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Alejandro Albán, escritor trans: "Mirando los genitales se sexa a los pollos, no a las personas"
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Entrevista a Alejandro Albán

Alejandro Albán, escritor trans: "Mirando los genitales se sexa a los pollos, no a las personas"

La historia que cuenta este granadino de 34 años en su novela es la de un joven que va tomando conciencia de su propia identidad mientras trata de entender quién es y de aceptarse a sí mismo

Foto: Alejandro Albán durante una entrevista con EC. (Alejandro Martínez Vélez)
Alejandro Albán durante una entrevista con EC. (Alejandro Martínez Vélez)

Alejandro Albán no ha escrito un ensayo ni una autobiografía. ‘Solo los valientes' (Círculo de Tiza, 2022) es una novela. Una novela autobiográfica en la que el protagonista es un hombre trans de un pueblo de Granada que se hace médico y novelista. El libro empieza con su partida de nacimiento. El 7 de abril de 2014, cuando consigue por fin que esta refleje que se llama Alejandro y es un hombre. Dice que ese es el día que volvió a nacer, el más importante, no el día que hace nueve años empezó con la testosterona ni el día de su operación.

La historia que cuenta este granadino de 34 años en su novela es la de un joven que va tomando conciencia de su propia identidad. Mientras trata de entender quién es y de aceptarse a sí mismo, se oculta ante los demás. Al escucharle decir con pudor, mientras se toma un descafeinado con leche, que desde que ha salido el libro sus amigos del trabajo ahora le dicen con orgullo que es famoso parece un epílogo de la novela. Cuando sacó su plaza en el hospital no quería ni que alumnos ni profesores que ya le veían como un hombre se enterasen de que es trans. La propia existencia de la novela es en sí un 'spoiler'.

placeholder Carátula del libro 'Solo los valientes' de Alejandro Albán.
Carátula del libro 'Solo los valientes' de Alejandro Albán.

"No soy una de esas personas que disfrutan de los focos. Soy menos narcisista de lo que pensaba". La ventaja de ser psiquiatra, además de escritor, es que este doctor en Medicina Clínica y Salud Pública puede darse un diagnóstico: "Supongo que un escritor tiene algo más de exhibicionista que de narcisista, algo más de preocuparse de quién mira más que de cuánta más gente mejor. Hay algo histriónico en querer esa mirada del otro". Albán, sin embargo, explica entre risas que él no se autoanaliza, "para eso pago a mi psicoanalista".

No le contó a su familia mientras estaba escribiendo la novela autobiográfica porque sabía que le iba a cohibir, ya que en la novela cuenta muchas intimidades. "No les avisé hasta que supe que la novela se publicaba". Dice Albán que temía sobre todo la reacción de su padre cuando se enterase de que había escrito una novela tan íntima. "Yo creía que se lo iba a tomar mal, pero no fue así, ahora me apoya, lee mis entrevistas…" Aún así, fantasea, medio en serio medio en broma, con que ojalá hubiera una versión censurada del libro, "una sin drogas ni sexo, de cuatro ejemplares, para mi abuela, mis padres y mi jefe". 'Solo los valientes' es su primera novela, pero ya tiene otra terminada pendiente de publicarse y una tercera en preparación. Las siguientes no tienen nada que ver con lo trans.

PREGUNTA. ¿Por qué elige escribir una novela sobre lo trans?

RESPUESTA. Ahora que estoy haciendo entrevistas preferiría haberla escrito sobre otra cosa. Es distinto escribir que hablar sobre ello. Si escribo es precisamente para transmitir todo eso que a veces no somos capaces de decir. No he tenido pudor en escribir ciertas cosas porque lo estaba transformando en literatura, pero cuando me preguntan sobre cosas de mi pasado, me doy cuenta de que escribí este libro precisamente para no tener que hablar sobre ello. Me cuesta hablar de estos temas. A lo mejor la gente cree que si estoy dispuesto a escribir una novela sobre mi vida no me da pudor, pero sí me lo da. La novela es un armario ropero donde todo esto que he sacado se va a quedar ahí ordenado para poder olvidarme de ello, pero todavía no me puedo olvidar porque revivo cosas del libro en las entrevistas.

