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Enrique Urbizu: "En la historia de España también hubo mujeres bandoleras"
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ESTRENA 'LIBERTAD'

Enrique Urbizu: "En la historia de España también hubo mujeres bandoleras"

El director vasco estrena este 26 de marzo 'Libertad', una serie histórica de cinco capítulos ambientada a principios de siglo XIX y protagonizada por Bebe

Foto: Enrique Urbizu junto a Isak Férriz en el rodaje de 'Libertad'. (Movistar )
Enrique Urbizu junto a Isak Férriz en el rodaje de 'Libertad'. (Movistar )

Londres, 1809. Han pasado cuatro años desde la victoria de Nelson en Trafalgar y España se encuentra sumida en varias encrucijadas resueltas a cañonazos. Por un lado, los ingleses. Por el otro, los franceses, que pidiendo paso hacia Portugal, a la chita callando, acamparon en varias ciudades de la mitad norte de la península hasta echar a los Borbones fuera. Es en ese clima de agitación y desconcierto, entre el vacío y el exceso de autoridades, cuando muchos de los soldados que habían luchado en las guerras se vieron sin un oficio al que volver, con poco dinero en el bolsillo y mucha mala sangre contra un régimen señorial que seguía atornillando a un campesinado que había oído ya de rebeliones fuera de sus fronteras. Poco pan y mucho conflicto social, parte mito y parte historia, de ahí nacen los bandoleros, asaltantes de caminos, piratas de tierra, malhechores y asesinos para unos, revolucionarios para otros, el reparto de los bienes y la justicia a base del robo, la extorsión y la muerte. Y es allí adonde ha viajado Enrique Urbizu en 'Libertad', un híbrido de serie y película -cinco capítulos de 45 minutos y una película de algo más de dos horas que se estrenan simultáneamente este 26 de marzo, los primeros en Movistar+, la última en 230 salas de cine- en el que Bebe -sí, la cantante- interpreta a La Llanera, condenada a muerte en una cárcel de mala ídem y figura -ficticia- del bandolerismo español de la época.

Nacida de una idea antigua de Miguel Barros, 'Libertad' sigue a la La Llanera por la meseta española en su momento más crepuscular: después de haber pasado 17 años en el corredor de la muerte, por fin llega el indulto que la saca de prisión. Entró embarazada a la cárcel y su hijo, que al final se gana la vida como asistente del verdugo, no ha conocido más mundo que el de los muros del presidio. Una trama que Urbizu, Barros y el guionista Michel Gaztambide utilizan para recorrer la idiosincrasia de esos comienzos del siglo XIX, ese cruce de caminos de una España que se debate entre la tradición y la modernidad, entre el absolutismo y el liberalismo.

placeholder Bebe y Jason Fernández en 'Libertad'. (Movistar )
Bebe y Jason Fernández en 'Libertad'. (Movistar )

En pleno influjo romántico, la figura del bandolero siempre cabalgó a lomos de la leyenda, de la hipérbole en el boca a boca. Por eso Urbizu ha querido empezar su historia como el relato del relato del relato a través de un narrador, un escritor de novelas de viajes inglés que vuelve a Inglaterra para contar las hazañas de un país todavía animal y apasionado. Por eso, 'Libertad' comienza su narración a través de una linterna mágica, que auna la innovación y el misticismo. "Toda esta tradición oral tiene que ver con la construcción de personaje de personajes que hicieron a lo mejor muy poquito pero que el boca a boca los ha trasladado a míticos. Así es como se forjan las leyendas", explica el director. "El mundo del bandolero está muy relacionado con la leyenda negra de España, y eso son los relatos procedentes del viajero romántico inglés, y esa figura que nos veía como un país cruel y salvaje. Por eso, a la hora de afrontar el proyecto, queríamos meter la figura de ese viajero como narrador, pero no queríamos adaptar el típico libro del viajero. Fue durante el rodaje que se nos ocurrió incorporar el precine, la linterna mágica. El narrador presenta su libro en los salones de Londres y decidimos incluir la linterna mágica, un artefacto que ya se utilizaba en esa época".

