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Inquietante Julia Ducournau: "Todos somos patéticos al quitarnos la ropa al final del día"
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FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

Inquietante Julia Ducournau: "Todos somos patéticos al quitarnos la ropa al final del día"

Con 'Titane' fue la primera mujer en 74 años en ganar en solitario la Palma de Oro de Cannes y ahora la lleva a Donosti

Foto: Julia Ducournau en el Festival de Cannes. (Getty)
Julia Ducournau en el Festival de Cannes. (Getty)

Hay una chica nueva en la ciudad. Es lista, es cruda y lo tiene todo para triunfar. El éxito se ve porque todos quieren tocarte y a Julia Ducournau la desmembrarían como en 'Mother' de Aronofsky solo por hacerse con un pedacito de ella. Tiene la mezcla justa de radicalidad y estética. Ha sabido leer el momento y ha dirigido y escrito una de las películas más inquietantes y envolventes sobre la identidad de género de los últimos tiempos, fuera del drama y del discurso, simplemente llevándose una historia de mujeres que parecen hombres, hombres que se comportan como mujeres y coches que embarazan a jóvenes al registro del 'thriller' y del terror. De padre dermatólogo y madre ginecóloga, a Ducournau le gusta pensar en el cuerpo, en los tejidos, en las viscosidades, en la elasticidad de la materia viva. Aunque quería ser escritora, estudió en la prestigiosa Fémis parisina y con su primer corto, 'Junior' (2011), ganó un premio de la Semana Internacional de la Crítica de Cannes. Allí conoció a Garance Marillier, la que fue protagonista de su primer largometraje 'Crudo' (2016) y que se ha convertido en una de las actrices francesas con más proyección.

Fue precisamente con 'Crudo', la historia de una joven vegetariana que prueba por primera vez la carne y que empieza sus estudios de Veterinaria, cuando Ducournau agitó la cartelera internacional. Una directora francesa acababa de rodar una película salvaje e inteligente, con un humor perverso y una sexualidad retorcida y, al tiempo, una historia accesible al gran público. Si la prueba de fuego era la segunda película, Ducournau la ha superado con creces: con 'Titane', una película más estética, envuelta y sofisticada, se ha convertido en la primera mujer en 74 años en ganar en solitario la Palma de Oro de Cannes, esta vez dirigiendo a un intocable como Vincent Lindon y a una desconocida Agathe Rousselle. Después de pasar por la sección Perlas del Festival de San Sebastián, 'Titane' se estrenará en España el 8 de octubre.

Ducournau habla a borbotones, pero entre sus palabras se entrevé una cabeza organizada y metódica, que sabe hilar un discurso sin fisuras, crear complicidad y fascinar a su interlocutor. A pesar de la violencia y la oscuridad que desprende 'Titane', Ducournau afirma que, en realidad, nos encontramos frente a una historia de amor. "Mi deseo era hacer una película sobre el amor, teniendo en cuenta que, para mí, es muy difícil hablar de amor. Normalmente, cuando pienso que no puedo hacer una cosa, tiendo a retarme y hacerla para demostrarme que estoy equivocada. Estaba en la posproducción de ‘Crudo’, que tiene que ver con el amor, pero que en realidad es una cuestión secundaria, y pensé que era gracioso no haber hecho del amor la cuestión central. Y pensé, ¿por qué? Y me contenté: “Porque no puedes hacerlo”. Es difícil ponerle palabras al amor porque nunca se llega a expresar del todo lo que se siente. Mi problema es que el objetivo de mi cine es hacerte sentir lo que sienten los personajes, no intelectualizar lo que sienten. No me gusta psicoanalizar a los personajes. Hacer que el sentimiento de amor sea palpable es muy muy difícil. Sabía que iba a ser una película sin muchas palabras, seguro, lo que hace que sea un desafío importante", explica.

