Es noticia
Optimismo desbordado en la apertura de la Feria del Libro de Madrid: "Vamos a forrarnos"
  1. Cultura
81 edición

Optimismo desbordado en la apertura de la Feria del Libro de Madrid: "Vamos a forrarnos"

La cita que se inaugura hoy es la de la vuelta a lo de siempre, pero a lo grande. Sin restricción de aforos, con más de 5.000 firmas y con muchas ganas de buenas ventas

Foto: La reina Letizia visita una de las casetas de la Feria del Libro de Madrid en el parque del Retiro. (EFE Javier Lizón)
La reina Letizia visita una de las casetas de la Feria del Libro de Madrid en el parque del Retiro. (EFE Javier Lizón)

Siempre ocurre, pero este año con más fervor. El primer día de la Feria del Libro de Madrid es un enjambre de exaltaciones, buenos deseos y un voluntarista optimismo. Esta vez ha sido igual, pero con el doble de revoluciones. Es normal. Hace dos años que no hay una feria como-las-de-siempre. En 2020 se canceló por la pandemia (prácticamente en mayo acabábamos de salir del confinamiento) y la de 2021, celebrada en septiembre, fue, como todos decían esta mañana, “rara”: limitación de aforo, restricciones, mascarillas, colas, aquella isleta en medio que trajo más problemas que alegrías… La de 2022 vuelve a ser la de verdad: en mayo, sin taparnos las caras y con todo el que quiera paseando por las casetas. Hoy estuvo la reina Letizia inaugurando. Otra foto habitual con toda su parafernalia de seguridad. Y ya había transeúntes -colegios de niños, jubilados, estudiantes, gente que no tenía que trabajar o sin trabajo…- ávidos de libros. Jesús Egido, de la editorial Reino de Cordelia, resumía el sentir a la perfección: “Va a ser la feria de las ferias”.

placeholder Jesús Egido, editor de Reino de Cordelia
Jesús Egido, editor de Reino de Cordelia

Porque no era el único. Marina Sanmartín, escritora y librera de la Cervantes, se manifestaba contenta por recuperar “el espacio, la ilusión y la época” de esta feria. Mejor mayo-junio que septiembre. Precisamente, por allí había pasado la reina Letizia para llevarse el título de Manuel Astur, ‘San. El libro de los milagros’ (Acantilado), ‘La otra historia de Estados Unidos’, de Howard Zinn (Pepitas de Calabaza) y el de la propia Sanmartín ‘Las manos tan pequeñas’ (HarperCollins), que acaba de ganar el premio de mejor novela negra en el festival Valencia Negra. “Hay buenos libros en esta feria y hay interés”, recalcaba la librera.

"En las ferias de Buenos Aires y Bogotá de este año la afluencia ha subido un 50% con respecto al año anterior a la pandemia"

Algunas casetas más adelante, la ya mítica Lola Larumbe regentaba su Librería Alberti y manifestaba que va a ser “una feria buenísima”. La librera, que forma parte de la comisión de organización, destacaba la labor “de renovación” de la nueva directora Eva Orúe, y la cantidad de firmas que habrá este año. Más de 5.000. “Hay mucha alegría, el primer día casi no se vende, pero nosotros ya hemos empezado a vender”, señalaba. La secundaba el editor Enrique Redel, de Impedimenta, que casualmente se encontraba hablando con Larumbe. “Es algo que ya se notaba en otras ferias. En las de Buenos Aires y Bogotá de este año la afluencia ha subido un 50% con respecto al año anterior a la pandemia”. Solo echaban de menos la megafonía de las firmas, que este año no habrá por la contaminación acústica que suscitaba, según explicó la propia Orúe a este periódico. “Era un soniquete clásico y sí me da un poco de pena”, decía Larumbe.