"La gente no entiende el gran sufrimiento que es que te obliguen a aceptar una identidad sexual que no es la tuya"

P. ¿Cree que este libro puede ayudar a personas que todavía no tienen clara su identidad a encontrarse a sí mismas?

R. Si es así me alegro de que ocurra, pero no lo hice con esa intención. Es un error común que me dice la gente. No voy a ser tan hipócrita de echarme flores diciendo que hago esto por los demás. ¡Yo qué voy a hacer esto por los demás! Y no es un ensayo sobre lo trans ni una guía sobre la transexualidad, es una novela autobiográfica. Por supuesto que lo trans es el eje que vertebra la narración, pero es solo lo particular desde lo que ir a lo universal. E igual que no hace falta que te interese el duelo para disfrutar de ‘El año del pensamiento mágico’ [de Joan Didion] no hace falta que te interese lo trans para leer esta novela.

P. El libro empieza narrando el día que consigue la nueva partida de nacimiento y lo importante que es para usted empezar a trabajar en el hospital y que legalmente aparezca su nuevo nombre. ¿Por qué es tan importante ese reconocimiento oficial?

R. La gente no entiende el gran sufrimiento que es que te obliguen a aceptar una identidad sexual que no es la tuya. Mi primer premio literario me lo dieron en 2012, cuando estaba a punto de cumplir 24 años. Estaba contento, pero veía el libro que acaban de editar y yo veía el libro en la portada y sabía que no era el mío. Era mi viejo nombre que yo ya no sentía como mío. Y lo único que podía pensar era que en mi primer libro el libro que aparecía en la portada no era el mío.

En ese momento acababa de empezar el tratamiento y aún no me sentía capaz de afrontar todo esto y revelarme como lo que realmente era.

placeholder Foto: Alejandro Martínez Vélez.
Foto: Alejandro Martínez Vélez.

P. La novela cuenta ese sufrimiento, esta tensión interna. ¿Cree que se frivoliza con la idea de que es fácil cambiar de sexo en los debates sobre la nueva Ley Trans?

R. No es fácil hacer el proceso. Pero partiendo de la base de que esta ley trata de hacer más fácil el proceso para las personas trans, no entiendo por qué iba a ser algo malo. Por qué facilitar un proceso a gente que está sufriendo y que ya de por sí es muy complicado va a ser algo malo. Otra cosa es que temas el fraude, pero usos fraudulentos de la ley siempre se pueden hacer con esta y con otras leyes.

P. ¿Y cómo ve las críticas que se hacen por el supuesto borrado de las mujeres pero no sobre el borrado de los hombres?

R. Los hombres trans somos una verdad incómoda, por eso no nos mencionan en ese discurso político. Creo que quizá pase por no entender al otro, por no ponerse en su piel, por anteponer las teorías a la experiencia.

"La novela no ha sido únicamente salir del armario trans, también había mucha gente de mi entorno que no sabía que soy gay"

P. Su novela es un relato intimista, no un alegato social ni de denuncia. ¿Pero se ha visto discriminado en tu entorno laboral o personal en algún momento ahora que todo tu entorno sabe que es trans?

R. La verdad es que no. Nunca me he sentido discriminado, pero no sé qué me deparará el futuro. En mi entorno laboral han sido muy comprensivos todos. Ningún problema.

P. ¿Los hombres trans sufren menos discriminación que las mujeres trans?

R. Los hombres trans lo tenemos más fácil que las mujeres trans, por el ‘passing’, que es como se llama a que tu identidad sexual pase desapercibida. Las mujeres trans, sobre todo de las primeras generaciones, antes de que fuera posible transicionar en la adolescencia, lo tenían más difícil. Y aún sufren mucha discriminacion laboral. Cuento en la novela que tengo el doble privilegio de parecer cis [no-trans] y hetero. La novela no ha sido únicamente salir del armario trans, también había mucha gente de mi entorno que no sabía que soy gay. Hay mucha discriminación que no aflora porque la gente no tiene por qué darse cuenta de que eres una persona trans si no lo comunicas al entorno. Y yo respeto las personas trans que prefieren no decirlo porque lo consideran parte de su intimidad. Es su decisión si quieren contarlo o no. Para mí fue una doble revelación. Primero, contarle a la gente que me conocía que no soy una mujer sino que soy un hombre y luego a la gente que voy conociendo después y, que me ve como un hombre, contarle cuál es mi pasado. Y tú no sabes si eso va a cambiar la forma en que te perciben los demás.