La directora parisina quería partir de una historia casi mitológica para hablar de ese amor. "Claramente, en ‘Titane’ el amor eleva a los personajes", prosigue. "Ambos vienen de la nada y, cuando se encuentran, lo hacen a partir de dos mentiras. Entonces, ¿cómo iba a ocurrir algo bueno de este encuentro? Pero aparece esta sensación de que ambos van a emerger si yo les coloco juntos en la historia, en la película, en el espacio. Porque la película es muy claustrofóbica alrededor de ellos. Podrían haberse matado, pero yo no quería eso. Quería hablar de la verdad, del amor, porque el amor aceptado como un incondicional absoluto te atraviesa y representa que no quieres a la persona por sus cualidades, sino que amas a la persona porque es esa persona en ese momento, sin importar el sexo o la identidad de género. Es lo que te transmite la esencia de esa persona, que te complementa, probablemente".

placeholder Agathe Rousselle en una imagen de 'Titane', de Julia Ducournau. (Caramel)
Agathe Rousselle en una imagen de 'Titane', de Julia Ducournau. (Caramel)

Tanto en 'Crudo' como en 'Titane', el despertar sexual de ambas protagonistas, el coito en sí mismo, desemboca en un impulso violento y mortal. "Mis películas hablan siempre del impulso. La gente habla mucho del sexo en ‘Titane’, pero, aparte de la escena del coche, para mí no hay otro momento en el que el cuerpo de mis personajes esté sexualizado", explica. "Hablo sobre esto porque, para mí, es importante mostrar los cuerpos masculinos y femeninos en su trivialidad, sin ninguna forma de glamur ni intentando que sean atractivos sexualmente. Quería que fuesen tan patéticos como lo somos todos cuando al final del día nos quitamos la ropa y nos vemos y nunca nadie está contento con lo que ve. Y eso crea un nexo de unión entre nosotros, porque nunca nadie está totalmente contento con el cuerpo que nos ha tocado. Entiendo que la sexualidad es un tema que interese, a pesar de que en concreto solo aparece en una escena, porque la relación entre los protagonistas [Agathe Rousselle y Vincent Lindon] es ambigua: al principio es la de un padre y su hijo, luego la de un padre que sabe que ella no es un chico, pero que quiere seguir pensando que es su hijo y luego ella empieza a sentir una atracción sexual por él. Todo trata sobre la apariencia y la tensión que esta crea entre ellos".

Para la directora, 'Titane', a pesar del reguero de muerte y destrucción que deja tras de sí la protagonista, es su película más optimista. "El final, para mí, es la apertura hacia un nuevo mundo, una nueva humanidad más fuerte, más monstruosa, siendo esto positivo, en tanto en cuanto mata la heteronormatividad. Por eso creo que es increíblemente optimista. En cuestión de cuerpos, para mí, la mutación, la transformación, el cambio de las pieles —como hacen los reptiles— es siempre positiva. Es porque tengo una manera muy existencialista de pensar sobre las cosas. Creo que tienes que ser muchas cosas en la vida para llegar a ser una. Es bueno abrazar la propia multiplicidad. Es doloroso, sí, pero nadie dijo que la evolución sería algo sencillo".

placeholder Ducournau junto a la Palma de Oro que ha ganado en Cannes con 'Titane'.
Ducournau junto a la Palma de Oro que ha ganado en Cannes con 'Titane'.

Para su personaje protagonista, Alexia, la directora decidió abrir el 'casting' a ambos géneros, hasta que dio con Rousselle, una joven de 33 años sin experiencia previa en el cine. "Lo único que me importaba era que fuese una cara nueva, que no pudiésemos proyectar nada más que el personaje en ella, no ver el actor o la actriz que ya habías visto antes en otra película. Lo segundo fue que el aspecto debía ser superandrógino. El proceso para encontrar a Alexia fue muy largo, alrededor de seis meses hasta que dimos con Agathe. Agathe tiene un aspecto increíble. Tiene una cara muy camaleónica que, dependiendo de la luz y el ángulo, te puede dar tantas y tantas opciones. Es algo muy difícil de encontrar, para ser sinceros", reconoce. "Esta elección es más bien un juicio sobre la dirección, sobre haber sabido ver el potencial y saber conseguir sacar lo mejor de ellos. Agathe tenía potencial. Era la que más potencial tenía de todos. La hice volver a verme cinco veces antes de decidirme por ella. Fue muy largo, de verdad. Luego he estado un año entero trabajando con ella. Poniendo los retos físicos a un lado —tenía que aprender a bailar, a pelear y a un montón de cosas—, lo más complicado fue la interpretación: tuvimos que ensayar muchísimas escenas de muchísimas películas porque, aunque no tenía muchas frases en la película, tenía que evaluar lo que tenía dentro, lo que podía sacar, lo que podía dejarse llevar. Tú, yo, cualquiera, cuando te ponen una cámara frente a la cara tiendes a ser muy consciente de tu cuerpo, y eso es lo peor".

