Es noticia
Ion de Sosa, el rey del underground: "Hay que subir el nivel si queremos llevar a la gente al cine"
  1. Cultura
71 EDICIÓN DEL FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

Ion de Sosa, el rey del underground: "Hay que subir el nivel si queremos llevar a la gente al cine"

El director donostiarra ha presentado en la sección Zabaltegi del Festival de Cine de San Sebastián 'Mamántula', un slasher alienígena, poético y cárnico que no deja indiferente a nadie

Foto: Ion de Sosa en la presentación de 'Mamántula' en San Sebastián. (SIFF/Iñaki Luis)
Ion de Sosa en la presentación de 'Mamántula' en San Sebastián. (SIFF/Iñaki Luis)

Hace alrededor de diez años, Ion de Sosa trabajaba en una pizzería en Berlín. Este año ha vuelto a la capital alemana, pero esta vez como el director de Mamántula, una fantasía cósmico-erótica, un slasher marciano que se ha estrenado en el Festival de San Sebastián en la sección de Zabaltegi, la que acoge las propuestas más arriesgadas y vanguardistas del certamen. Arriesgada es la primera secuencia: dos hombres hacen cruising en un bosque. Otro observa. Uno de ellos le baja la bragueta al otro y comienza a felarle. Los gemidos de placer poco a poco se tornan en gritos de dolor. "Empezó a chuparle la polla y le chupó todo lo que tenía dentro, como si fuese una pajita", detalla el testigo. De la víctima tan solo queda un pellejo grumoso. Y será la primera de una serie de muertes que investigarán dos detectives (Marta Bassols y Lorena Iglesias) que pronto se dará cuenta de que el asesino al que se enfrentan no es humano.

"Mamántula tiene muchas capas y, sobre todo, de una belleza plástica que es para mí el mayor hito que ha conseguido la película", explica De Sosa a El Confidencial. "Hay referencias de Shivers (1975), de David Cronenberg, porque me parecía una película muy sencilla, que ocurre en un edificio, y que tiene un tono muy particular de thriller con humor. Me fijé mucho en Posesión, de Zulawski. Carmen Main, que ha hecho el diseño de producción, ha sido muy importante. Con ella hemos trabajado los cuerpos, inspirados en pinturas de Bacon y en texturas de Anish Kapoor que hace con cera, con colores fuertes. Hemos trabajado desde un punto de vista escultórico, no realista. Y eso le ha dado a la película una potencia muy interesante".

De Sosa vuelve a dirigir después de una década. Entre medias, ha sido el director de fotografía de Karen (2020), de María Pérez, Espíritu sagrado (2021), de Chema García Ibarra y El fantástico caso del Golem (2023), de los Burning Percebes, entre otras. Además de como director de foto, formó parte de la producción de El futuro (2013), de Luis López Carrasco, que más tarde ganó el Goya a mejor documental por El año del descubrimiento (2020). Junto a Velasco Broca, Julián Génisson y Lorena Iglesias, los dos últimos (integrantes del colectivo Canódromo Abandonado) forman parte de un ecosistema simbiótico del audiovisual underground español, que de festivales como Locarno o Cannes poco a poco ha ido encontrando su parroquia de fieles y su espacio en las salas comerciales.

"El de Mamántula ha sido un rodaje de equipo mínimo, muy familiar, de mucha gente que le gusta lo extraño, lo fuera de la norma, y que se ha ofrecido a participar. Con todo ese equipo de entusiastas nos hicimos Mamántula en un tour de force. Hemos vivido juntos en casa, como en un campamento, pero en Berlín", confiesa. "Sueñan los androides (2013) es una película que yo hice en Berlín durante tres años. Estrenamos en el Festival de Sevilla en 2014 y en Berlinale en 2015. Desde entonces he vivido un gran cambio, no solo en mi interior, sino en mi vida, por lo que he tardado mucho tiempo en volver a dirigir algo. Yo pensaba que después de Sueñan los androides me tocaba hacer una película más grande, que me diera a conocer. Pensaba que iba a dejar la precariedad, el cine underground. En el 2017 volví de Berlín a Barcelona buscando tener una solidez empresarial. Todo iba muy encaminado a rodar una película de más presupuesto, que era Bálearic. Pero en un momento en Berlín salen las ayudas, que ya me habían dado por Sueñan los androides, y decidimos presentarnos con Mamántula, que era un proyecto que había dejado olvidado en un cajón. Me alegro de haber esperado, de haber hecho la película con poco dinero, con una subvención a cortometraje del ICAA y una subvención al cine experimental de Alemania".

