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Britney Spears se venga de los hombres de su vida, desde Justin Timberlake a su padre
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La diva-pop de los 2000 dice basta

Britney Spears se venga de los hombres de su vida, desde Justin Timberlake a su padre

Sus memorias, 'La mujer que soy', es uno de los libros de la cultura pop más esperados: saldrá publicado el 24 de octubre (26 en España) y servirá para saldar cuentas con los que la manipularon

Foto: Britney Spears en los Billboard Awards de 2016. (Reuters/Mario Anzuoni)
Britney Spears en los Billboard Awards de 2016. (Reuters/Mario Anzuoni)

Nos hemos acostumbrado a medir nuestra vida, y la de la de los famosos, por momentos virales. Desbloqueamos nuestros móviles, entramos en nuestra app de confianza y ahí están. Desde Rosalía masticando chicle al inicio de su gira MOTOMAMI, a "¡Andreita, cómete el pollo!", pasando por un coreano con gafas de sol saltando mientras que repetía, lo que nosotros creíamos entender como "¡Oppa Gangnam Style!", entre otros. Incluso antes de que la palabra viral tuviera algún tipo de sentido en nuestras vidas, internet se estaba preparando para enmarcar momentos para la historia. Para encontrar uno de los primeros nos tenemos que remontar al otoño de 2007, en un pequeño pueblo de Tennessee, cuando un joven adolescente, Chris Crocker, se metió bajo sus sabanas con una cámara, los ojos llorosos, y la impotencia que solo puede sentir un auténtico fan cuando están aporreando mediáticamente a su querida estrella del pop, y gritó "¡LEAVE-BRITNEY-ALOOOOOOONE!". Sus palabras resonaron en todas nuestras pantallas. Nos reímos, nos compadecimos y hasta lo parodiamos. Pero nadie le hizo caso.

Desde que Britney Spears apareció en 1993, en el programa Mickey Mouse Club, con tan solo 11 años, su público sintió que la vida de la estrella estadounidense le pertenece. Como si nos debiera algo. No se tuvo suficiente con que llenara los 2000 de hit tras hit. No, su vida privada, sus resbalones, sus sueños, sus llantos, eran de dominio público. Opinamos sobre el denim on denim con Justin Timberlake y su posterior ruptura. Opinamos cuando en 2003 la princesa del pop besó en los labios a la reina Madonna en los VAMs, lo sexy que era, y como lo dejó de ser cuando su relación con los paparazzi se torció, y después de ser madre, se rapó la cabeza y atacó a uno de ellos con un paraguas; cuando regresó en 2007 a cantar Gimme More en los VAMs y nos dimos cuenta de que el juguete roto favorito de la industria estaba completamente destrozado, pero nadie quería dejar de jugar.

placeholder El beso de Britney Spears y Madonna en los MTV Video Music Awards de 2003
El beso de Britney Spears y Madonna en los MTV Video Music Awards de 2003

Poco después, en 2008, su tutela pasó a su padre, perdiendo prácticamente todos los privilegios de una persona adulta funcional, pero aun así subiéndose a todos los escenarios a los que su familia, y equipo, la obligaban. Entonces, ahí no la podíamos dejar sola, ¡FREE BRITNEY! Un movimiento que empezó en el núcleo de su fan base, pero culminó con medio mundo movilizado, un documental y la recuperación de su propia custodia en 2021. Y ahora sí, siendo "libre" opinamos sobre si la boda que vimos por redes es real, si ha sido suplantada por un doble, o qué narices hace bailando con dos cuchillos carniceros, como si se tratara de una escena descartada de Scary Movie.

Pero mientras que nosotros teníamos palabras, sentencias, teorías conspiranoides, un discurso elaboradísimo y miles de videos en youTube, Tiktok, y hasta en la gran pantalla, hablando sobre su vida, la cantante, bailarina, compositora, modelo, actriz, diseñadora de modas, autora y empresaria Britney Jean Spears había permanecido en silencio -si no tenemos en cuenta sus caóticos y erráticos post de Instagram- hasta ahora. Pero este pasado verano, se anunció que el 24 de octubre de 2023 publicaría su autobiografía oficial, contando toda la verdad, y nada más que la verdad.