El fantasma de la inflación

Pese a las buenas vibraciones, hay un fantasma que otea la feria y que todo el mundo tiene presente: la inflación. Sin embargo, el sector sostiene que este año todavía no se va a notar. “El encarecimiento del papel todavía no ha llegado al sector. Todos los libros que hay en la feria ya estaban hechos antes de que los precios subieran. Ha habido una subida del precio del papel en un 30%, pero esta no se va a notar hasta otoño”, comentaba Redel, que indicaba que ya se estaba pensando cómo se podía atajar una posible subida en el precio de los libros. “Se van a buscar todo tipo de trucos, desde controlar las tiradas a un papel más barato. Pero hay que insistir en que, a día de hoy, los libros mantienen sus precios”, insistía el editor. “Desde luego, el sector se tiene que poner de acuerdo en que los libros no se inflacionen”, decía a su vez Larumbe. “El problema es que son los gigantes tecnológicos los que ya están comprando todo el cartón… y no quiero decir nombres”, rebatía por su parte Redel. Las cajitas y los paquetitos.

Jubilada tras 44 ferias

Para otras personas esta será su última feria. A Pepa Arteaga ya le toca. Después de 44 ferias este año se jubila al frente de su librería Miragüano. Coge la jubilación con ganas, no se esconde. Ha visto pasar de todo, desde los primeros años de la democracia cuando había muchas menos casetas y estaban todas en un barrizal junto a la casa de fieras. No había pabellones y “había muchos menos lectores. Ahora tenemos muchos más títulos, viene más gente, hay una diversidad cultural que no se daba antes. Todas las campañas de fomento de la lectura han hecho que la gente lea más”, afirmaba sin contemplaciones. También piensa que hay buenas expectativas para este año. “La pandemia nos ha ayudado mucho en este sentido porque la lectura ha sido curativa. Espero una grandísima afluencia de público. Bendita locura”. Con todo su periplo en la feria hasta tiene un análisis del cambio climático: “Hace mucho más calor. Antes se notaba más la primavera. Ahora, o calor o chupa de agua”.

"En los ochenta había muchos menos lectores. Ahora tenemos muchos más títulos, viene más gente, hay una diversidad cultural mayor"

Más personas en la feria: Joan Tarrida, editor de Galaxia Gutenberg que estaba enfrente de su caseta donde firmaba Theodor Kallifatides, escritor sueco de origen griego por el que la reina Letizia también se interesó y que le regaló su libro ‘Timandra’, la historia de una prostituta, “una vendedora de placer” en la guerra del Peleponeso. “Será una de las mejores ferias. Hay muchas ganas y se ha podido organizar normalmente”, sostenía Tarrida.

placeholder La Feria del Libro de Madrid vuelve a la normalidad (Feria del Libro)
La Feria del Libro de Madrid vuelve a la normalidad (Feria del Libro)

Muy cerca, enfrente de un pequeño pabellón con editoriales portuguesas, estaba también la editora de Alfaguara, Pilar Reyes, que recordaba lo multitudinarias que ya habían sido las ferias celebradas estos meses anteriores en América Latina. “Este año ya todo empieza a fluir”, decía, aunque “la coyuntura económica es la que es. Va a encarecerse todo y el libro no es una excepción. Todavía estamos reflexionando sobre cómo lo vamos a hacer”.

Fervor, optimismo, más de 5.000 firmas preparadas, nuevos pabellones, una nueva dirección… Este año no hay megafonía, pero todo el mundo quiere que salga bien. “Vamos a forrarnos”, decía con una sonrisa pícara el editor Jesús Egido. El 12 de junio, los resultados.

Siempre ocurre, pero este año con más fervor. El primer día de la Feria del Libro de Madrid es un enjambre de exaltaciones, buenos deseos y un voluntarista optimismo. Esta vez ha sido igual, pero con el doble de revoluciones. Es normal. Hace dos años que no hay una feria como-las-de-siempre. En 2020 se canceló por la pandemia (prácticamente en mayo acabábamos de salir del confinamiento) y la de 2021, celebrada en septiembre, fue, como todos decían esta mañana, “rara”: limitación de aforo, restricciones, mascarillas, colas, aquella isleta en medio que trajo más problemas que alegrías… La de 2022 vuelve a ser la de verdad: en mayo, sin taparnos las caras y con todo el que quiera paseando por las casetas. Hoy estuvo la reina Letizia inaugurando. Otra foto habitual con toda su parafernalia de seguridad. Y ya había transeúntes -colegios de niños, jubilados, estudiantes, gente que no tenía que trabajar o sin trabajo…- ávidos de libros. Jesús Egido, de la editorial Reino de Cordelia, resumía el sentir a la perfección: “Va a ser la feria de las ferias”.

Literatura Novela Novela negra Novela histórica