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Cómo construir edificios con sal, girasoles, algas, paja de arroz y que no se caigan
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Cómo construir edificios con sal, girasoles, algas, paja de arroz y que no se caigan

El Atelier Luma, parte del centro cultural Luma, en la localidad francesa de Arles, investiga nuevos usos para recursos naturales de la zona. Y ya los está aplicando en sus propias instalaciones

Foto: Interior del almacén eléctrico, sede del Atelier Luma en Arles, con las paredes de tierra apisionada y compactada. © Joseph Halligan
Interior del almacén eléctrico, sede del Atelier Luma en Arles, con las paredes de tierra apisionada y compactada. © Joseph Halligan

Los tiradores de las puertas son de sal, un antibacterias natural. Las losas de los suelos de los cuartos de baños están hechas de algas y tierra prensada. Los muros exteriores están revocados con residuos de demoliciones. Los paneles de aislamiento acústico están realizados con un subproducto de los girasoles. El aislamiento térmico se ha conseguido a base de paja de arroz comprimida. Los enchufes son de un bioplástico natural hecho a partir de restos vegetales. Y así, suma y sigue hasta cerca de una veintena de nuevos materiales.

Bienvenidos al Atelier Luma, el laboratorio de investigación y diseño del centro cultural Luma, en la localidad de Arles, en el sur de Francia. De aquí han salido todos esos nuevos materiales de construcción, baratos y sostenibles. Y justo aquí se han empleado todos ellos, en la remodelación de un viejo almacén eléctrico que ha sido reconvertido en sede del Atelier Luma.

placeholder Fachada del almacén eléctrico, sede del Atelier Luma, tras la remodelación a la que ha sido sometido. © Adrian Deweerdt
Fachada del almacén eléctrico, sede del Atelier Luma, tras la remodelación a la que ha sido sometido. © Adrian Deweerdt

Maja Hoffman, fundadora y presidenta de la Fundación Luma (además de heredera de los laboratorios farmacéuticos Roche), siempre lo tuvo claro. Cuando en 2004 esta coleccionista de arte y mecenas empezó a darle vueltas a la idea de inaugurar un gran complejo artístico y cultural en Arles, en la región francesa de Camarga, sabía que no quería que fuera un museo al uso, un simple contenedor de obras. Nacida en Suiza, Hoffman pasó buena parte de su infancia en Arles junto a su padre, el naturalista Luc Hoffmann, cofundador del Fondo Mundial para la Naturaleza (WFF), así que es una ecologista convencida. Quería que el centro de arte Luma, que abrió sus puertas en 2021 y que ocupa un área de 10 hectáreas, estuviera fuertemente conectado al territorio, tanto cultural como geográficamente, y que contribuyese a su desarrollo sostenible.

Maja Hoffman, fundadora y presidenta de la Fundación Luma (además de heredera de los laboratorios Roche), siempre lo tuvo claro

Con esa idea nació el Atelier Luma: con el objetivo de identificar los problemas que afectan a la región de Camarga y de tratar de buscarles solución a través de la revalorización del saber local y del uso de recursos de la zona infravalorados o ignorados. "Nosotros lo llamamos diseño bioregional", nos cuenta Jan Boelen, director artístico de Atelier Luma.

placeholder Uno de los talleres de yeso y arcilla del Atelier Luma. © Adrian Deweerdt
Uno de los talleres de yeso y arcilla del Atelier Luma. © Adrian Deweerdt

Los 30 investigadores del Atelier Luma -entre los que hay diseñadores, químicos, sociólogos, biólogos, economistas e ingenieros- se fijaron un radio de acción de 70 kilómetros a la redonda. A partir de ahí, empezaron a buscar recursos naturales existentes y a imaginar nuevos usos para ellos. Todo eso, en conexión con la gente de la región: artesanos, asociaciones, fábricas, granjeros…

Y empezaron a surgir cosas, muchas cosas. Por ejemplo: un proyecto para hacer zapatos con biomateriales naturales, con el mínimo de componentes, sin pegamento y reciclables. Otro para hacer muebles, alfombras y objetos del hogar con plantas invasivas de la zona secadas y compactadas. Y otro para crear nuevos materiales de construcción a partir de productos de la zona que nunca habían sido considerados para ese fin.

