual, no solo en la UNESCO, también en España. Por ejemplo, cuando leemos sobre fracaso escolar, la palabra inteligencia nunca aparece, sino que se suele hablar de una falta de adaptación. Yo, con esto, lo único que he hecho es dar evidencia académica a una escala de puntos", afirma.

"El sistema educativo catalán favorece la desigualdad, solo se puede explicar por la inmersión"

El economista indica que existen algunos mitos, como que el nivel socioeconómico es lo que explica fundamentalmente los resultados académicos, pero esto no se sostiene. "Si ese fuera el único problema, querría decir que absolutamente todos los padres catalanes tienen mejor nivel económico que los hispanohablantes, a juzgar por esos nueve puntos de cociente intelectual que pierden unos frente a otros (lo cual, lógicamente, no es cierto). Es verdad que el nivel socioeconómico establece algunas diferencias (un total de cuatro puntos), pero no todas", indica. "El sistema educativo catalán favorece la desigualdad, solo se puede explicar por la inmersión. ¿Por qué los alumnos de Madrid y Navarra están cinco puntos por encima de los hispanohablantes catalanes?".

López señala, además, que el informe PISA tampoco establece datos reales en ese aspecto, puesto que, aunque está bien hecho para comparar países, presenta algunos problemas para distinguir el nivel educativo entre catalanes e hispanohablantes, dado que no tiene en cuenta a los estudiantes con un mal rendimiento. "Tampoco se tiene en cuenta a aquellos que han abandonado el sistema académico antes de tiempo", afirma. "He vivido en África, la conozco bien y he investigado lo suficiente para poder decir que los niños escolarizados en inglés con un idioma materno diferente (como puede suceder en Nigeria o Sudáfrica) rinden muy mal. La cosa es que en África, como sucede en País Vasco, la diferencia estructural entre el idioma de casa y aquel en el que los escolarizan es muy grande (inglés y zulú, por ejemplo). Es verdad que el catalán y el español son más parecidos, entonces el efecto nocivo es menor. Con estas comparaciones, lo único que quiero demostrar es que no estoy descubriendo nada nuevo".

placeholder Portada del ensayo de López.
Portada del ensayo de López.

Y hay algunos datos especialmente alarmantes: si un estudiante pierde cinco puntos de cociente intelectual a los 15 años, terminará con un año y cuarto menos de escolarización por culpa de la inmersión. Esto, a su vez, influirá en sus ingresos laborales. Cada año de escolarización menos se pierde un 10% de ingresos anuales: es decir, si un estudiante solo ha acabado el bachillerato comparado con alguien que ha terminado la universidad, tendrá un 40% menos de ingresos. Esto sucede en todos los países occidentales. En otras palabras, un alumno hispanohablante perderá a lo largo de su vida el 12,5% de ingresos anuales laborales, lo que le supone perder 250.000 euros a lo largo de la vida.

¿Y los estudiantes en los liceos?

Las dudas llegados a este punto son necesarias. Pensemos en todos esos niños de clases altas que estudian en el extranjero o en colegios ingleses, liceos franceses o centros alemanes. Lo lógico es imaginar que estarán destinados a padecer los mismos problemas. "No he encontrado estudios sobre ello, pero estoy convencido de que perjudica", destaca López. "Si a un niño de Sudáfrica (rico o pobre) le afecta, pues lo mismo le pasará a un italiano, un francés o un ruso. Lo que pasa es que, si son de nivel económico más alto, probablemente, se note menos", apunta. "Cuando comento lo que he descubierto en Cataluña, muchos de mis amigos con hijos en esa situación se quedan un poco preocupados. En realidad, si tus hijos tienen unos 110 puntos de cociente intelectual y pierden cuatro o cinco puntos por una inmersión no demasiado adecuada quizá no sea tan grave. A los que más les afecta es a los niños que de entrada andan un poco al límite".

Si todo este asunto no fuera lo suficientemente apocalíptico, el economista también recalca que nos estamos volviendo menos inteligentes. ¿Podrían ser las pantallas las que explicasen parte de esa pérdida? "Es un tema que está muy de moda", advierte. "Está demostrado que la pérdida de atención y el hecho de que no podamos prestar atención más que unos segundos afecta mucho. En el libro, comento que, en el pasado, la inteligencia del mundo occidental aumentaba porque cada vez había más escolarización, pero ahora en Occidente se ha atascado. En los países avanzados, a partir del año 2000, ha ido cayendo, puede que en parte se deba a este efecto —las pantallas—. De alguna manera, nos estamos volviendo menos inteligentes y eso es muy preocupante" El economista asegura que en un entorno inadecuado se pierde inteligencia, y esto está demostrado con el informe PISA. "La prueba de esa pérdida está más que clara después de la pandemia: todos los niños del mundo han perdido 12 puntos PISA (es decir, unos dos puntos de CI). Le ha pasado a todos, hasta a los universitarios, porque perder inteligencia es relativamente fácil. Y la pérdida de esos puntos es irreparable, que haya terminado la pandemia no significa nada".

"El problema con Cataluña irá a peor, ha perdido por los desastres de la independencia y la situación no se revertirá en los próximos 10 años", apunta. "La situación es para echarse a llorar. Si Cataluña está perdiendo cociente intelectual de media y encima el resto de comunidades no lo hacen, el deterioro colectivo es peor, y esto se traduce a su vez en que el producto interior bruto del país también irá a peor. ¿Quién va a montar un negocio de alta tecnología en Cataluña si no hay estudiantes de esos niveles? Un hispanohablante tiene la tercera parte de probabilidad de obtener un máster frente a un catalanohablante. ¿Por qué hay tanto déficit para una región tan pujante?".

"¿Quién va a montar un negocio de alta tecnología en Cataluña si no hay estudiantes de esos niveles?"

¿Se puede ayudar a los niños catalanes a aumentar su inteligencia? "Hay programas de mejora, con ellos ganan un poco, pero también se ha descubierto que no duran mucho y que vuelve a perderse enseguida. Lo único que sirve es el sistema educativo, año tras año. Mientras sigas estudiando, vas ganando". ¿Hay entonces alguna manera de que la situación de estos hispanoparlantes pueda cambiar? "La hay, pero es un proceso que nadie va a poner en marcha. El presidente dijo que iba a destinar dos millones de euros a refuerzo educativo, todo eso es bueno, pero no contribuye lo suficiente. Solo con un proceso de aprendizaje semanal se podría volver a recuperar lo perdido", finaliza.

Imaginemos por un momento a un niño de alguna parte de Sudáfrica cuyo idioma materno es el zulú, o el afrikáans​, obligado a estudiar en inglés, lo que irremediablemente le provoca un rendimiento más bajo (si no entiende, ¿cómo va a estudiar? Al fin y al cabo, muchos lingüistas argumentan que, cuando se trata de aprender un segundo idioma, es crucial tener una base sólida en el primero). Pensemos en España y en otros países europeos, donde las familias pudientes llevan a sus hijos a carísimos colegios internacionales en los que se les educa en inglés, en francés o en alemán, en una lengua que no es la que hablan en su casa, ¿tendrán los mismos problemas? Y ahora vámonos un poco más cerca e imaginemos a un niño castellanohablante en un entorno en que debe estudiar obligatoriamente en catalán: ¿estará en clara desventaja frente a los compañeros cuyo idioma materno sí es el catalán? Según señala el economista Félix López, sí, y, según los datos que avala, esto es nocivo no solo para el propio estudiante, sino para la sociedad entera.

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