Durante casi un año, Ducournau ensayó religiosamente con Rousselle para conseguir moldear su interpretación y sacar lo mejor de su naturalidad y desprejuicio. "Para mí era muy importante la fisicidad. Elegí escenas de ‘Network’, de Sidney Lumet, que es una película que me encanta y que tiene un monólogo que pasa por todo el espectro emocional desde la sonrisa forzada por la convención social hasta la rabia total y la desesperación y la vulnerabilidad. También con el monólogo de Donna [Lara Flynn Boyle] en ‘Twin Peaks’, cuando habla con Laura en su tumba, para ver si Agathe me podía dar la emoción necesaria, si podía llorar. Asimismo, utilicé alguno de los monólogos de Villanelle en ‘Killing Eve’ porque el personaje era muy parecido al de Alexia".

placeholder Vincent Lindon en un momento de 'Titane'. (Caramel)
Vincent Lindon en un momento de 'Titane'. (Caramel)

Ducournau no siempre supo que quería hacer cine, pero la dirección era el fin natural de su necesidad de contar historias. "Llevo escribiendo desde que soy una niña; incluso me contaba mis propios cuentos para dormir", recuerda. "Después de crear mis propios cuentos de hadas, lo que era muy conveniente para cuando mis padres estaban cansados por la noche, seguí escribiendo muchos relatos cortos y muchos poemas. De adolescente ya me di cuenta de que la escritura no era el campo ideal para ganarse la vida, hice mis estudios académicos y luego escuché hablar de la escuela de cine La Fémis de París. Mis padres y yo somos muy cinéfilos, así que pensé que escribir guiones era exactamente lo que quería hacer, la mejor manera de contar historias. Me aceptaron, fui a la escuela y el primer año tuve la oportunidad de hacer mi primer corto de bajo presupuesto. Lo escribí todo: la luz, el vestuario, la escenografía… Todo. Y, en el momento en el que puse el pie en el set, que empecé a dar órdenes, me di cuenta de que, si no dirigiese, no podría contar una historia de manera completa. Y supe que quería ser una directora guionista".

En un año en el que el Oscar, la Palma de Oro y el León de Oro han recaído en directoras mujeres, Ducournau no quiere que el tema se centre en su condición de mujer directora ni que este triplete inédito se convierta en una anécdota o una moda. "Espero que se preste más atención a las mujeres directoras. Nunca confío en lo que hay en el presente, sino que miro más hacia el futuro. Tengo la sensación que va a haber un antes y un después en este año histórico [en el que ella ha ganado la Palma de Oro en Cannes, Chloe Zhao el Oscar y Audrey Diwan el León de Oro en Venecia], porque, si no fuese así, sería demasiado deprimente. De todas formas, creo que existe el riesgo de que la gente piense que es una moda, lo que sí sería terriblemente deprimente. Creo que llegaremos a ello cuando las mujeres directoras dejen de ser un tema de conversación. No somos las Spice Girls. Queremos hablar de temas grandes y profundos, más allá de que hemos sido tres mujeres ganadoras".

Hay una chica nueva en la ciudad. Es lista, es cruda y lo tiene todo para triunfar. El éxito se ve porque todos quieren tocarte y a Julia Ducournau la desmembrarían como en 'Mother' de Aronofsky solo por hacerse con un pedacito de ella. Tiene la mezcla justa de radicalidad y estética. Ha sabido leer el momento y ha dirigido y escrito una de las películas más inquietantes y envolventes sobre la identidad de género de los últimos tiempos, fuera del drama y del discurso, simplemente llevándose una historia de mujeres que parecen hombres, hombres que se comportan como mujeres y coches que embarazan a jóvenes al registro del 'thriller' y del terror. De padre dermatólogo y madre ginecóloga, a Ducournau le gusta pensar en el cuerpo, en los tejidos, en las viscosidades, en la elasticidad de la materia viva. Aunque quería ser escritora, estudió en la prestigiosa Fémis parisina y con su primer corto, 'Junior' (2011), ganó un premio de la Semana Internacional de la Crítica de Cannes. Allí conoció a Garance Marillier, la que fue protagonista de su primer largometraje 'Crudo' (2016) y que se ha convertido en una de las actrices francesas con más proyección.

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