Es noticia
El premio del millón de euros: encontrar a un ganador del Planeta cada vez es más difícil
  1. Cultura
Reportaje

El premio del millón de euros: encontrar a un ganador del Planeta cada vez es más difícil

Este sábado se celebra la 71.ª edición del galardón literario mejor dotado y más mediático de España. Aquí algunas claves sobre este premio y a dónde puede ir la tendencia

Foto: Antonio Mercero, Jorge Díaz y Agustín Martínez el año pasado tras desvelar la identidad de Carmen Mola en el Planeta. (EFE/Quique García)
Antonio Mercero, Jorge Díaz y Agustín Martínez el año pasado tras desvelar la identidad de Carmen Mola en el Planeta. (EFE/Quique García)

El año pasado, Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Santos Mercero desvelaron su identidad para ganar el premio Planeta y hacerse con el millón de euros de dotación, la cantidad más alta para un galardón literario en España y casi en el mundo. Con la novela 'La bestia', la súper bestseller Carmen Mola quedaba finalmente al descubierto. A los minutos saltaba el escándalo, sobre todo en las redes. Que si habían engañado porque la autora no era una mujer sino tres hombres, que si era un "robo" a Penguin Random House —Mola publicaba con Alfaguara, sello que pertenece a este grupo— y que ahora sí que se iban a pegar el gran batacazo… Meses después una cosa está clara: no pasó absolutamente nada. Los tres autores siguieron firmando como Mola —incluso para Alfaguara, donde han publicado el último de la saga de Elena Blanco, 'Las madres'—, las críticas tampoco fueron malas y, lo más importante para las empresas en las que publican: colocaron sus novelas entre las más vendidas. A sus lectores les dio igual si eran tres hombres o una mujer o dónde publicaba antes (o vuelve a publicar). Una vez más desde que las redes dominan la conversación periodística, polémicas de usar y tirar.

Este sábado, como todos los 15 de octubre, se volverá a fallar este galardón, ya que así lo decidió su fundador José Manuel Lara en honor al santo de su mujer, María Teresa Bosch. Y como sucede en los últimos años entre la propia industria editorial —también en el grupo rival— y entre los periodistas culturales, volverán las preguntas en los corrillos: ¿quién será el ganador o ganadora? ¿Será otro autor megavendedor? ¿Quién queda en la industria como autor que venda unos cuantos cientos de miles de ejemplares? ¿Ha alcanzado el premio Planeta un punto de no retorno y va a tener que optar por autores menos conocidos? ¿Le es rentable a Planeta pagar un millón de euros a un escritor?

placeholder Los ganadores y la finalista del año pasado del Planeta. (EFE)
Los ganadores y la finalista del año pasado del Planeta. (EFE)

Sobre la primera pregunta, a estas horas todavía no hay respuesta. La empresa guarda con bastante celo este nombre. Pero de los siguientes interrogantes sí se pueden dar unos cuantos apuntes a partir de datos recabados por este periódico, conversaciones bajo el sello de la confidencialidad y nombres que están a la vista de todos.

1. Caballo ganador

Esta será la 71ª edición del Planeta. Si se mira la lista de todos los premiados, la amalgama de nombres es total. Pero, por no irnos demasiado atrás en el tiempo, empecemos en los ochenta y noventa. Entonces se le dio el premio a autores que vendían, y que, además, llevaban consigo un marchamo de calidad más allá del galardón, como Terenci Moix ('No digas que fue un sueño', 1986), Antonio Gala ('El manuscrito carmesí', 1990); alguna apuesta como era entonces Antonio Muñoz Molina con 'El jinete polaco' en 1991 o Mario Vargas Llosa con 'Lituma en los Andes' en 1993.

Aunque ocurría también en los noventa, en la década siguiente, con el galardón perfectamente asentado —el regalo de las Navidades—, la empresa incluso premió a autores algo más desconocidos para el gran público, como el chileno Antonio Skármeta ('El baile de la Victoria', 2003) o el mexicano Jorge Zepeda Patterson ('Milena o el fémur más bello del mundo', 2014). Parecía que la etiqueta del Planeta, por si sola, era suficiente para colocarse entre los más vendidos, fuera un ganador más conocido o menos.

placeholder El periodista y escritor mexicano Jorge Zepeda Patterson, ganador del Premio Planeta con la novela 'Milena o el fémur más bello del mundo', y la periodista barcelonesa Pilar Eyre, finalista, en 2014. (EFE)
El periodista y escritor mexicano Jorge Zepeda Patterson, ganador del Premio Planeta con la novela 'Milena o el fémur más bello del mundo', y la periodista barcelonesa Pilar Eyre, finalista, en 2014. (EFE)

Pero 2015 fue el último año de los experimentos. Desde entonces, Planeta ha dado su máximo galardón a autores que ya llegan con el mejor puñado de lectores a sus espaldas que existe en estos momentos. Son el supermainstream (sin ser esto un apelativo peyorativo).

