"Locura absoluta": el rodaje de la última película de Francis Ford Coppola se hunde en el caos

Marlon Brando estaba gordo cuando se presentó al rodaje de Apocalypse Now en Flipinas en plena ensalada de tiros entre el presidente Ferdinand Marcos y la guerrilla. Un tifón que paralizó el inicio del rodaje añadiendo gastos a una cuenta que pasó de los 12 millones de dólares a los 31. Doug Claybourne, veterano de Vietnam y asistente de producción estaba más interesado en preparar fiestas pantagruélicas que en el plan de rodaje. Y el director Francis Ford Coppola reescribía el guión a trompicones mientras su matrimonio de dos décadas años se iba al garete. Para completar un escenario diabólico, se sucedieron los motines de un equipo exhausto, hasta el punto de que Martin Sheen confesó que no sabía si sobreviviría a la película. Por no hablar de la leyenda acerca de los cadáveres reales utilizados durante aquellas infernales catorce semanas...

Más de 40 años después, el desastre acecha nuevamente a la que podría ser la última gran película de Coppola a sus 83 años. Según informa The Hollywood Reporter, el rodaje de Megalópolis, la cinta de ciencia ficción que el director habría llevado hasta el ecuador de su rodaje y en la que habría invertido gran parte de las decenas de millones de dólares que ganó vendiendo sus populares bodegas Northern en California —hasta llegar a un presupuesto total de 120 millones—, amenaza ruina. La película ha perdido en la última semana a su equipo creativo esencial, incluido el diseñador de producción y el director de arte, pero que ya a principios de diciembre dimitió el equipo de efectos visuales al completo y fuentes autorizadas dudan de que en las condiciones actuales pueda llegar el proyecto a buen puerto.

El director de El Padrino habría reunido un casting a la altura de su apuesta: Dustin Hoffman, Adam Driver, Nathalie Emmanuel, Forest Whitaker, Laurence Fishburne, Jon Voight, Talia Shire, Shia LaBeouf y Jason Schwartzman. ¿El argumento? Nueva York ha sido destruida —una vez más— y un arquitecto idealista se impone la tarea de reconstruirla a escala utópica. Para mostrar semejante empeño, Coppola comenzó el film con una tecnología muy avanzada —y cara— que ya pudo verse por ejemplo en The Mandalorian. Pero el desfase presupuestario le ha obligado ahora a un giro de 180 grados y echar mano del más asequible y verde croma.

Nueva York ha sido destruida y un arquitecto idealista se impone la tarea de reconstruirla a escala utópica

Coppola despidió a casi todo su equipo de efectos especiales el 9 de diciembre, y el resto de ese departamento lo siguió poco después. Mark Russell, un veterano que ya había participado en El lobo de Wall Street dirigía el equipo. Hay que recordar que el director ya despidió al completo a su equipo de efectos especiales cuando rodaba Drácula hace tres décadas. El representante de uno de los despedidos aseguró que el despido fue en realidad una bendición. "Estar en el set de rodaje fue una locura absoluta".

Confiemos en un final feliz para Megalópolis pero recordemos también las palabras del director alemán Werner Herzog como prevención ante la tentación de romantizar los rodajes apocalípticos: Apocalypse Now fue como estar en una guardería en comparación con lo que nosotros tuvimos que hacer en Aguirre, la cólera de Dios, de los obstáculos que tuvimos que superar. Al final, Coppola solucionó cada uno de sus problemas con dinero. El resultado de la película es todo lo que cuenta y es lo que todos deberíamos tener en cuenta. De eso va la cosa y de eso ha ido siempre. Siempre he tenido problemas enseñando a los periodistas de lo que tenían que estar escribiendo, que no es sobre cuánto tiempo tardó tal película en hacerse, cuanto dinero se gastaron, si me afeité el bigote o no. Todo eso es irrelevante".