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Manuel Segade: "Una de mis tareas será recuperar consensos con respecto al Reina Sofía"
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Entrevista

Manuel Segade: "Una de mis tareas será recuperar consensos con respecto al Reina Sofía"

El gallego, nuevo director del museo de arte contemporáneo más importante de España, recoge el guante y señala que hay que volver a las políticas de José Guirao sobre los artistas españoles

Foto: El nuevo director del museo Reina Sofía, Manuel Segade. (EFE)
El nuevo director del museo Reina Sofía, Manuel Segade. (EFE)

El lunes se supo por fin que Manuel Segade (A Coruña, 1977) sería el sustituto de Manuel Borja-Villel al frente del Museo Reina Sofía, la mayor pinacoteca de arte contemporáneo de España. El gallego daba el salto desde el Museo CA2M Centro 2 de Mayo, en Móstoles y perteneciente a la Comunidad de Madrid, a uno de los grandes museos nacionales españoles. Su proyecto había resultado ganador entre una terna de nueve candidatos.

Para desgranar cuáles serán las líneas de su programa, charla en esta entrevista por teléfono con El Confidencial en la que coge el guante de lo publicado ayer por este medio sobre la falta de artistas españoles en la anterior gestión de Borja-Villel. Y también cree que hay una necesidad básica: la vuelta a los consensos.

PREGUNTA. ¿Cuáles son las líneas de su programa?

RESPUESTA. Hay dos cosas que me parecen clave. Una tiene que ver con que el museo está en una posición, a pesar de las últimas polémicas, internacional fundamental. Se entiende como una de las estructuras museísticas contemporáneas de Occidente más importantes en este momento, y yo creo que eso es muy relevante. No nos enfrentamos a un periodo que tiene que consolidar la potencia de este museo. En los últimos años, lo que más se ha exportado al exterior del arte español no ha sido el arte español, sino que han sido sus instituciones; es decir, la forma de institucionalidad que hacemos con el arte español fuera interesa muchísimo. Nuestros modelos, como el del Reina Sofía, el del CA2M, el del MACBA o el IVAM son modelos que están interesando mucho fuera. Pero no hemos conseguido que ese capital simbólico de las instituciones se traspase al resto de los aspectos del arte contemporáneo español. Es decir, lo que sería genial es que ese mismo capital simbólico se transmita a los artistas y profesionales del mundo del arte. Y ahí sí hay una tarea fundamental que tiene que atravesar todas las formas de trabajo del museo.

Y otra cosa evidente es que, en los últimos años, se ha demostrado que hace falta recuperar consensos con respecto al Reina Sofía. Establecer mecanismos de escucha con la sociedad a través del consejo asesor y las comunidades que están alrededor del museo para generar esos consensos con respecto a la colección y otras actividades que permiten que el museo sea una estructura coral con muchas voces. Incorporar todos los relatos posibles que no es que estén desatendidos, pero necesitamos que eso sea una máxima de trabajar de forma evidente.

placeholder Manuel Segade cuando era director del CA2M de Móstoles en 2019. (EFE)
Manuel Segade cuando era director del CA2M de Móstoles en 2019. (EFE)

P. Nosotros ayer publicamos un artículo tras hablar con distintas personalidades del mundo del arte español que decía que se había echado en falta mayor presencia de artistas españoles durante la gestión de Manuel Borja-Villel. ¿Va a escuchar este clamor? ¿Va a recuperar a los artistas españoles?

R. Sí, sí. Si es una lectura que tanta gente ha hecho y que incluso ha habido análisis casi estadísticos, creo que es fundamental escucharlos y pensar en todas esas posibilidades. La colección tiene 24.000 piezas, así que piensa en esos fondos inmensos de los que en la presentación más grande que se ha hecho en la historia del museo fue Vasos Comunicantes y solo se expuso el 5%. Imagina la cantidad de relatos potenciales, de figuras del arte que acechan dentro de esa colección y que todavía no han salido a la luz. Solo eso implica ya un trabajo continuo de relatos, pero también de presentaciones efímeras que permitan dinamizar toda esa parte y encajar muchas cosas y muchos más nombres en nuestra historia del arte. Yo admiraba muchísimo el Espacio 1 que creó Pepe Guirao [también fue director del Reina Sofía], donde había una visibilidad muy grande a los artistas españoles más jóvenes que no habían tenido esas experiencias en museos. Y creo que ahí hay otra cosa importante que tiene que ver con generar espacios en lo público donde los y las artistas contemporáneos tengan la posibilidad de equivocarse, y que sean cosas que todavía no entendamos muy bien y nos permita públicamente cuestionarlas, trabajarlas y entenderlas. El Palacio de Cristal está para eso también, pero a lo mejor no ha sido un cometido tan importante en el museo en los últimos años.

"Si la falta de artistas españoles es una lectura que tanta gente ha hecho, hay que escucharles"

P. Otro par de críticas que se le hacían a la anterior dirección es que se apostó por una ideología woke y por exposiciones demasiado conceptuales y discursivas alejadas del gran público. ¿Va a introducir cambios en este sentido?

