Es noticia
Sorrentino: "Maradona no llegó a Nápoles; Maradona se apareció como un Dios"
  1. Cultura
FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

Sorrentino: "Maradona no llegó a Nápoles; Maradona se apareció como un Dios"

El director napolitano presenta en San Sebastián una película que bebe de sus recuerdos de la infancia para contar la entrada en la adultez de un chico de 17 años

Foto: Paolo Sorrentino en el campo del Nápoles. (Netflix)
Paolo Sorrentino en el campo del Nápoles. (Netflix)

Como ya contó Asif Kapadia en su documental 'Diego Maradona', la llegada del argentino a Nápoles supuso una especie de advenimiento. Maradona no llegaba para salvar a un equipo de fútbol; llegaba para salvar a un pueblo despreciado por sus propios compatriotas italianos, para honrar a un pueblo que vio en él un mesías. En aquellos 80, el director Paolo Sorrentino era un chaval napolitano de apenas 17 años. Y en su última película, 'Fue la mano de Dios', que después de pasar por la Biennale ha llegado a la sección de Perlas de Festival de San Sebastián, utiliza la llegada de Maradona para vehicular su propia 'Bildungsroman' fílmica, su propia historia sobre el aprendizaje y crecimiento de un chico normal -quizás algo solitario- al que le tocó hacerse mayor de golpe. La película se estrenará en cines el 3 de diciembre y en la Netflix el 15. Y, por supuesto, vuelve a contar con Toni Servillo, su actor fetiche.

Con el característico humor Sorrentino -socarrón, grueso e hiperbólico-, 'Fue la mano de Dios' es una reconciliación del cineasta con su pasado. La crítica la ha comparado con el 'Amarcord' de Fellini, un símil que el napolitano no comparte. "Nunca se deben hacer comparaciones entre películas. Es algo muy simplista. En este caso en concreto no se puede hablar del ‘Amarcord’ de Sorrentino, porque mi película es una película muy realista, mientras que ‘Amarcord’ es una serie de hechos fantásticos", defiende. Después de haber dedicado sus últimas películas a retratar a la clase política italiana, al Vaticano, a la alta burguesía romana, Sorrentino ha querido volver a sus orígenes con una película visualmente más contenida en la que recrea sus relaciones familiares y la idiosincrasia napolitana. "No soy consciente de tener un estilo ‘sorrentiniano’, así que no me pesa. La cámara se puede poner en un sitio y de una determinada manera, tampoco se puede hacer gran cosa. Quizás me esté haciendo mayor y vago y no sienta la necesidad de hacer cosas extraordinarias".

"He querido hablar de mi vida en este momento porque llevo 35 años discutiendo conmigo mismo sobre mi vida", prosigue. "He decidido que era el momento de afrontar mi pasado. Además, las películas me ayudan. En el momento en el que acabo una película me olvido del tema después. Después de 35 años de dudas, ‘Fue la mano de Dios’ me ha permitido plasmarlo y olvidarme de él".

En 'Fue la mano de Dios', el director también escribe su propio poema al cine como escape de una realidad, muchas veces, mediocre. El cine y el fútbol como un espectáculo de masas que unía a las comunidades, ahora que ambos han perdido -en cierta manera- la hegemonía del entretenimiento. "Yo no creo que el cine y el fútbol estén perdiendo peso. Yo no pienso tanto que la vida sea mediocre, sino que es aburrida. Y el fútbol y el cine ayudan a escapar de este aburrimiento. No es casualidad que la duración de una película y de un partido de fútbol sean, normalmente, de unos 90 minutos, que es el tiempo perfecto para escapar de la realidad", puntualiza.

placeholder Un momento de 'Fue la mano de Dios'. (Netflix)
Un momento de 'Fue la mano de Dios'. (Netflix)

¿Qué significó para el Sorrentino adolescente la llegada de 'El Pelusa' a Nápoles? "Seguramente, si no hubiese existido Maradona no hubiese sido director. En mi casa no había libros ni se veían películas ni se iba al teatro. Mi primer contacto con el espectáculo elevado fue a través de Maradona. Para mí, como para muchos napolitanos, Maradona es una especie de divinidad. Tiene un poder semidivino. Maradona no llega a Nápoles, Maradona se aparece, se materializa en Nápoles. Cuando se presenta en el San Paulo surge de una gruta, como si fuera la de Belén, y se materializa en público".

Resulta curioso que su película más personal la haya producido Netflix y que, después de su estreno en salas, llegue a la plataforma, como lo hizo la 'Roma' de Cuarón. "No existen los cheques en blanco, ni siquiera en Netflix. Ni para mí ni para Cuarón. Ver la película de Cuarón, de alguna manera, fue lo que me empujó a hacer mi película. Cuando vi ‘Roma’ decidí que quería hacer una película más personal, más pequeña. Llamé a Cuarón para felicitarlo. Y gracias a Netflix he podido hacerla, pero no existen los cheques en blanco".

placeholder Filippo Scotti es Fabietto Schisa. (Netflix)
Filippo Scotti es Fabietto Schisa. (Netflix)

Sorrentino también ofrecerá una 'masterclass' durante el Festival de San Sebastián. En su película, Filippo Scotti interpreta a un joven lleno de inquietudes que aspira a viajar a Roma para convertirse en director de cine. También ocurren ese tipo de encuentros 'sorrentinianos', entre la realidad y la fábula, en la que el protagonista se encuentra con Antonio Capuano, un director napolitano muy popular en los ochenta. "El cine no se puede enseñar. No me creo capaz. No creo que simplemente tenga que tenerse una historia que contar, porque cualquiera podría escribir un libro o hacer una película. Lo importante es cómo contarla. Lo que puedo enseñar es cómo contar esas historias. Y enseñar a saber lo que vale la pena contar, porque muchas cosas no merece la pena contarlas. Cuando me encuentro con un dentista me dice que debería hacer una película sobre un dentista; cuando me encuentro con un fontanero, me dice que debería hacer la película de un fontanero. No puedo decirles la verdad, porque no hay nada que contar al menos como ellos se ven a sí mismos, porque todo el mundo piensa que es importante".

Como ya contó Asif Kapadia en su documental 'Diego Maradona', la llegada del argentino a Nápoles supuso una especie de advenimiento. Maradona no llegaba para salvar a un equipo de fútbol; llegaba para salvar a un pueblo despreciado por sus propios compatriotas italianos, para honrar a un pueblo que vio en él un mesías. En aquellos 80, el director Paolo Sorrentino era un chaval napolitano de apenas 17 años. Y en su última película, 'Fue la mano de Dios', que después de pasar por la Biennale ha llegado a la sección de Perlas de Festival de San Sebastián, utiliza la llegada de Maradona para vehicular su propia 'Bildungsroman' fílmica, su propia historia sobre el aprendizaje y crecimiento de un chico normal -quizás algo solitario- al que le tocó hacerse mayor de golpe. La película se estrenará en cines el 3 de diciembre y en la Netflix el 15. Y, por supuesto, vuelve a contar con Toni Servillo, su actor fetiche.

Películas
El redactor recomienda