Los estudiantes de Harvard no son tan inteligentes como parece

La Universidad de Harvard, situada en la ciudad estadounidense de Cambridge (Massachusetts) es la institución educativa más antigua del país y una de las más prestigiosas del mundo, que aparece siempre en las primeras posiciones de los rankings.

Estudiar allí no es fácil ni barato, aunque pasar por sus aulas prácticamente garantiza un puesto en la élite empresarial o científica. Es por ello que cada año miles de estudiantes se enfrentan a un proceso de admisión siempre azaroso, pero cuya dificultad no siempre es la misma para todos los estudiantes.

Opinión

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De hecho, un estudio publicado recientemente ha revelado que solo el 57% de los admitidos lo fueron por sus méritos, es decir, por unas calificaciones sobresalientes o por demostrar unas extracurriculares impresionantes. El resto, un 43%, fueron admitidos por tener unos padres ricos, ser buenos atletas o ser hijos de antiguos alumnos, profesores y personal de la Universidad.

Procesos de admisión dudosos

Este hecho demuestra que la increíble competencia que existe en el proceso de admisión de Harvard no solo se basa en la solidez académica o en las excelentes calificaciones obtenidas en las pruebas, sino también en si sus padres o abuelos han donado dinero de manera significativa al campus universitario.

Esta dinámica está intrínsecamente arraigada y, además, racializada, ya que casi el 70% de los solicitantes que “heredan” una plaza en Harvard siguen siendo blancos. Sin embargo, y en contraposición, los estudiantes afroamericanos, asiáticoamericanos e hispanos que consiguen ser admitidos por tener progenitores con dinero representan solo el 16% de los estudiantes.

El estudio revela que prevalece el favoritismo de unos estudiantes sobre otros

Harvard ha sido una institución académica de élite donde durante muchas siglos solo tenían cabida las mentes más brillantes y privilegiadas del país. Presidentes del Gobierno como Franklin d. Roosevelt, John F. Kennedy o Barack Obama, actores como Natalie Portman y Matt Damon o empresarios como Bill Gates y Mark Zuckerberg son algunas de las personalidades que han pasado por sus aulas. Sin embargo, este estudio viene a demostrar que prevalece el favoritismo de unos estudiantes sobre otros y no precisamente por sus méritos académicos, según informa el periódico británico ‘The Gurdian’.