placeholder Miembros del Atelier Luma trabajan en las salinas de Giraud en un proyecto para crear paneles de sal critalizada para la construcción. © Adrian Deweerdt
Miembros del Atelier Luma trabajan en las salinas de Giraud en un proyecto para crear paneles de sal critalizada para la construcción. © Adrian Deweerdt

La región de Camarga es famosa, entre otras cosas, por su marisma salobre (la más grande de Europa), asi como por sus salinas y albuferas. La sal está muy presente en la zona, aunque su demanda por parte de las industrias químicas y agroalimentarias ha caído mucho, poniendo en peligro numerosos puestos de trabajo y todo el conocimiento acumulado a su alrededor. En el Atelier Luma empezaron a investigar con ella y encontraron el modo de obtener un nuevo material de construcción, listo en tan solo dos semanas y sin apenas consumo de energía, porque solo requiere agua salada, sol, viento y el conocimiento de los trabajadores de las marismas de Camarga

¿Cómo? Sumergieron cercos de metal en las marismas para que se formaran en ellos cristales de sal. Gracias a ese proceso, se obtienen paneles de cristal de sal de gran belleza estética (parecen de cuarzo) y con propiedades de aislamiento. En el interior de la torre del centro cultural Luma realizada por Frank Gehry se han instalado en total 4.200 de esos paneles, cada uno de ellos con unas dimensiones de 30 x 30 centímetros.

placeholder Los paneles de sal cristalizada, ya instalados en la torre de Frank Gehry del centro cultural Luma. IHV
Los paneles de sal cristalizada, ya instalados en la torre de Frank Gehry del centro cultural Luma. IHV

También los girasoles, cuyo cultivo genera una importante cantidad de subproductos, llamó la atención de los miembros del Atelier Luma, y enseguida se pusieron manos a la obra para encontrar el modo de transformarlos. Después de varios experimentos, detectaron que el tallo del girasol tenía propiedades de aislamiento acústico, así que lo utilizaron para crear los paneles de insonorización y los instalaron en el restaurante que se encuentra en la torre del centro Luma proyectada por Frank Gehry. Con una hectárea de girasoles se pueden fabricar hasta 42 paneles de insonorización.

Y no sólo eso. En el Atelier Luma también estudiaron los restos que quedan tras presionar las pipas de girasol para extraer de ellas el aceite y lograron crear a partir de ellas un biopolímero, una especie de cuero de origen vegetal.

placeholder Colocación del aislamiento a base de paja de arroz en el almacén eléctrico del centro cultural Luma. © Adrian Deweerdt
Colocación del aislamiento a base de paja de arroz en el almacén eléctrico del centro cultural Luma. © Adrian Deweerdt

Pero son muchos muchísimos más los proyectos en los que el Atelier Luma se ha embarcado, y en los que colaboran ingenieros, diseñadores, investigadores y técnicos. Han analizado el micelio, una estructura de los hongos similar a una raíz, para convertirla en hilo de uso textil, algo que también han hecho con las algas. Han estudiado la paja de arroz, un desecho procedente de la industria arrocera de la región, y han descubierto que tiene propiedades de aislamiento térmico. No paran de darle vueltas a materiales vegetales, a maderas, metales, algas y textiles en busca de nuevos usos para ellos.

El propio centro cultural Luma funciona como sala de pruebas para testar los nuevos usos de esos materiales. Un buen número de ellos, alrededor de una veintena, se han aplicado en la renovación del viejo almacén eléctrico realizada para acoger los talleres y laboratorios de Atelier Luma que han llevado a cabo Assamble Studio de Londres y BC Architects de Bruselas.

placeholder El laboratorio químico del Atelier Luma. IHV
El laboratorio químico del Atelier Luma. IHV

“El propio edificio se ha convertido así en un campo de pruebas, en un espacio de experimentación”, en palabras de Joe Halligan, de Assamble Studio.

Y, mientras tanto, en el Atelier Luma siguen investigando, buscando nuevos usos para materiales naturales de la región de Camarga.

Los tiradores de las puertas son de sal, un antibacterias natural. Las losas de los suelos de los cuartos de baños están hechas de algas y tierra prensada. Los muros exteriores están revocados con residuos de demoliciones. Los paneles de aislamiento acústico están realizados con un subproducto de los girasoles. El aislamiento térmico se ha conseguido a base de paja de arroz comprimida. Los enchufes son de un bioplástico natural hecho a partir de restos vegetales. Y así, suma y sigue hasta cerca de una veintena de nuevos materiales.

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