Pinta sin permiso una ermita protegida en Alcoy porque "la inspiración era más fuerte"

Un nuevo caso como el del Ecce Homo de Borja ha ocurrido en una ermita de Alcoy (Alicante). El Ayuntamiento de la citada localidad levantina está valorando si sanciona o no al pintor Jesús Cees por estampar su obra en la Ermita de San Cristóbal a pesar de no tener permiso para ello, ya que el templo es un Bien de Relevancia Local (BRL) y está protegido.

Durante cuatro meses, en 2020, Cees pintó las paredes y el techo del pequeño templo, situado en la zona del Preventorio en la Sierra de Mariola, con su peculiar estilo. Sin embargo, tuvo que parar su actividad a causa de una caída en la que se fracturó las muñecas.

Enterados de la situación, las autoridades municipales le prohibieron seguir pintado, pero, según él mismo ha reconocido en declaraciones al diario Las Provincias, no pudo resistirse a seguir con su obra ya que "la inspiración era demasiado fuerte".

Una obra inconclusa

De este modo, el artista restauró primero el retrato de San Cristóbal, que estaba bastante descolorido. Después, se animó a pintar otros murales al ver las paredes blancas. A pesar de la posible sanción, Cees tiene intenciones de finalizar su obra y ha pedido un andamio al Ayuntamiento de Alcoy, aunque cree que no se lo van a proporcionar.

Al estar catalogada como BRL, la ermita tiene protección amparada por la Ley de Patrimonio de la Comunidad Valenciana, razón por la que se estudia imponer la sanción punitiva. El uso de la ermita hace tiempo que no es religioso, sino que la frecuentan los senderistas que recorren esta serranía del interior de la provincia de Alicante. En el pasado, algunos particulares ya restauraron con sus propios medios la ermita, sin contar con la ayuda económica de la administración.

El artista alcoyano quiere acabar su obra y ha pedido un andamio al Ayuntamiento

La impronta de este pintor alcoyano ha transformado la estética interior de la ermita, de una sobriedad evidente con el blanco como color predominante. Ahora son los colores vivos del particular estilo de Cees los que predominan en el pequeño templo levantino. Las reacciones en redes sociales no han tardado en aparecer y alguno ya ha comentado: “A mí me provoca entre fascinación y ternura, y con las risas que llevo esta mañana a propósito del tema, más que pintor lo llamaría comediante”.