placeholder Un momento de 'Mamántula'.
Un momento de 'Mamántula'.

Mamántula también bebe mucho de la televisión de los noventa, de Expediente X, de Twin Peaks. "Y de series más caspa tipo Rex, un policía diferente. El formato cuadradito es de cuando la tele era más achatada, por ejemplo. Hemos querido pensar en series que nos gustan de verdad, de las que nos mantenían pegados a la pantalla a la hora de comer", analiza.

De Sosa estuvo muchos años trabajando en aquella pizzería de Berlín. "Hemos ido a comer a las pizzerías en las que solía currar. Volver ha sido sentir una conexión fuerte con la ciudad, una especie de pertenencia, y al equipo quería enseñarle cómo era mi vida anterior". De Sosa ha cumplido ahora 42 años, 10 de los cuales vivió en Alemania. "Cuando me he hecho persona ha sido allí. Hay recuerdos bonitos, pero también amargos, porque hubo un momento en el que la crisis española era tan grande que no te podías volver. Me gustaría volver a rodar cualquier cosa allí. Ya que íbamos a rodar en castellano, quería en Berlín crear una especie de arcadia paneuropea".

Una de sus referencias fotográficas para Mamántula ha sido Nan Goldin, protagonista del documental La belleza y el dolor, de Laura Poitras, ganadora del León de Oro de Venecia. "En la maleta de cámara llevábamos su libro Sexual Dependency, porque hay un tipo de cine que yo he practicado mucho, que ha sido el de plano frontal y estático o con angulaciones de cámara menos expresivas, y yo quería salir de ahí. A veces uno se autoimpone el estilo. Y vimos que en muchas de las fotografías de Nan Goldin tenían una iluminación como de flash. Y como éramos tan pocos de equipo y solo teníamos una luz, nos ayudó con el concepto de luz: mucho contraste, luz muy dirigida, como de flash, y la idea de esos personajes que han estado en exclusión social o que han recibido maltrato o que han sufrido abusos o han pasado una mala racha".

placeholder Otro momento de la película.
Otro momento de la película.

Para la dirección de fotografía, que normalmente suele hacer él, ha confiado en Jorge Castrillo. "Desde Karen, Jorge ha venido conmigo a muchos de mis proyectos, como ayudante, como foquista. Es una persona que ha dicho que sí a todo y que, cuando he tenido la oportunidad de dirigir, he querido contar con él. Me gusta rodearme de gente que aporta". "Al principio hay unos planos de macro en los que yo le pedí a Jorge que, de un pequeño trozo de jardín, pareciese una selva gigante. Había una cuestión de escala que nos preparase después para una araña a tamaño humano. Ese universo nos prepara para ver las cosas fuera de escala. Y utilizamos también planos muy cortos, muy cerrados, para enseñar nuestra propia monstruosidad. Depende del prisma con el que te miren, puedes ver los poros, los pelos, las venas de los ojos. Nuestra parte más orgánica y perecedera, llena de células que se desprenden, una parte nuestra que puede dar más asco", revela.