P. En el libro cuenta que empezó a hormonarse ya en la veintena. ¿Fue la suya una transición tardía?

R. En mi época era la media. Hace una década la media estaba en 25 años y yo tenía 24 cuando empecé. Ahora la edad ha disminuido.

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Foto: Alejandro Martínez Vélez.

P. ¿Ve beneficioso adelantar los tratamientos a la adolescencia? En su libro menciona el caso de la escritora Hilary Mantel, que cuenta en su biografía ‘Giving up the ghost’ cómo de niña quería ser un niño pero luego ese deseo se le pasó…

R. Es importante diferenciar que Hilary Mantel tenía esos pensamientos en la infancia y no en la pubertad. Normalmente no se hacen estos tratamientos antes de la adolescencia, si acaso se dan bloqueadores de la pubertad y se deja un poco de reposo antes de seguir. Hay mucha polémica ahora, pero ya hace muchos años que en España se puede transicionar en la adolescencia. La primera operación en España a un menor para la reafirmación de la identidad sexual, el mal llamado cambio de sexo, se produjo en 2010 y fue una chica de 16 años. La ley Trans no permite hacer algo que no se haya permitido antes. La autodeterminación de género, es decir, poder acceder a esto sin informes médicos, ya está recogido en 12 leyes autonómicas, la primera en el País Vasco en 2012. La polémica con la Ley Trans me parece fruto de un debate muy artificial y muy politizado.

P. ¿Qué le parece como psiquiatra que deje de ser necesario una evaluación psicológica para la autodeterminación de género?

R. Como médico lo primero que debo decir es que no estoy especializado en el tratamiento ni el acompañamiento de las personas trans. Estoy especializado en prevención del suicidio. Y respecto a esto hay muchos estudios. El último que he visto es uno de la Universidad de Harvard en el que entrevistaron a 22.500 personas trans y de ellas el 77% había querido recibir tratamientos hormonales alguna vez en su vida. Y de ese 77%, el 40% no había podido cumplir ese deseo. Comparando esos dos grupos, la idea de suicidio era mucho menor en aquellos que habían podido seguir un tratamiento. Y entre los que lo habían conseguido en la adolescencia tenían una aún menor. Esto no es una opinión. Esto son datos y hay muchos estudios en esa línea.

"Jamás le negaría un informe o una evaluación a una persona trans que me lo pida"

No se trata de forzar a nadie a adelantar ese proceso, se trata de que si un adolescente está seguro y cuenta con el apoyo de sus padres, pues no veo razón por la que no deba hacerse. Entiendo la reivindicación de que desaparezca el requerimiento del informe porque es coherente con la despatologización. No creo que la Ley Trans vaya a cambiar tanto las cosas. No va a permitir cosas que no se permitían hasta ahora, pero acelera el proceso. También se podía dar fraude si una persona en la consulta engaña al psiquiatra. Como psiquiatra jamás le negaría un informe o una evaluación a una persona trans que me lo pida, pero sé que las experiencias con el sistema sanitario no siempre son buenas.

P. En la novela cuenta que tuvo un psiquiatra que en consulta no paraba de dirigirse a usted como ‘bonita’.

R. Cuando una persona trans se encuentra con un psiquiatra gilipollas, que puede haberlo, pues tendría reiniciar el proceso hasta encontrar un psiquiatra que no sea gilipollas, que no es tan difícil. Pero en la práctica esto puede suponer meses de retraso que a edades delicadas son un problema. Hay personas trans que sufren mucho por no poder vivir con su identidad sexual, que dejan de ir al colegio, que les hacen bulling, intenciones de suicidio, etc… Entiendo que las familias quieran acelerar el proceso porque es ampliar el sufrimiento unos meses en los que se puede sufrir mucho.

P. ¿Esos meses pueden salvar vidas?

R. Exactamente.

P. En la novela empatiza con lo difícil que fue inicialmente para su padre entender su transición. Dice algo así como que 'bastante les había jodido la vida para encima quejarme' por cómo se lo tome. ¿Hace falta más comprensión con lo difícil que es para algunas generaciones entender estos cambios?

