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Borja-Villel aún no se ha ido del Reina Sofía: política, mujeres y descolonización para 2024
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La de Segade, en 2026

Borja-Villel aún no se ha ido del Reina Sofía: política, mujeres y descolonización para 2024

La programación presentada este miércoles por Manuel Segade, actual director de la pinacoteca, es todavía herencia del anterior responsable. Una de las grandes exposiciones será sobre Tàpies a partir del 20 de febrero

Foto: El director del Museo Reina Sofía, Manuel Segade, presenta la programación de 2024 este miércoles, en el edificio Nouvel del propio museo. (EFE/Borja Sánchez Trillo)
El director del Museo Reina Sofía, Manuel Segade, presenta la programación de 2024 este miércoles, en el edificio Nouvel del propio museo. (EFE/Borja Sánchez Trillo)

Manuel Segade todavía no ha sustituido del todo al otro Manuel. La impronta de Borja-Villel, director del Reina Sofía durante 15 años y cuyo trabajo acabó justo el pasado febrero, todavía recorre las paredes de las exposiciones temporales del museo. Con toda lógica: las programaciones no se hacen de un año para otro. Tienen mucha faena detrás. De ahí que la presentación que ha hecho la mañana de este miércoles Segade en el auditorio del edificio Nouvel esté plagada del estilo Borja-Villel y vayamos a ver mucha plástica, a muchas artistas, mucha performance conceptual y se le vuelva a dar un aldabonazo al tema de la descolonización. Lo que el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha descubierto ahora.

“Las herencias duran siempre”, ha dicho el nuevo director, quien ha manifestado que su mano se verá de verdad a partir de 2026 y con algunas cosas en 2025. Eso sí, “si el presupuesto” del Gobierno “lo permite” y sale adelante. Porque, como también ha insistido, aquí todo es público.

Abrirá la temporada 2024 un artista de los conocidos: Antoni Tàpies. La muestra estará comisariada por Borja-Villel (uno de sus tentáculos, el otro será la muestra de la portuguesa Grada Kilomba) y será una gran retrospectiva del artista catalán que incluirá obra no vista en mucho tiempo, según señalan desde el museo. Su inauguración está prevista para el 20 de febrero y durará hasta el 24 de junio. La gran exposición del primer semestre del año.

placeholder El director del Museo Reina Sofía, Manuel Segade, esta mañana (EFE/Borja Sánchez Trillo)
El director del Museo Reina Sofía, Manuel Segade, esta mañana (EFE/Borja Sánchez Trillo)

Le seguirá Olga de Soto, coreógrafa española que forma parte del programa Fisuras y que culminará con ella, ya que Segade sí tiene previsto “hacer algo diferente con los artistas emergentes españoles”. Estará centrada en la pieza La mesa verde que el coreógrafo alemán Kurt Joos hizo en 1932 y que alertaba del peligro del ascenso de los nazis (y no se equivocaba porque en 1933 llegaron al poder y después ya se sabe qué pasó). De Soto ha incidido en lo que pasa con el espectador cuando ve una pieza de danza.

Más lenguaje performativo (y escultórico) llegará de la mano del norteamericano James Lee Byars en una exposición comisariada por Vicente Todolí (fue director de la Tate Modern de Londres) en el Palacio Velázquez del Retiro (que, por cierto, cerrará por obras a finales de año). Es una de las muestras más “espirituales” y filosóficas de la temporada.

Lo esperpéntico

La gran aportación de Segade a 2024 es una gran muestra de Eva Lootz, la vienesa que lleva décadas afincada en España y que ya ha dicho que acudirá a verla. “Es un homenaje necesario a una artista que tiene ya 90 años”, ha señalado el director. Además, el Reina tiene un importantísimo legado suyo, donado por ella recientemente. Muchas intervenciones efímeras, performances y escultura basadas en su planteamiento del arte: “No tengo nada que decir y lo digo”.

Otra mujer con presencia esta temporada será la pintora valenciana Soledad Sevilla, ganadora del premio Velázquez (y que por eso debe ser expuesta en el Reina). En esta exposición se verán sus relaciones con otros artistas como Eusebio Sempere y Ángeles Martín. Es un recorrido por la pintura de los años 70, 80 y 90.