Woman in Me es uno de los libros de la cultura pop más esperados de los últimos años y un punto de inflexión en la vida de Britney Spears y como esta, por fin, podrá tener control sobre su propia narrativa. Saldrá a la venta este 24 de octubre en el mundo anglosajón. En España saldrá el 26 con el título 'La mujer que soy' en el sello Plaza & Janés (el mismo que el de las memorias del príncipe Harry). Coge el título de uno de los versos de su canción de 2001 I'm Not a Girl, Not Yet a Woman, popularizada en la película, que ella misma interpretaba, Crossroads. Una road movie en la que una joven Britney intenta dejar atrás esa niña a la que todo el mundo dice que hacer y encontrar esa mujer fuerte e independiente que hay en ella. Y por fin, puede decir que la ha encontrado. Gracias a un marketing impecable y unas filtraciones medidas al milímetro, algún que otro personaje público ya está temblando, mientras que a sus millones de fans se les hace la boca agua para saber qué pasó de verdad.

En primer lugar, y como era de esperar, la cantante de Toxic hablará de sus 13 años de conservatorship (la tutela de su padre siendo ya adulta) de la que ya sabemos que ha dicho que se sentía sin poder alguno en su vida y muchas veces se veía a sí misma como un niño robot sin voluntad alguna. Por otro lado, se ha desvelado que la canción Everytime (2003), una preciosa balada que todo el mundo creía que iba dedicada a Justin Timberlake tras su ruptura, en realidad estaría hablándole al bebé que nunca llegaron a tener porque Timberlake supuestamente la obligó a abortar. Una suposición bastante creíble, ya que el cantante americano se mostró bastante reacio al estreno Framing Britney Spears (2021), puesto que se interpreta que podía ser que no quisiera que esta verdad saliera a la luz, sobre todo sabiendo que está preparando su regreso con la boy band que lo catapultó al estrellato, NSYNC.

placeholder Britney Spears y Justin Timberlake en un partido de la NBA en 2002. (Reuters/Tim Shaffer)
Britney Spears y Justin Timberlake en un partido de la NBA en 2002. (Reuters/Tim Shaffer)

También encontraremos su respuesta a toda la manipulación y acoso por parte de los paparazzi, y la prensa en general. Comparte declaraciones como "He sido observada de arriba abajo, he tenido a gente diciendo que pensaban de mi cuerpo desde que era una adolescente. Raparme la cabeza y comportarme así fue una manera de defenderme y hacerles retroceder". También cuenta cosas que, hasta el momento, no se habían ni entrevisto, como que su manera de trazar lazos con su madre era a través de la bebida, concretamente a través de los daiquiris. Afirmando también que empezó a beber a los 13 años con tal de encontrar ese punto de conexión. Pero recordando una de sus introducciones a Every Time a piano, en una actuación en Miami, posterior a su ruptura con Timberlake, "Mi vida ha sido últimamente una montaña rusa. Ha habido muchas subidas y bajadas, pero al final, es todo eso lo que nos hace ser quienes somos", la artista también se toma un momento para agradecer a todos aquellos fans que la defendieron "cuando ni yo misma podía mantenerme en pie".

Está claro que la publicación de Woman In Me será un punto de inflexión en esta historia que tantas veces parece una versión macabra de una película Disney sin final, pero también en la historia del pop y en como tratamos y percibimos a las mujeres que la conforman. En su poder está mostrar todas las piezas de este complejo puzzle que construyen, no solo a la superestrella que es Britney Spears, sino también a la persona que se encuentra detrás.

Nos hemos acostumbrado a medir nuestra vida, y la de la de los famosos, por momentos virales. Desbloqueamos nuestros móviles, entramos en nuestra app de confianza y ahí están. Desde Rosalía masticando chicle al inicio de su gira MOTOMAMI, a "¡Andreita, cómete el pollo!", pasando por un coreano con gafas de sol saltando mientras que repetía, lo que nosotros creíamos entender como "¡Oppa Gangnam Style!", entre otros. Incluso antes de que la palabra viral tuviera algún tipo de sentido en nuestras vidas, internet se estaba preparando para enmarcar momentos para la historia. Para encontrar uno de los primeros nos tenemos que remontar al otoño de 2007, en un pequeño pueblo de Tennessee, cuando un joven adolescente, Chris Crocker, se metió bajo sus sabanas con una cámara, los ojos llorosos, y la impotencia que solo puede sentir un auténtico fan cuando están aporreando mediáticamente a su querida estrella del pop, y gritó "¡LEAVE-BRITNEY-ALOOOOOOONE!". Sus palabras resonaron en todas nuestras pantallas. Nos reímos, nos compadecimos y hasta lo parodiamos. Pero nadie le hizo caso.

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