R. A mí hay un concepto que me gusta mucho que es transescalar, que es trabajar en varias escalas a la vez. Creo que es fundamental. Es algo que hemos hecho muy bien en el CA2M, y es trabajar siempre con una enorme diversidad de públicos y programas. Al mismo tiempo puedes tener una exposición con una gran exigencia filosófica y a la vez algo más popular o más sencillo o cosas que entren casi a través del cuerpo, del gozo sensual de lo que puede ser una exposición. Y eso aparte de actividades que tengan más que ver con la música contemporánea, con aspectos de la cultura popular que también es fundamental incorporar. Creo que, cuanta más coralidad en el museo, más voces pueda tener, mucho más consenso generará la institución y más importante será el tipo de discursos que emita.

P. Y con respecto a lo woke

R. Bueno, yo ahí tengo mi propia forma de entenderlo. El arte contemporáneo nace para mí como régimen en los años 60 en el mismo momento en el que se produce la segunda oleada del feminismo, que es la que provoca el nacimiento de la performance en el arte contemporáneo. Los primeros cuerpos de las performances son los de las mujeres haciendo sus piezas reivindicando el pensamiento feminista. En el 69 está Stonewall, que es una revuelta de género, se producen las descolonizaciones de los países del sur de lo que antes eran los imperios europeos con toda la multiplicación de etnicidades que todavía dura en la sociedad. Y por último está la revuelta de clase que es mayo del 68 y sus ecos internacionales. Es decir, estos aspectos que llamamos interseccionalidad, etnicidad, género y clase social son centrales para el ADN del arte contemporáneo. No es que sean temas que ahora importen y hayan entrado en la agenda. Si miramos la historia del arte, están ahí desde el principio. Yo creo que este tipo de políticas, no partidistas, sino en general, de convivencia social, están entreveradas en la producción artística desde siempre. Las Meninas es un cuadro político. Es imposible separar una cosa de la otra, y lo importante es cómo contextualizamos y cómo, respecto a lo que decías de exposiciones más documentales o más difíciles para el gran público, me parece muy importante entender toda la herramienta de educación y pedagógica que puede generar un museo. A mí me gusta mucho una frase de un artista, Dora García, que dice, “el arte es para todos, pero solo una elite lo sabe”. Y esto es fundamental. El museo público tiene que generar situaciones de acceso donde la gente pueda acceder a todos estos materiales y pueda vincularse al ocio intelectual.

"La etnicidad, género y clase social son centrales para el ADN del arte contemporáneo, pero no de ahora sino desde siempre"

P. El Guernica es una pieza fundamental del museo, pero ¿el eje va a girar hacia otras piezas?

R. Es fundamental entender la importancia del Guernica con ese gran público que viene solo a ver el Guernica. Y hay que asumirlo y efectivamente es un corazón del museo maravilloso y, hablando de política, con toda esa potencia que tiene como herramienta social. Ahora, que eso sea un centro que permita muchas maquinarias, como ha pasado en los últimos años, me parece fundamental, pero que también se puede contaminar con otras narrativas, pues también es importantísimo. Con respecto a la parte más cercana al presente, faltan muchos más ecos en la colección que permitan generar otro tipo de discursos. La exposición de Vasos Comunicantes ocupaba parte de las salas temporales, y ahora mismo el relato más vinculado al presente en las últimas décadas ya ha desaparecido. Me parece muy importante generar con la colección un relato que ya no prescinda del presente nunca más, que no volvamos a las décadas anteriores donde de repente en el año 75 se acababa la colección. Es importantísimo que todo llegue al presente en un relato coherente y de consenso.

P. ¿Van a implementarse actividades para niños? También se ha achacado su falta…

R. Esas cosas son las que ves cuando estás en las salas del museo y dentro. A mí me hace falta muchísimo, y mi horario laboral y estar en Móstoles no me han permitido tanto estar durante el día que es cuando ocurren las actividades educativas en el horario escolar de verdad. Y creo que es muy importante analizarlo desde dentro y ver cómo ocurren estas cosas. Para mí, igual que hacíamos en Móstoles, generar programas con la familia, programas para adolescentes que atraviesen todas las franjas de los públicos del museo, incluso la gente mayor, me parece fundamental tengan su sitio y que coparticipen de la propia generación de las actividades del museo. Eso es lo que yo entiendo como museo situado.

placeholder Manuel Segade junto a la presidenta del Real Patronato del Museo Reina Sofía, Ángeles González-Sinde. (EFE)
Manuel Segade junto a la presidenta del Real Patronato del Museo Reina Sofía, Ángeles González-Sinde. (EFE)

P. Viene del CA2M de Móstoles y toma las riendas del mayor museo de arte contemporáneo de España. ¿Vértigo?

R. No, no, sobre todo tengo entusiasmo y muchas ganas. No me da vértigo. Somos capaces de trabajar en muchas escalas y los desafíos de cada institución son totalmente contextuales y distintos, pero al final las dinámicas no dejan de ser las mismas. Y efectivamente me enfrento a algo con una escala muchísimo mayor, pero tengo muchísimas ganas y entusiasmo por agarrar el toro.

P. ¿Y cuándo vamos a empezar a notar su mano?

R. Pues ni sé cuándo me incorporo todavía, con lo cual no te puedo contestar a esto con certeza.

El lunes se supo por fin que Manuel Segade (A Coruña, 1977) sería el sustituto de Manuel Borja-Villel al frente del Museo Reina Sofía, la mayor pinacoteca de arte contemporáneo de España. El gallego daba el salto desde el Museo CA2M Centro 2 de Mayo, en Móstoles y perteneciente a la Comunidad de Madrid, a uno de los grandes museos nacionales españoles. Su proyecto había resultado ganador entre una terna de nueve candidatos.

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