Para finales del año, las dos muestras que más marca de la casa Borja-Villel tienen. Por un lado, Esperpento, que aborda precisamente ese elemento grotesco definido por Valle-Inclán y que tanto predicamento tiene en la cultura española (de todo tipo). Y no solo en la cultura. Será una gran muestra dividida en siete secciones y recorrerá todo el legado esperpéntico desde su génesis. Desde lo goyesco a las guerras, lo carnavalesco, la bohemia, los teatros de títeres y ese ruedo ibérico que es la historia de España metida dentro de una plaza de toros y que va a dar lugar a un cúmulo de tensiones cristalizadas en la Guerra Civil. Entre los artistas: Ángeles Santos, Joaquim Martí-Bas o José Gutiérrez Solana. Efectivamente, ahí está el sello Borja-Villel.

"Es una coincidencia que el ministro esté interesado, porque son temas ineludibles. Forma parte de la genética de los museos"

La segunda exposición conceptual será, ya en noviembre, En el aire conmovido…, que alude al primer verso del primer romance del Romancero gitano de Lorca, que es donde, dicen los que saben, está la idea del duende. Estará comisariada por el filósofo George Didi-Huberman, de quien, por otro lado, el Círculo de Bellas Artes de Madrid hará ahora una retrospectiva. La del Reina será una muestra de raigambre política, ya que aborda esa tensión que surge cuando una emoción nos embarga y nos predispone para llevar a cabo una acción, ha explicado Segade. Eso lo reflejan obras de Rodin, Picasso, Giacometti o Dalí.

Tras la muestra de la artista portuguesa de origen africano Grada Kilomba sí estará toda la mano de Borja-Villel. La propia artista ha dicho en ocasiones que ella trabaja con la memoria, el trauma, el género y el poscolonialismo. Con el poder, saber y la violencia. Borja-Villel y ella ya trabajaron juntos en la reciente Bienal de São Paulo y aquí presentarán una obra performativa, Opera to a Black Venus, una videoinstalación a gran escala que aborda las inercias narrativas poscoloniales y los microrracismos.

Precisamente, en este sentido de la descolonización se va a abrir la parte de la colección permanente dedicada al control colonial y los efectos nocivos del imperialismo. Fue inaugurada por el anterior director, pero se tuvo que cerrar por algunos problemas de licencias. En ella se discute el papel, por ejemplo, de la Expo de Sevilla y de los Juegos Olímpicos de Barcelona.

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El director del Museo Reina Sofía, Manuel Segade, presenta la programación de 2024 este miércoles, en el edificio Nouvel del propio museo. (EFE/Borja Sánchez Trillo)

Por eso mismo, el propio Segade ha insistido esta mañana en que el arte contemporáneo no ha llegado antes de ayer a los debates sobre el colonialismo ni sobre la raza, el género o la clase social, aunque así lo estén planteando políticos como Urtasun, con quien se reunió este lunes para, entre otras cosas, asegurar los 400.000 euros de presupuesto para comprar obras en la próxima feria de ARCO (y que quieren centrar en artistas españoles y galerías españolas).

“Es una coincidencia que el ministro esté interesado en esto porque son temas ineludibles del arte contemporáneo. Forman parte de la genética de los museos. Un museo no es feminista de la noche a la mañana. Desde los años sesenta existen estos movimientos”, ha resaltado Segade, que ve lógico que tantas décadas después de los movimientos sociales, civiles y feministas, los museos ya estén trabajando con ellos.

Así cerrará la temporada de 2024 en el Reina Sofía, aunque el director ha dejado caer que habrá alguna sorpresa, como quizá la extensión de la muestra de Amos Gitai sobre el asesinato de Isaac Rabin, que en principio está previsto que termine el 18 de marzo. “Y habrás más cosas sobre Gaza”, ha asegurado. De momento, ya ha hecho público quién será su mano derecha como subdirectora artística, la mexicana Amanda de la Garza, que estaba al frente del Museo de Arte Contemporáneo de la UNAM en México y que ha sido elegida mediante concurso al que se han presentado 52 personas. Y todo lo demás dependerá “de los presupuestos de este año”. Es lo que ocurre con las instituciones públicas.

Manuel Segade todavía no ha sustituido del todo al otro Manuel. La impronta de Borja-Villel, director del Reina Sofía durante 15 años y cuyo trabajo acabó justo el pasado febrero, todavía recorre las paredes de las exposiciones temporales del museo. Con toda lógica: las programaciones no se hacen de un año para otro. Tienen mucha faena detrás. De ahí que la presentación que ha hecho la mañana de este miércoles Segade en el auditorio del edificio Nouvel esté plagada del estilo Borja-Villel y vayamos a ver mucha plástica, a muchas artistas, mucha performance conceptual y se le vuelva a dar un aldabonazo al tema de la descolonización. Lo que el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha descubierto ahora.

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