Aunque no era común en la época, sí que hubo mujeres bandoleras. Pero su Llanera no está inspirada en ningún nombre en concreto, sino en una sensación, un tiempo, una falta de moraleja. "En la historia de España hubo personajes reales de bandidas mujeres. No sólo en España, sino también en Italia. Y estaban extendidos por toda la nación, no sólo en Andalucía. No nos inspiramos en ningún personaje real. Pero sí para el contexto: el sustanciero (el que alquilaba un hueso de jamón para hacer caldo), la vieja de las hierbas, ese servicio de información del que va con el burro de aldea en aldea contando las noticias en esa especie de red reticular de información, los escopeteros… todo eso nos interesaba más como mundillo. En ‘Libertad’ son todos unos seres bastante desgraciados que lo que buscan es, ella, La llanera, huir de la violencia y libertad para su hijo. Los demás van a la suya; no hay nadie que se mueva por justicia o conciencia de clase o conciencia política".

placeholder Pedro Casablanc es Don Anastasio. (Movistar )
Pedro Casablanc es Don Anastasio. (Movistar )

Urbizu vuelve a las salas una década después de haber estrenado su última película, 'No habrá paz para los malvados'. El suyo es un caso singular, porque han castigado con un valle de diez años a quien salió triunfante de los Goya 2012 con seis cabezones. Anomalías de la industria. Su bestia negra llegó con 'Alatriste', la que iba a ser la apuesta más ambiciosa de Mediaset cuando las plataformas no habían puesto una pica en Madrid y que resultó en un fiasco que derivó en enemistades y un exilio forzado al campo de la docencia y la publicidad. Un destierro que acabó gracias a 'Gigantes', la serie de género con la que volvió por la puerta grande en 2018, y la que le abrió las puertas de Movistar+, que ahora produce esta serie-película con la que Urbizu vuelve a enfrentarse a la ficción histórica tras el trauma.

"No tenía que resarcirme, pero claro que tenía miedo a la época porque es donde me había tropezado", confiesa. "La culpa tampoco era de la época. Había muchas cucharas en la misma cazuela. No sé ni cómo quedó, porque llegué a ver escasamente el resultado final. Alatriste era un personaje muy popular y muy peculiar. Si eres fiel al material de Arturo Pérez-Reverte no es un picaflor ni un espadachín ni un pinturero. Es un asesino. Y eso no se entendió bien en según qué estamentos. Y luego, estábamos rodeados de húngaros en Budapest rodando el Siglo de Oro español. Había algo que no iba bien, a pesar del exquisito reparto español que teníamos. Que le den por culo a ‘Alatriste’", remata.

placeholder Enrique Urbizu durante el rodaje. (Movistar )
Enrique Urbizu durante el rodaje. (Movistar )

Pero, ¿por qué el cine español adolece de tanto miedo y tan poca mano para contar ya sean gestas o vergüenzas del pasado? ¿Por qué hay tan poca ficción histórica? ¿Por qué nuestro western idiosincrásico, las historias de bandoleros, no despegaron más allá de 'Curro Jiménez'? Urbizu ni titubea. Lo lleva muy estudiado. "Hemos hecho muy poco cine histórico. Y de la transición para acá todavía menos. No ha habido músculo financiero. Es un cine muy caro y que induce a desconfianza por parte del espectador. También está ese complejo de ‘vosotros sabéis hacerlo mejor’. Pero llevamos décadas haciéndoselo a los americanos que vienen a rodar aquí. Somos unos técnicos de la hostia. No paran de venir producciones americanas desde hace décadas. Desde Samuel Bronston a finales de los cincuenta. Quizás les toque a las nuevas generaciones quitarle el polvo a la historia de este país, desde Al-Andalus a la Conquista de América, la colonización de América del Norte… que es que el Cañón del Colorado lo descubrió un extremeño a caballo. Y no lo hemos contado. Poco a poco se ha intentado ir haciendo cosas, como El Dorado, pero no hemos tenido la base sólida industrial para tener una mirada hacia nuestro pasado".