En esta ocasión también ha tenido la posibilidad de colaborar con artistas de otras disciplinas. "Cuando buscas una tarántula en Google vimos que eran adorables, con unos ojitos. El artista que ha diseñado ese mundo de las arañas es Stanley Sunday se ha inspirado en las tarántulas reales. Y es muy mono. Stanley Sunday es un artista digital, que ha hecho también cine en Super8 y en stop motion, y que es muy talentoso y me moría de ganas de trabajar con él. Tenía carta blanca. Y se imaginó este mundo cute y chicloso que me encantó. Normalmente en el cine un mundo arácnido sería algo tenebroso. En Mamántula es un sitio amable y que te gustaría visitar".

placeholder Ion de Sosa en San Sebastián. (SIFF/Jorge Fuembuena)
Ion de Sosa en San Sebastián. (SIFF/Jorge Fuembuena)

La música, una electrónica envolvente que acompaña a esa plástica hipnótica de la que habla el director, es de Severine Beata, alias de Marta Peláez. "Nunca había trabajado con nadie que hiciese una banda original para la película. A través de Tasio, uno de los productores, conocí a Marta. Quedamos en Bilbao, le puse los brutos y yo ya pensaba en ella como la músico. Nos entendimos muy bien. Me regaló dos vinilos y, cuando me puse uno de ellos, que es La era del trance, cuando sonó el primer tema, dije: si ya lo tiene. Hay fragmentos cogidos de ahí y otros que han evolucionado y han llegado a sitios. También ha colaborado otro artista, Soviet Gym, de Alicante; de sus álbumes hemos extraído el tema de la sauna y la discoteca. También nos echó una mano Velasco Broca, que es experto en rastrear librerías de música italiana de los setenta u ochenta".

De Sosa considera Mamántula su película más accesible. Y tiene razón. "Pienso que True Love y Sueñan los androides son películas más personales y hechas para mí. En Mamántula ha habido un cambio muy importante para mí, que es que quiero que llegue, que quiero conectar con el público, que se divierta. Quiero que a través de esa idea, ese lenguaje, el trabajo sonoro, quiero partir de la fórmula que ya existe y que se ha hecho más veces y quiero llegar. La reportera del final cuenta toda la película, porque quiero que se entienda". "Piensa en Sister Act 2: la cola daba la vuelta al cine. Tenemos que reconquistar al público. Podemos ser heterogéneos y labrar el camino de la conquista del cine. Tenemos que ponernos el listón más alto, no podemos ser autocomplacientes. Hay que subir el nivel si queremos llevar a la gente al cine". Como ejemplo pone As bestas, de Rodrigo Sorogoyen, Cinco lobitos, de Alauda Ruíz de Azúa, o Alcarrás, de Carla Simón.

Y a su vez reivindica la necesidad de romper los cánones. "Mi película dura 45 minutos. No quiero que sea el mercado el que nos imponga cosas. No hay que seguir la corriente porque sí. Me gusta mucho Simón del desierto, de Buñuel, Elephant de Alan Clarke y Lux Aeterna de Gaspar Noé. Las tres duran alrededor de 40 minutos. Nuestras historias pueden durar lo que nosotros queramos. Nunca vamos a ser más libres que en este momento y tenemos el compromiso de ejercer esa libertad. Siempre somos esclavos de alguien que hay por encima; hay que reivindicar la libertad de la creación".

Hace alrededor de diez años, Ion de Sosa trabajaba en una pizzería en Berlín. Este año ha vuelto a la capital alemana, pero esta vez como el director de Mamántula, una fantasía cósmico-erótica, un slasher marciano que se ha estrenado en el Festival de San Sebastián en la sección de Zabaltegi, la que acoge las propuestas más arriesgadas y vanguardistas del certamen. Arriesgada es la primera secuencia: dos hombres hacen cruising en un bosque. Otro observa. Uno de ellos le baja la bragueta al otro y comienza a felarle. Los gemidos de placer poco a poco se tornan en gritos de dolor. "Empezó a chuparle la polla y le chupó todo lo que tenía dentro, como si fuese una pajita", detalla el testigo. De la víctima tan solo queda un pellejo grumoso. Y será la primera de una serie de muertes que investigarán dos detectives (Marta Bassols y Lorena Iglesias) que pronto se dará cuenta de que el asesino al que se enfrentan no es humano.

Cine
El redactor recomienda