Es el caso de Dolores Redondo ('Todo esto te daré', 2016) que ya era una bestseller gracias a la trilogía del Baztán publicada desde 2013; Javier Sierra ('El fuego invisible', 2017), un autor que había vendido cientos de miles de ejemplares incluso en EEUU con 'La cena secreta'; Santiago Posteguillo ('Yo, Julia', 2018), el autor que más había vendido gracias a sus novelas sobre romanos; Javier Cercas ('Terra alta', 2019) otro bestseller muy reconocido; Eva Sáenz de Urturi ('Aquitania', 2020) con cientos de miles de lectores gracias a 'El silencio de la ciudad blanca'; y, finalmente, Carmen Mola, que ya fue el doble salto mortal al revelar su verdadera identidad en el que año en el que el premio pasó de los 600.001 euros al millón. En definitiva, no es que el libro del premio Planeta venda o no, sino que el autor/autora/autores ya han vendido antes cientos de miles de ejemplares. Como dicen fuentes de la industria, Planeta ya no construye premiados sino que va a caballo ganador.

Y la tendencia es que esto siga siendo así. Quienes llevan varias décadas en el negocio argumentan que nunca hay que perder de vista que este es un galardón en que lo que interesa, al fin y al cabo, es que el libro se adquiera. Esto no es solo potestad de esta empresa, pero también hay que destacar que lo hacen realmente bien. Son ya muchos años de experiencia. "Lo importante es incidir en los sentimientos, en las emociones de lectores que tienen un determinado perfil. Y este es un grupo muy estudiado por Planeta y otras editoriales que dan premios. Se busca crear un impulso de compra usando elementos de emoción", afirma una fuente de la industria. ¿Cuáles son estos elementos? Uno de ellos es, precisamente, que sea un autor muy vendido, muy reconocible para el público. Otro, que la novela describa algo que siempre ha estado prohibido como, por ejemplo, una que contara ahora mismo las fechorías del rey emérito (aunque cada vez esto esté menos prohibido). "Se trata de crear una masa de compra por impulso", añaden estas fuentes.

"Lo importante es incidir en las emociones de lectores que tienen un determinado perfil. Y este es un grupo muy estudiado por Planeta"

En la industria no se esconde que los números tampoco son ya los que eran hasta hace poco más de una década. Ahí están las cifras de la Federación de Gremio de Editores. Según el informe del Comercio Interior del Libro de 2021 —último dato referido—, el año pasado el sector facturó 2.576 millones de euros. Supone un 5,6% más que en el año pandémico de 2020, pero ya no se alcanzan los 3.200 millones que se facturaban antes de la crisis de 2008. Es una industria que se mantiene pero, como otras, ha vivido tiempos mejores. Por tanto, incluso una editorial como Planeta, también tiene que ir a por todos esos lectores que ya no van sistemáticamente a por libros sino a los que, de pronto, les llama la atención un producto.

2. Poder

Siguiente interrogante: ¿hay muchos autores en España que vengan ya con un buen puñado de lectores como los que se han premiado en las últimas ediciones? Pues no tantos. Al menos que queden aún sin premiar y que no haya sacado una novela recientemente. En este artículo podríamos citar a novelistas como Julia Navarro, Javier Castillo, Eloy Moreno, Juan Gómez-Jurado, María Orduña, Albert Espinosa o la ensayista Irene Vallejo, que se convirtió en una superbestseller con 'El infinito en un junco' hace unos pocos años. En algunos de estos casos supondría pescar en otros sellos editoriales, lo cual tampoco es óbice para Planeta puesto que ya lo hizo con Javier Cercas y Carmen Mola.

placeholder La escritora Irene Vallejo, Premio Nacional de Ensayo. (EFE)
La escritora Irene Vallejo, Premio Nacional de Ensayo. (EFE)

¿Ha alcanzado, por tanto, el premio un punto de no retorno? ¿Hay suficientes peces para tanto galardón? "Sí, tampoco son tantos y no todos están en Planeta, quizá llegue el momento en el que no lo tengan muy claro y se opte por otro tipo de autor", reflexionan algunos. Quizá estamos llegando a ese punto en el que ya no se pueda premiar a un megabestseller. Quizá haya que bajar un poco. Quizá no se pueda seguir creciendo tanto. En este sentido, los hay que tampoco entienden que se premie a alguien que de por sí ya vende bastante. ¿Qué se gana con ello? Posiblemente la razón no sea tan pecuniaria sino demostrar que Planeta sigue siendo la empresa editorial más potente de España y una de las más importantes del mundo.