R. Una cosa es que la gente no entienda las cosas y se las tengas que explicar. Otra es no querer entenderlas. Yo se lo expliqué a mi abuela de 90 años y a lo mejor no lo entendió todo, pero se lo tomó bien. No hace falta el conocimiento para tener tolerancia. Cuando no hay conocimiento pero hay tolerancia se produce confusión, pero se explican las cosas y se sale adelante con una posición conciliadora. En eso hay que ser más comprensivo. Pero uno no tiene por qué ser comprensivo con el que no quiere entender, con la intolerancia ni mucho menos con el pensamiento fanático. Y cuando hablamos de discriminación o de agresión, ahí no hay tolerancia posible.

placeholder Foto: Alejandro Martínez Vélez.
Foto: Alejandro Martínez Vélez.

P. ¿Falta pedagogía?

R. Claro, por eso es importante tener más visibilidad. Estamos dando pasos importantes en este sentido. Empieza a haber personas trans en series de televisión que no tienen por qué ir sobre ese tema. Es un paso importante. En Euphoria, en Umbrella Academy…

P. Esa presencia a veces se critica como una cesión forzada a lo políticamente correcto. ¿O es que se está superando el tabú con lo trans en la ficción y es un reflejo más real de la sociedad?

R. Es un reflejo de la sociedad real. Las personas trans existimos. Y aunque fuera una cuota creo que es necesario cumplirla. Pero es que también hay que analizar el contexto. El personaje de Elliot Page en The Umbrella Academy saldrá del armario trans en la próxima temporada de la serie porque el propio actor ha hecho la transición y van a adaptarle el personaje. Estas cosas pasan y se van normalizando.

P. La novela pasa de puntillas sobre su infancia, que tradicionalmente es una etapa muy explotada en las novelas autobiográficas. Apenas hay alguna mención a lo mal que lo pasó cuando en primaria su madre le obligó a vestirse de Flor 2, pero usted quería ser Viento…

R. Mientras preparaba la novela, mi inspiración fueron escritores de novela autobiográfica más que autores LGTB. Y me sorprendía la memoria con la que Mary Karr, Hilary Mantel o Amelie Nothomb narran cada detalle de su infancia. Mary Karr no solo asegura que no se inventa nada sino que además está prohibido inventarse cosas en la novela autobiográfica. Al escribir yo estaba acomplejado con mi mala memoria. Así que lo utilicé de forma literaria planteando que quizá haya un motivo por el que mi infancia es tan difusa y mi vida después de la transición es mucho más nítida. No me parece que lleve solo 9 años tomando hormonas y los otros 24 haya sido tratada como mujer, porque mi memoria no es así. Mi memoria magnifica estos nueve años como si fueran mi vida y el resto es una nebulosa que he tenido que rescatar.

"La disociación es un mecanismo de defensa que tiene el inconsciente por el que puedes darte cuenta de algo y enseguida enterrarlo"

P. ¿Tan terrible fue vestirse de flor en la función del colegio…?

R. Es que me pusieron un traje verde con mallas y unos pétalos rosas alrededor de la cabeza que eran horribles. [Risas] Pero luego estaban la lluvia, el viento, las nubes con cartulinas que me parecían preciosas. Pero a mí no me dejaron porque las estaciones meteorológicas eran solo para chicos. No te creas que recuerdo mucho más de mi colegio.

P. ¿No recuerda el momento en que toma conciencia de que no quiere que la vean como una niña?

R. Eso no fue hasta los 20 años. Antes lo que tenía eran momentos fugaces de hiperconciencia. Un flash con cuatro años y otro con nueve años… Pero luego los volvía a sumergir. La disociación es un mecanismo de defensa que tiene el inconsciente por el que puedes darte cuenta de algo y enseguida enterrarlo. Pasa con muchas cosas, no solo con esto. Pasa con la orientación sexual, pasa con cosas sobre tus padres que no quieres entender, pasa con los abusos… La memoria es capaz de sepultar recuerdos durante años.

P. Sí recuerda cuando referirse a usted mismo en femenino empieza a doler, dice, "como una patada en el pecho". Y cuenta con humor cómo al principio se refugió simbólicamente en la fonética creando un híbrido ambiguo entre la ‘a’ y la ‘o’ al hablar, y decía a su familia algo así como ‘estoy cansadao’. Ahora hay mucho debate con el lenguaje inclusivo. ¿Cree que es importante para las personas trans un lenguaje sin marcadores de género?

R. Son debates distintos. Tratar a las personas trans con el lenguaje adecuado es otra cosa. Para referirse adecuadamente a las personas trans basta entender que una mujer trans es una mujer y un hombre trans un hombre y utilizar los pronombres masculinos y femeninos cuando corresponde. Eso no es lenguaje inclusivo, es el respeto mínimo.

