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Tu perro te habla, ¿lo oyes? Nuevos e increíbles hallazgos sobre el lenguaje de los animales
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Tu perro te habla, ¿lo oyes? Nuevos e increíbles hallazgos sobre el lenguaje de los animales

Los animales escuchan, pero también hablan, como una serie de asombrosos descubrimientos recientes demuestran. ¿Y si prestáramos atención a lo que dicen?

Foto: ¿Qué dice tu perro? (Unplash/Matt Nelson)
¿Qué dice tu perro? (Unplash/Matt Nelson)

Cuando después de tres años su adiestrador se cansó, la border collie Chaser había aprendido los nombres de 1.022 juguetes pero John Pilley sospecha que era perfectamente capaz de memorizar muchos más. Su vocabulario era superior al de un niño de tres años. No sólo identificaba los objetos y los traía cuando se le pedían sino que era capaz también de agruparlos en categorías (pelotas, muñecas, etc). También lograba deducir con éxito, cuando escuchaba una nueva palabra, a qué objeto podría referirse. Pilley decidió entonces pasar a la gramática y comprobó que Chaser entendía oraciones gramáticas simples como "lleva la jirafa de juguete al leopardo". Que un perro entienda el lenguaje humano no es algo sorprendente, ambos han evolucionado juntos a lo largo de miles de años. Pero también escuchan, y hablan, otros animales, como una serie de asombrosos descubrimientos recientes demuestran. ¿Y si prestáramos atención a lo que dicen?

Foto: Los chicos de Hidden Valley Road. (La familia Galvin)

A la escritora y filósofa holandesa Eva Meijer (Hoorn, 1980), autora de 'Los límites de mi lenguaje. Meditaciones sobre la depresión' (Katz, 2021), le sorprendió mientras estudiaba la carrera la ausencia de los animales de la tradición filosófica. Los animales nunca merecieron un vistazo de los grandes pensadores porque no pensaban, no hacían política, no podían hablar. Meijer se sumergió entonces en los estudios científicos y comprobó que las tres premisas eran falsas. Cocinó toda la información que reunió con una pizca de filosofía, un talento excepcional para las anécdotas y una visión luminosa y optimista de nuestro lugar junto al resto del mundo animal y el resultado es un libro deslumbrante: 'Animales habladores. Conversaciones privadas entre seres vivos' (Taurus) que llega ahora a las librerías españolas traducido por Pablo Hermida.

placeholder 'Animales habladores', de Eva Meijer (Taurus)
'Animales habladores', de Eva Meijer (Taurus)

"Si tienes suerte, puedes encontrar un animal que quiera hablar contigo", afirma Meijer. "Si eres más afortunado todavía, conocerás a uno que dedique tiempo y esfuerzo a conocerte. Según mi experiencia, la mayoría de ellos está bastante dispuesta a charlar. También son generosos a la hora de contarte cosas. Con ciertos animales podemos establecer relaciones estrechas. Estas no solo pueden enseñarnos mucho acerca del animal en cuestión, sino también sobre el lenguaje y nosotros mismos. Otros animales tienen sus propias perspectivas sobre la vida y, si somos capaces de ver el mundo con sus ojos, este se nos antojará diferente. Muchas personas expanden sus horizontes y enriquecen sus experiencias viajando y conociendo otras culturas, pero son numerosas las culturas que esperan a ser descubiertas en cada esquina, desde las de las hormigas, las palomas y los gatos hasta las de las liebres y las vacas".

Conversaciones en el mundo viviente

Los perros aprenden los nombres de miles de palabras y expanden la gramática. Los loros no sólo repiten como loros, cada vez parece más claro que entienden el significado de las palabras que repiten y son incluso capaces de bromear con ellas. Los delfines en libertad se llaman entre ellos por su nombre. Los elefantes son capaces de articular palabras humanas. Ballenas, pulpos, abejas y muchas clases de aves observan su propia y distintiva gramática. ¿La comunicación entre los animales puede calificarse de 'lenguaje' o este sólo es propio de nuestra especie? ¿Podemos hablar con otros animales? ¿De qué manera? Y, por último, ¿qué es el lenguaje en realidad?

placeholder Eva Meijer (Youtube)
Eva Meijer (Youtube)

Para Aristóteles el lenguaje determinaba quién podía pertenecer a una comunidad política y los animales se quedaban fuera; también, por cierto, los 'bárbaros', palabra con la que los griegos imitaban un habla ininteligible. Descartes aseguraba que, como los animales no hablan, podemos deducir que tampoco piensan. El ilustrado Kant defendía que su incapacidad lingüística excluía a las bestias de cualquier consideración moral. Y Heidegger iba todavía más allá: si los animales no hablan, ni siquiera pueden morir, simplemente 'desaparecen'. Y así, como nuestra comprensión de los animales determina nuestra manera de tratarlos, dos milenios de civilización los convirtieron en poco menos que objetos.

Para que los lenguajes animales sean lenguaje, los demás animales no tienen que aprender nada nuevo; basta con verlos con otros ojos

Concluye Eva Meijer: "Para averiguar lo que otros animales quieren no basta meramente con estudiarlos. Debemos hablar con ellos. Para lograrlo debemos cuestionar la jerarquía entre los humanos y los demás animales, pero este cambio también puede obrarse mediante el lenguaje, cuando los humanos comencemos a ver a los animales de otro modo. Hablar con ellos requiere asimismo una nueva forma de pensar en el lenguaje. Otros animales nos muestran que este es más amplio y más rico de lo que pensábamos y que, además de las palabras humanas, existen otras muchas maneras de expresarnos significativamente. En lugar de juzgarlas inferiores, podemos usarlas para ampliar nuestro conocimiento sobre otros animales y su vida interior, y sobre las diferentes formas de generar significados. Para que los lenguajes animales sean lenguaje, los demás animales no tienen que aprender nada nuevo; basta con que los humanos comencemos a verlos con otros ojos".

Cuando después de tres años su adiestrador se cansó, la border collie Chaser había aprendido los nombres de 1.022 juguetes pero John Pilley sospecha que era perfectamente capaz de memorizar muchos más. Su vocabulario era superior al de un niño de tres años. No sólo identificaba los objetos y los traía cuando se le pedían sino que era capaz también de agruparlos en categorías (pelotas, muñecas, etc). También lograba deducir con éxito, cuando escuchaba una nueva palabra, a qué objeto podría referirse. Pilley decidió entonces pasar a la gramática y comprobó que Chaser entendía oraciones gramáticas simples como "lleva la jirafa de juguete al leopardo". Que un perro entienda el lenguaje humano no es algo sorprendente, ambos han evolucionado juntos a lo largo de miles de años. Pero también escuchan, y hablan, otros animales, como una serie de asombrosos descubrimientos recientes demuestran. ¿Y si prestáramos atención a lo que dicen?

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