Porque lo es.

3. ¿Un monopolio?

Último interrogante: ¿le es rentable a Planeta pagar un millón de euros a un escritor como anticipo? Aquí en la industria lo tiene todo el mundo claro: sí, y dos y tres millones y casi los que hagan falta. Aclaremos, para el común de los mortales, qué es un anticipo: el dinero que se le paga a un autor por anticipado en relación al número de ejemplares que se especula vender y los beneficios que se creen que se van a recoger. Es decir, si se da un millón es porque, como mínimo, se espera recuperar, igual que se da un anticipo de 1.500 euros. Otro dato a recordar: el autor suele recibir un 10% del precio de venta al público, aunque los porcentajes con el Planeta varían.

placeholder La escritora Dolores Redondo, la noche que ganó el Planeta en 2016. (EFE)
La escritora Dolores Redondo, la noche que ganó el Planeta en 2016. (EFE)

La cuestión es que hasta podría ser un premio deficitario. Se lo podrían dar a alguien que apenas vendiera ejemplares. Incluso aunque el sector no pase por sus mejores momentos. Aquí sí que no podemos saber cuántas han sido las ventas de un Planeta, ya que estos números son más difíciles de conocer que los secretos de Estado, pero sí sabemos que es la empresa editorial que más factura en nuestro país con gran diferencia con respecto a las demás. Según los datos que se manejan en Librired, la empresa que recoge las cifras de ventas de las librerías, excepto grandes superficies y Amazon, hasta el mes de octubre de este año, Planeta ha facturado más de 24 millones de euros y sin contar a sus sellos satélite como Tusquets, Espasa o Seix Barral. Le sigue Norma, especializada en cómics, con siete millones y medio. El primer sello del grupo rival, Penguin, es DeBolsillo con casi siete millones en facturación. Y estos datos, dicen fuentes editoriales, habría que multiplicarlos por dos o más si se incluyen los datos de Amazon y las grandes superficies.

¿Le es rentable a Planeta pagar un millón a un escritor como anticipo? En la industria lo tiene todo el mundo claro: sí, y dos y tres millones

De ahí que esta empresa siempre haya tenido el premio más gordo… incluso cuando le han intentado hacer la competencia. En 2001, Plaza & Janésahora en Penguin— y el ayuntamiento de Torrevieja pusieron en marcha el premio de novela Ciudad de Torrevieja. El premio era de 360.607 euros, siendo en ese momento el mejor dotado de España. A los pocos meses, Planeta duplicó el suyo y lo puso en 600.001 euros. La historia del Torrevieja no acabó muy bien. Duró lo que duró esa década, como tantas otras cosas: en 2011 se dio el último galardón con un consistorio acuciado por las deudas. Planeta, por su parte, siguió dando su premio y su dotación como si aquí no hubiera pasado nada.

Buenos conocedores de los intríngulis del negocio cuentan que en la propia Planeta se manejan dos variantes con el premio para los beneficios: uno de ellos son los directos, los que se consiguen con la venta; y el otro, todo el arrastre que se consigue para el año siguiente. Es decir, es un premio que se compra, que se regala… porque se conoce.

"Muchas veces se habla de que la industria editorial es un duopolio, con dos empresas grandes y luego todas las pequeñas, pero, en realidad, es un monopolio", resaltan fuentes de este sector. Es una empresa y un galardón que está por encima de todas las cosas. Pueden permitirse cualquier lujo. Incluso premiar a un gran libro.

El año pasado, Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Santos Mercero desvelaron su identidad para ganar el premio Planeta y hacerse con el millón de euros de dotación, la cantidad más alta para un galardón literario en España y casi en el mundo. Con la novela 'La bestia', la súper bestseller Carmen Mola quedaba finalmente al descubierto. A los minutos saltaba el escándalo, sobre todo en las redes. Que si habían engañado porque la autora no era una mujer sino tres hombres, que si era un "robo" a Penguin Random House —Mola publicaba con Alfaguara, sello que pertenece a este grupo— y que ahora sí que se iban a pegar el gran batacazo… Meses después una cosa está clara: no pasó absolutamente nada. Los tres autores siguieron firmando como Mola —incluso para Alfaguara, donde han publicado el último de la saga de Elena Blanco, 'Las madres'—, las críticas tampoco fueron malas y, lo más importante para las empresas en las que publican: colocaron sus novelas entre las más vendidas. A sus lectores les dio igual si eran tres hombres o una mujer o dónde publicaba antes (o vuelve a publicar). Una vez más desde que las redes dominan la conversación periodística, polémicas de usar y tirar.

Literatura Novela Novela histórica Novela negra
El redactor recomienda