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Foto: Alejandro Martínez Vélez.

P. ¿No hace falta retorcer el lenguaje?

R. No, no creo que haga falta retorcer el lenguaje para mostrar respeto a las personas trans. Es un debate muy encendido. Para mi novela prefiero el lenguaje literario. Incluso he hecho algo que me ha dolido mucho pero la he tenido que hacer que es quitarle la tilde al 'solo'. [Risas]

P. ¿Le ha dado más vueltas a la tilde de ‘solo’ que si a decir 'niñe'?

R. Pues sí. Lo siento mucho, porque yo respeto a quienes defienden ese lenguaje inclusivo, pero yo no me siento capaz de escribir ‘niñe’ ni de violentar el lenguaje. La editorial tiene su propio libro de estilo y hay unas normas, un corrector... .

P. ¿Crees que el uso de expresiones como ‘niñe’ aleja a parte de la sociedad de la comprensión de lo trans?

R. Si es que me separa a mí de la comprensión. No sé si en un futuro estará implantado, pero ahora mismo no. No es mi reivindicación. Entiendo y respeto que sea la de otras personas. No quiero hablar en contra de esto, pero no me siento capaz de expresarme literariamente de esa forma. ¡Bastante me ha costado quitarle la tilde a ‘solo’! No estaba de acuerdo con la RAE, pero lo acato como escritor. Y mi identidad como escritor supera mi identidad como activista. No soy un activista, porque sería desvirtuar la labor de los activistas que están a pie de calle. Me considero un escritor y me rindo a convenciones literarias.

"Pero no pasa solo con el tema del sexo o el género. Pasa con otras cosas importantes

P. ¿Está cansado de que le pregunten qué significa ser un hombre o ser mujer? No es una pregunta que se haga a menudo a las personas que no son trans.

R. Es eso que decía William James del concepto de la conciencia: todos sabemos lo que es hasta que nos piden que lo expliquemos. Yo me he sentido frustrado por no poder responder esa pregunta. Pero no pasa solo con el tema del sexo o el género. Pasa con otras cosas importantes. ¿Qué es la personalidad?

P. ¿Está más claro qué es lo que no define a un hombre?

R. Su orientación sexual, por ejemplo.

P. ¿Ni sus genitales?

R. Efectivamente. Los caracteres sexuales primarios no tienen un poder simbólico tan fuerte como pensamos por el simple hecho de que no se ven a simple vista. Los caracteres sexuales secundarios son más importantes desde el punto de vista simbólico. Son un significante más inmediato.

"El nivel socioeconómico y educativo también influye en el entorno. Yo soy médico y en mi entorno creo que hay mayor comprensión"

P. Por decirlo claramente, para saber si una persona es hombre o mujer no le andamos pidiendo que se desnude.

R. Claro, no le bajamos las bragas. Mirando los genitales es como se sexa a los pollos, pero no a las personas. No somos pollos.

P. ¿Lo ha tenido más fácil como trans por ser médico que si fuera albañil?

R. Claro. El nivel socioeconómico y educativo también influye en el entorno. Yo soy médico y en mi entorno creo que hay mayor comprensión. También puedes encontrar médicos que no lo entiendan, pero por lo general estoy con gente que ha recibido una educación y eso facilita las cosas. También es más fácil vivir en un medio urbano en vez de en un medio rural. He vivido en un pueblo a las afueras de Granada y en un pueblo de Almería. Pero el libro ya ha salido cuando estoy viviendo en el centro de Madrid y hay una apertura que ni siquiera hay en otras grandes ciudades. Aquí es más fácil alcanzar esa versión de mí mismo que busco, que es a lo que aspiramos todos.

Alejandro Albán no ha escrito un ensayo ni una autobiografía. ‘Solo los valientes' (Círculo de Tiza, 2022) es una novela. Una novela autobiográfica en la que el protagonista es un hombre trans de un pueblo de Granada que se hace médico y novelista. El libro empieza con su partida de nacimiento. El 7 de abril de 2014, cuando consigue por fin que esta refleje que se llama Alejandro y es un hombre. Dice que ese es el día que volvió a nacer, el más importante, no el día que hace nueve años empezó con la testosterona ni el día de su operación.

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