El cineasta bilbaíno admite que con 'Libertad' ha podido hacer casi todo lo que siempre quiso como director: rodar casi todo en exteriores, contar con caballos y jinetes, con un plan de trabajo que permitiese flexibilidad e improvisación según las circunstancias. "Un rodaje así era el sueño de mi vida", admite. "Si ‘Libertad’ tiene buena acogida y funciona se abrirá el camino a contar más historias de bandidos del siglo XIX. El siglo XX también es muy goloso: la República, la Guerra Civil… se está haciendo mucha ficción televisiva histórica, aunque desde la óptica del drama romántico, pero se está haciendo. Se usa como ilustración, pero abre la posibilidad de una mirada al pasado algo más crítica o provocadora".

placeholder Un momento del rodaje. (Movistar )
Un momento del rodaje. (Movistar )

Pero Urbizu no oculta que echa de menos el cine. Echa de menos la concisión, el ir en línea recta, la adrenalina de enfrentarse a las salas. Y espera que a no mucho tardar vuelva a poner sobre la mesa un proyecto de 90-100 minutos. "Yo nunca dejo de pensar en pantalla grande, me apetece mucho". Por eso, en parte, también ha querido hacer una película dentro de la serie. "Cuando enseñamos el primer montaje de la serie a los productores, lo hicimos en una sala de pantalla grande. Todo el mundo estuvo de acuerdo en que era una pena que un trabajo tan bello de puesta en escena y de fotografía y de valores de producción no se pudiera apreciar en salas. Era frustrante. Y al día siguiente me llamaron para que explorase la posibilidad de hacer un montaje de largo para estrenar simultáneamente con la serie. La series es muy coral, muy caleidoscópica y está llena de secundarios y de sorpresas".

Y, sobre todo, ahora que la televisión se ha alimentado del cine, ésta primera le debe un favor al último. "Las salas están muy deconcertadas. Están resistiendo los valientes y los pequeños. Como A Contracorriente, que tiene los huevos de estrenar esto. Habrá que ayudarse. Con la televisión hemos vaciado las salas, pues a lo mejor ha llegado el momento que la televisión ayude a que volvamos a las salas. También la sección cultural de la prensa tiene gran parte de tarea a la hora de informarse e informar. Parece que ahora toca series y sólo se habla de series. Hay una banalización de los discursos… Y la televisión es fumígera, no te engañes. ¿Quién se va a volver a ver ‘Juego de tronos’? Pero sí vuelves a ver ‘Tiburón’ o una de Bresson, da igual. Como toda la comida rápida, después de consumirla deja de ser importante".

Londres, 1809. Han pasado cuatro años desde la victoria de Nelson en Trafalgar y España se encuentra sumida en varias encrucijadas resueltas a cañonazos. Por un lado, los ingleses. Por el otro, los franceses, que pidiendo paso hacia Portugal, a la chita callando, acamparon en varias ciudades de la mitad norte de la península hasta echar a los Borbones fuera. Es en ese clima de agitación y desconcierto, entre el vacío y el exceso de autoridades, cuando muchos de los soldados que habían luchado en las guerras se vieron sin un oficio al que volver, con poco dinero en el bolsillo y mucha mala sangre contra un régimen señorial que seguía atornillando a un campesinado que había oído ya de rebeliones fuera de sus fronteras. Poco pan y mucho conflicto social, parte mito y parte historia, de ahí nacen los bandoleros, asaltantes de caminos, piratas de tierra, malhechores y asesinos para unos, revolucionarios para otros, el reparto de los bienes y la justicia a base del robo, la extorsión y la muerte. Y es allí adonde ha viajado Enrique Urbizu en 'Libertad', un híbrido de serie y película -cinco capítulos de 45 minutos y una película de algo más de dos horas que se estrenan simultáneamente este 26 de marzo, los primeros en Movistar+, la última en 230 salas de cine- en el que Bebe -sí, la cantante- interpreta a La Llanera, condenada a muerte en una cárcel de mala ídem y figura -ficticia- del bandolerismo español de la época.

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